1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Combatir la radicalización juvenil en Alemania

Sumi Somaskanda | Nina Haase
8 de julio de 2017

Roman Friedrich combate el extremismo islámico y la radicalización en los conservadores círculos salafistas de Alemania. Friedrich hace un llamado a la acción, porque aumenta el número de musulmanes radicalizados.

Symbolbild Salafisten
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler

Roman Friedrich pertenece a la Red de Prevención de la Violencia, una organización que trata de evitar la radicalización de jóvenes musulmanes y de reintegrar en la sociedad a aquellos que ya se radicalizaron. De origen checheno, Friedrich ha trabajado en el estado alemán de Renania del Norte Westfalia con las comunidades chechenas y norteafricanas. Actualmente, se centra en seguir la pista de la escena salafista y tender puentes a jóvenes musulmanes vulnerables. 

Deutsche Welle: Señor Friedrich  ¿podría decirnos cuánta gente pertenece a la escena salafista en el estado de Renania del Norte-Westfalia? ¿Su número va en aumento?

Roman Friedrich: Sí, en términos absolutos, la tendencia va en aumento. En 2015 había en Renania del Norte-Westfalia 300 salafistas con tendencias violentas y en 2016 ese número subió a 500. Es casi el doble. Son cifras preocupantes y es hora de actuar. La escena salafista cuenta en su totalidad con unos 2.500 miembros. Sus motivaciones son más bien políticas y no necesariamente violenas.

Más información: 

Inquietud en Alemania ante el peligro salafista

Alemania prohíbe y allana asociación salafista

 

¿En qué consiste su trabajo en la Red de Prevención de la Violencia?

Yo trato de apoyar y guiar a personas en dificultades. Estamos tratando de construir estructuras necesarias y adecuadas para la gente joven. Observamos qué es lo que esas personas pueden requerir en su situación y tratamos de ofrecerles soluciones que los ayuden a salir adelante.

La radicalización suele suceder más en internet que en las mezquitas. ¿Por qué?

El idioma es la clave. Los reclutantes de la escena salafista utilizan el alemán, mientras que en las mezquitas los imanes suelen hablar en árabe o en turco, que no es el idioma de la gente joven. Eso es importante. El primer contacto suele hacerse por internet y solo después se produce un encuentro físico. 

¿Qué métodos utilizan los reclutantes para captar gente joven? 

Se dirigen directamente a los corazones de los jóvenes, lanzando mensajes emocionales en forma de videos cortos y videos musicales, así como hashtags y textos. Están muy activos en las secciones de comentarios, porque utilizan o manipulan hechos para apelar a las emociones de sus grupos objetivos. Su fin es que la gente joven comience a consumir sus mensajes para ejercer influencia sobre ellos. Así es como se los adoctrina.

¿Por qué la gente joven es vulnerable a esta estrategia y a esta ideología?

Hay una serie de problemas: falta de perspectivas, desempleo, problemas con la ley o con las drogas, conflictos familiares, en las calles y las escuelas…. Hay también cuestiones de identidad, jóvenes que se preguntan de qué grupo o cultura forman parte. Suelen identificar los valores sociales en deterioro como un problema, incluso aunque ellos mismos no alcancen los estándares morales a los que apelan. Es necesaria una especialización profesional para iniciar un diálogo con ellos.

¿Con quién desean hablar estos jóvenes? ¿A quién se toman en serio?

Con figuras auténticas que son estables en su fe y emanan un sentido de autenticidad. Yo desaconsejaría involucrar a organizaciones religiosas en la prevención de la radicalización, porque, de una manera u otra, todas ella tienen una determinada tendencia, lo que coloca a la gente de inmediato en el otro lado. Por eso defiendo que se emplee a organizaciones seculares, neutrales, que puedan traer a expertos en el islam para apoyarlos y seguir siendo profesionales.

¿Qué pueden hacer las autoridades alemanas para ayudar?

Me gustaría que cooperaran mucho más con la gente y las organizaciones que ya están trabajando con la gente joven, que se coordinen mejor con ellas y miren la mejor manera de combinar esos esfuerzos. En general, me parece importante que nos concentremos en el extremismo en su totalidad y no solo en el extremismo islámico que ocupa continuamente los titulares. Tenemos que mirar también hacia la extrema derecha. Ahí hay muchos más ejemplos de violencia e inclinación a la violencia, aunque no se hayan producido ataques terroristas como los que hemos visto en la escena salafista.

Autoras: Nina Haase y Sumi Somaskanda (MS/JCG)