El diplomático Felix Klein ha sido nombrado el primer comisionado contra el antisemitismo del Gobierno Federal alemán. Pero él no puede realizar la tarea solo, a juicio de Christoph Strack.
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Felix Klein, hasta ahora representante especial del Ministerio de Asuntos Exteriores para las relaciones con organizaciones judías y asuntos relacionados con antisemitismo, en rango de embajador, es asignado al nuevo cargo en el Ministerio Federal del Interior.
Tomó mucho tiempo. Desde hace años ha habido demandas de un comisionado federal contra el antisemitismo. Es lógico, considerando los repetidos incidentes escandalosos en escuelas, la quema de banderas israelíes o el daño a la propiedad en cementerios y sinagogas.
Un comisionado "para", no solo "en contra"
En el acuerdo de coalición, la CDU y el SPD declararon que querían "designar un representante del Gobierno Federal para la vida judía en Alemania y la lucha contra el antisemitismo". En el debate público de los últimos meses, se trató principalmente el aspecto de la comisión "contra el antisemitismo". Sí, eso es entendible, pero no lo es todo. Felix Klein es, y esto es lo que el acuerdo de coalición pone en primer lugar, el "comisionado para la vida judía en Alemania". Esto ha abarcado, por muchos años, un espectro mucho más amplio: con comunidades de diferentes características; judíos decididamente seculares; la reciente formación de rabinos liberales, conservadores y ortodoxos; un creciente número de escuelas judías; muchos artistas y, por cierto, excelentes restaurantes. Este compromiso "para" representa la solidez del futuro de la cultura judía en Alemania.
Pero la "lucha contra el antisemitismo" se está volviendo más importante en vista de los cambios sociales y políticos en Alemania. No debería tratarse de simples rituales de solidaridad. La educación escolar es tan necesaria como el trabajo de integración con refugiados y migrantes.
El Gobierno Federal tiene docenas de comisionados, para áreas más y menos importantes, y ocasionalmente más como una política simbólica. Su reputación en la población también depende de lo que hacen desde sus cargos. En el mejor de los casos, son conocidos por un círculo más amplio más allá de la esfera política de Berlín.
Todos son responsables de oponerse al antisemitismo
Después de las especulaciones sobre quién podría asumir el nuevo cargo, el recién nombrado ministro federal del Interior, Horst Seehofer, se reunió el lunes con Felix Klein y el presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, Josef Schuster. La reunión fue una buena señal porque el ministro del Interior es también el "ministro de Religión". Y no hará ningún daño que Seehofer se ocupe de estos asuntos, lo que ayudará al comisionado contra el antisemitismo.
Pero una cosa debe estar clara para todos: un comisionado es una figura simbólica. Ciertamente tiene acceso a su jefe, pero no reduce el trabajo y la responsabilidad de los demás, ya sean políticos o la sociedad en general. No. Cada político, cada ciudadano en Alemania es responsable de oponerse al antisemitismo. El primer nombramiento de un comisionado a nivel federal solo muestra cuán dramáticamente importante es esto hoy.
Autor: Christoph Strack (RRR/ER)
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Sinagogas en Alemania
En 1933 había cerca de 2.800 templos judíos en Alemania. Hoy quedan solo 130 sinagogas y capillas que hablan de la historia, pero también de la cultura judía actual en territorio germano.
Imagen: dapd
Vieja sinagoga de Erfurt
Es considerada una de las sinagogas más antiguas de toda Europa. La suerte permitió que el templo, construido cerca de año 1100, sobreviviera la agitada Edad Media y las numerosas persecuciones a la comunidad judía. Fue usada como almacén y sala de baile. Solo en la última década del siglo pasado fue reconocido su origen. En 2009 reabrió sus puertas en calidad de museo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El cementerio de Worms
Los primeros asentamientos judíos en Alemania tuvieron su sede en la ruta Norte-Sur de Reania, entre Speyer, Maguncia y Worms. En el patio de la sinagoga de Worms se ubica uno de los cementerios judíos más antiguos de Europa. Algunas de las lápidas datan del siglo XI.
Imagen: DW/Maksim Nelioubin
Plaza parroquial de Ratisbona
La primera comunidad judía de Baviera se ubicó en Ratisbona. En la Edad Media, era una de las más importantes de Europa. Esta obra en cemento blanco recuerda a la primera sinagoga, cuyos planos reproduce. El templo fue destruido en 1519. En 1995 fueron descubiertos restos muy antiguos y se hizo construir un centro de información bajo la superficie.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sinagoga de Bayreuth
La sinagoga de Bayreuth tiene una historia muy distinta. El recinto funcionó desde 1715 como una sala de ópera. Posteriormente, la comunidad judía lo mandó adaptar para convertirlo en sinagoga. Es el único templo judío en estilo barroco en Alemania que funciona aún como sede religiosa.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sinagoga de Celle
En esta parte de lo que hoy es la Baja Sajonia, la comunidad judía recibió apenas en 1737 los primeros permisos para construir sinagogas. De ese tiempo data la edificación, de exterior aparentemente austero. Los interiores fueron construidos en estilo barroco tardío. Como muchas otras sinagogas, la de Celle fue destruida en 1938. Dese 1974 sirve de nuevo como templo de la fe judía.
Imagen: CC0 1.0
Sinagoga de Fráncort del Meno
El inicio del siglo XX trajo consigo una ola liberal dentro de la comunidad judía de Alemania, De esa época data esta edificación en estilo egipcio-asirio. Ni los pogromos ni la Segunda guerra Mundial pudieron destruirla por completo. Hasta la fecha, sirve como símbolo de una época dorada en la vida de la comunidad judía en Alemania.
Imagen: CC BY-SA 3.0
Vieja sinagoga de Essen
La vieja sinagoga de Essen fue construida entre 1911 y 1913. Era una de las edificaciones judías más relevantes de Alemania. En 1938 fue severamente dañada por los nazis. Luego de la guerra sirvió como Casa del Diseño Industrial y, luego, como monumento y centro de documentación. Hoy es la Casa de la Cultura Judía.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nueva sinagoga de Dresde
En muchas ciudades alemanas, las sinagogas fueron destruidas por completo en 1938. Eso mismo sucedió en Dresde, cerca del famoso Semperbau. En 2001 se construyó un nuevo templo judío, en el sitio original de la antigua sinagoga. El cubo ligeramente inclinado garantiza la orientación del templo hacia Jerusalén, según los preceptos de la Torá.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sinagoga principal de Múnich
En Múnich se escribió también un nuevo capítulo en la historia germano-judaica. En 2006 fue inaugurada la sede de la comunidad, con su nueva sinagoga Ohel Jakob, así como el Nuevo Museo Judío, financiado por la propia ciudad. La comunidad judía de Múnich está compuesta por 9.000 personas y es una de las más grandes de Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sinagoga principal de Berlín
Con 10.000 miembros, la comunidad judía de Berlín es de nuevo la más grande de Alemania. Su templo principal se ubica en la calle Rykestraße, un edificio de ladrillo en estilo neo-románico construido entre 1903 y 1904. Cuenta con lugar para 2.000 personas y es, junto con la Gran Sinagoga de Budapest, la más grande de su tipo en Europa.