Más de 170 milicianos de Estado Islámico han muerto en los choques con el Ejército de Irak y sus aliados solo esta jornada.
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Unas 8.000 personas han escapado del oeste de la ciudad iraquí de Mosul ante el recrudecimiento de la violencia tras el avance de las fuerzas del Ejército, que buscan expulsar de la urbe a los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico. De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hay graves carencias en las zonas ya liberadas, especialmente de agua potable. Mucha gente está agotada y deshidratada.
El portavoz de la Comandancia de las Operaciones Conjuntas, general Yehia Rasul, dijo este martes (28.02.2017) a la agencia de noticias EFE que las fuerzas iraquíes avanzan deprisa, tras la liberación de los barrios occidentales de Al Maamun y Al Tayarán. Las tropas de Bagdad y sus aliados también han recuperado la planta eléctrica de Al Yarmuk, y han seguido progresando hacia el Ayuntamiento y el Consejo de la provincia de Nínive.
Mientras los enfrentamientos continúan, cientos de familias se dirigen hacia el sur de la ciudad, controlado por las fuerzas gubernamentales. "Están agotados, muchos de ellos heridos como consecuencia de los bombardeos", aseguró a EFE Um Omar, de 42 años, que consiguió llegar a la zona de Al Aqrab con cinco de sus hijos, dos de los cuales sufrieron heridas leves en un bombardeo en el que ella también fue herida.
Bombardeos con drones
Solo este martes al menos 173 yihadistas han muerto, según un comunicado del jefe de operaciones del Ejército iraquí en la provincia de Nínive, Abdelamir Rashid Yaralá. "Los caminos están llenos de cadáveres de combatientes del Estado Islámico porque nuestras fuerzas han matado a cientos de ellos", agregó el general Yehia Rasul, aunque no ofreció cifras concretas.
El general indicó que los extremistas intentan frenar el avance de las fuerzas iraquíes, que lanzaron su ofensiva el 19 de febrero, colocando barricadas y barreras de hormigón, explosivos y coches bomba, además de túneles y francotiradores. Según el portavoz, el EI también centra su defensa en los ataques con mortero y aviones no tripulados, equipados con bombas. Reconoció que con estos drones, los yihadistas han logrado causar numerosos muertos y heridos en las filas de las fuerzas iraquíes, y aún más entre los civiles.
DZC (EFE, dpa)
La batalla por recuperar Mosul
Tras meses de preparación, el Ejército de Irak y sus numerosos aliados lanzaron la ofensiva para arrebatar Mosul a Estado Islámico. Los kurdos anunciaron ahora una operación similar para liberar Al Raqa.
Imagen: REUTERS/T. Al-Sudaini
Conquista fácil para los yihadistas
La forma en que los combatientes de Estado Islámico tomaron la principal ciudad del norte de Irak, Mosul, en junio de 2014 es llamativa por lo sencilla que resultó la operación para los yihadistas. Un par de miles de milicianos arriba de camionetas bastaron para que el Ejército de Irak huyera en desbandada, dejando atrás sus equipos, precioso botín para los terroristas.
Imagen: Reuters
Obligados a huir
Desprotegidos ante el abandono de la ciudad por parte de los soldados -lo que en la práctica significó la desaparición del Estado-, miles de vecinos de Mosul debieron escapar de la ciudad con lo puesto. Otros no tuvieron la misma suerte y se vieron forzados a vivir sometidos al régimen de terror impuesto por los radicales.
Imagen: Romina Peñate
Un sermón del "califa"
El líder de Estado Islámico y autoproclamado califa, Abu Bakr al Bagdadi, en una de sus raras apariciones. En esta imagen aparece en Mosul, en julio de 2014, dando un sermón a sus seguidores en la mezquita de la ciudad. En la actualidad se sospecha que sigue en Mosul, aunque su paradero específico es desconocido. Recientemente, llamó a sus combatientes a la "guerra total" contra la coalición.
Imagen: picture alliance/dpa
Salvajismo anticultural
En febrero de 2015, Estado Islámico difundió imágenes de sus seguidores destruyendo valiosas esculturas y estatuas asirias pertenecientes a la colección del Museo de Mosul. También arrasaron con la biblioteca central de la urbe. Los radicales sunitas querían demostrar que lo suyo era una lucha contra los "falsos ídolos".
Imagen: Quelle: Islamischer Staat/Internet
Primeras señales de unidad
Combatientes peshmerga, pertenecientes al Kurdistán iraquí, montan guardia en un puesto de control en el norte del país. Los kurdos fueron los primeros en reaccionar ante Estado Islámico y se convirtieron en los enemigos más fieros de los yihadistas. En abril de 2015 anunciaron alianzas con otros grupos para plantar cara a las tropas radicales.
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Rassloff
Renace la esperanza
En mayo de 2016, el primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, anunció que el Ejército estaba preparando una gran ofensiva para recuperar Mosul. Sus tropas, entrenadas por Estados Unidos, contarían con respaldo aéreo de la coalición internacional en esta misión. Antes, las unidades iraquíes recuperaron otras ciudades que habían caído en manos de los yihadistas, como Faluja.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Hamed
El Estado Islámico retrocede
El 16 de octubre de 2016 comenzó la anunciada ofensiva, que cuenta también con la participación de las poderosas unidades kurdas peshmerga y milicias locales, tanto sunitas como chiitas. Rápidamente, gracias a la envergadura de la operación, los iraquíes recuperaron parte del terreno perdido en 2014. Estado Islámico se batió en retirada con la ilusión de resistir en la parte oeste de la ciudad.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Al-Rubaye
Mujeres peshmerga, en el frente de batalla
Las unidades kurdas atacan por el norte. Las fuerzas iraquíes por el sur y por oriente. Por el oeste se suman milicias chiitas. Estado Islámico está rodeado y Mosul debería caer en las próximas semanas. Los peshmerga, junto a otros grupos, anunciaron este 6 de noviembre que lanzarán una operación para liberar también a Al Raqa, en Siria.