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Colombia tiene mayor número de víctimas de minas antipersonas

José Ospina Valencia19 de septiembre de 2007

Una década tras la Convención de Ottawa que apunta a eliminar las minas, se ha logrado reducir su uso, menos en Colombia, dice a DW-WORLD, Thomas Küchenmeister de la Asociación Alemana de Iniciativas contra las minas.

Wahid Kerberla, una víctima iraquí de las minas antipersona.Imagen: Aktionsbündnis Landmine.de/ Handicap Int.

El compromiso de los Estados signatarios de la Convención de Ottawa es claro: prohibir la producción de minas, su comercio, exportación e implementación de esta pérfida y letal arma. Al acuerdo al que se llegó en 1997 en la capital canadiense de Ottawa se han sumado, entre tanto, 155 países.

Cuarenta Estados se han rehusado empero a hacer parte de la comunidad de países signatarios del compromiso contra las minas, entre ellos sus mayores productores y compradores”, dice a DW-WORLD Thomas Küchenmeister, de la Asociación Alemana de Organizaciones contra las Minas, Landmine.de. La lista de los 13 “comerciantes del mal” la lideran Irán, China, Cuba, la India, Rusia y los Estados Unidos. Polonia, por su parte, no ha querido ratificar la Convención.

Thomas Küchenmeister, de la Asociación Alemana de Organizaciones contra las Minas, Landmine.de.Imagen: Aktionsbündnis Landmine.de

Si bien es cierto que la Convención de Ottawa representa un avance civilizador, el problema no ha sido eliminado. Aún en muchos países se destina dinero para el desarrollo y la producción de sistemas de minas. Para eludir la prohibición los productores ahora declaran las minas antipersonas como “minas Claymore”. La Convención de Ottawa no logró hacer sancionar ni las minas antivehículos, ni las a control remoto o de campo.

Indiscriminado ataque contra la población

La perfidia está también en que cuando estallan las minas antivehículos no pueden diferenciar si lo que destruyen es un tanque de guerra o un bus escolar o si los pasajeros del vehículo son militares en guerra o inocentes civiles. De acuerdo a datos de la ONU, en Angola hay 3 millones de minas antivehículos, en Afganistán 2 y en Somalia 400.000. Ante esta realidad, la Convención de Ottawa es insuficiente porque las minas antivehículos también matan y mutilan seres humanos, en o sin uniforme.

Minas usadas durante los conflictos en los Balcanes.Imagen: DW/Helen Seeney

Innegable es, de todas formas, el logro de haber destruido unos 40 millones de minas antipersonas, aunque sean aún 65 los Estados que conservan grandes cantidades. En 78 países y 7 territorios se ponen aún minas.

Thomas Küchenmeister, de la Asociación Alemana de Iniciativas contra las minas, estima que en los últimos años las minas han dejado “más de medio millón de víctimas sobrevivientes pero mutiladas”. Una barbaridad que debe obligarnos a atender más y mejor a las víctimas que aparte de sufrir heridas físicas, son martirizadas por las vivencias traumáticas y, como si fuera poco, por la incomprensión de mucha gente frente a personas con lesiones graves. Y ni mencionar las pérdidas económicas que significa quedar inhabilitado para estudiar y trabajar.

Más y mejor asistencia a las víctimas

“En el mundo y con 1.000 personas por año, es Colombia el país que ahora ostenta el trágico récord de tener el mayor número de víctimas de las minas antipersonas”, dice Küchenmeister que parte de otra cifra no oficial y peor. “Se estima que las víctimas de las minas en ese país latinoamericano asciende a las 20.000.”.

Pero no son sólo los Estados los que producen, comercian y ponen minas que matan a la población civil o sus enemigos militares. El Reporte Mundial 2006 de la Campaña Internacional contra las minas de Campo (ICBL), destaca que agentes ilegales armados o Non-state armed groups (NSAGs) operan en 10 países usando minas antipersonas y minas antivehículos. Las poblaciones de Colombia, Burundi y Guinea-Bissau son las más afectadas. Pero también las de Burma, la India, Irak, Nepal, Pakistán, Rusia en Chechenia y Somalia.

Los resultados de las minas antipersonas en Afganistán.Imagen: AP

Las guerrillas colombianas: otro vergonzante liderazgo

En Colombia las guerrillas ELN y FARC son los autores de estos crímenes, de esto tienen pruebas la Campaña Colombiana contra Minas (CCCM) y la ICBL. “Muchos campesinos colombianos no pueden cultivar sus propios campos ni recorrer sus caminos una vez se ponga el sol”, dice Sebastian Kasack en el último reporte sobre minas Monitor 2006.

Pero mientras las víctimas aumentan, los gobiernos reducen la ayuda financiera para eliminar este lastre. Por eso este 29 de noviembre varias ONGs alemanas expondrán ante el Parlamento alemán la barbarie que es producir, comerciar y poner minas y esperan que el Gobierno de Angela Merkel no sólo eche atrás los recortes ordenados sino que aumente los fondos para luchar contra la expansión de las minas. Pareciera muy fácil entender que el mundo no necesita más víctimas sino menos armas. O mejor ninguna.

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