Comentario: “In dubio pro reo”
22 de octubre de 2014La jueza se mantuvo fiel a su sentencia en cuanto a la magnitud de la pena para la estrella sudafricana del atletismo Oscar Pistorius: cinco años de prisión por el homicidio de su novia Reeva Steenkamp y tres años de libertad condicional por uso indebido de armas. Por buen comportamiento, expertos creen que Pistorius podría salir a los 10 meses de prisión y cumplir el resto de su pena bajo arresto domiciliario. Así se pronunció la jueza Thokozile Masipa que, con la misma discreción y objetividad que dirigió el proceso, también defiende la condena.
La acusación había pedido diez años y la defensa solo aceptaba arresto domiciliario. Por lo tanto, la condena quedó exactamente en el centro. El arresto domiciliario sería muy poco para un crimen de esta magnitud y la privación máxima de libertad demasiado dura, aclaró la jueza al anunciar la sentencia.
Una pena en el medio
La condena se queda justamente en la mitad y, por tanto, es adecuada. Aunque Pistorius hubiese sido un narcisista in escrúpulos, un playboy o un loco por las armas, no se pudo probar que hubiese matado a sangre fría a su novia. E incluso aunque autodenominados expertos en justicia dentro y fuera de Sudáfrica quisieran aceptar sus lloros y desmayos en la sala, también es correcto que el juzgado no haya seguido esta interpretación. Según la lógica de la justicia, Oscar Pistorius mostró arrepentimiento y el tribunal ha de reconocerlo a la hora de la sentencia.
El principio de “In Dubio Pro reo” se aplicó tanto en la sentencia como en la pena. Pero aún así, la jueza será seguramente criticada por buena parte del pueblo sudafricano con reacciones del tipo: “Hombre blanco rico se escapa de una condena más dura comprando la defensa”.
Pero los argumentos morales no cuentan ante el juzgado. El narcisismo o la afición a las armas no son delitos y no pueden ser considerados como aspectos negativos a la hora de dictar sentencia. Al igual que tampoco se puede considerar que Oscar Pistorius pueda o no pagarse una defensa mejor. Solo cuentan las pruebas y las declaraciones de los testigos.
Investigación deficiente
Más criticable sería, por otra parte, la policía de Sudáfrica. Uno de los agentes de la policía científica tomó el arma con sus propias manos, el fiscal paseaba con sus zapatos por el lugar de los hechos e incluso un agente robó un reloj. Si los guardianes de la ley hubiesen hecho mejor su trabajo, podrían haber puesto más pruebas encima de la mesa y la sentencia podría haber sido más dura. Mientras el pueblo sudafricano no exija una policía y un sistema judicial más efectivo, más personas tendrán un juicio y condena “justos” de las mismas características que el de Oscar Pistorius.