Combates en Afganistán tras receso de la negociación de paz
13 de diciembre de 2020
Al menos medio centenar de talibales murieron en los enfrentamientos. Otras dos personas murieron en un atentado con coche bomba en la capital, Kabul.
Publicidad
Decenas de talibanes resultaron muertos en violentos combates, en la noche del sábado al domingo, entre fuerzas afganas y los insurgentes que tomaron por asalto puestos militares en la provincia de Kandahar (sur), bastión del grupo, según fuentes oficiales. "Las fuerzas de seguridad repelieron los ataques, matando a 51 terroristas e hiriendo a nueve" declaró el ministerio afgano de Defensa en un comunicado.
Los talibanes llevaron a cabo ataques casi simultáneos contra puestos de control militar en cinco distritos en torno a la ciudad de Kandahar, capital de la provincia del mismo nombre, tras lo cual las fuerzas afganas replicaron por aire y tierra, según el ministerio.
El enfrentamiento llegó también a la capital, Kabul, donde el domingo (13.12.2020) murieron al menos tres personas en atentados que no han sido todavía reivindicados por ninguna organización. Una bomba lapa colocada en un vehículo blindado mató a dos personas e hirió a otras dos al norte de la capital, dijo el portavoz jefe de la policía Ferdaws Faramarz. Dijo también que un fiscal del gobierno afgano fue asesinado a tiros en el este de Kabul. El fiscal se dirigía a su oficina cuando fue atacado en el barrio de Kart-e Now, dijo el portavoz de la policía.
Víctimas civiles
Siete miembros de una familia resultaron muertos en uno de los bombardeos aéreos de las fuerzas afganas en el distrito de Arghandab, indicó a la AFP un responsable local, que requirió el anonimato. Los combates, disparos y bombardeos duraron varias horas a lo largo de la provincia, según constató un periodista de la agencia en el lugar.
Los talibanes y el gobierno afgano habían anunciado el sábado una pausa hasta el 5 de enero en las negociaciones de paz interafganas que llevan a cabo actualmente en Catar. "Ya que los elementos de la agenda necesitan ser examinados, ambas partes han acordado una pausa y la reanudación de la segunda ronda de las negociaciones el 5 de enero de 2021", afirmaron en un comunicado conjunto. Las reuniones, que comenzaron en septiembre, atravesaron dificultades hasta hace poco debido a disputas sobre el marco básico de las discusiones e interpretaciones religiosas. Pese a estas negociaciones de paz, la violencia ha aumentado en el país en las últimas semanas.
lgc (afp/ap/efe)
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
Imagen: Reuters
La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Smialowski
Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.