"O'zapft is" ("¡Ya está abierto!"), gritó el socialdemócrata Christian Ude golpeando dos veces el primer barril. Así quedó inaugurada una nueva edición de la mayor fiesta popular del mundo, que hasta el 7 de octubre atraerá a más de seis millones de visitantes de todo el planeta.

El primer trago en una tarde lluviosa y fría fue para el jefe de gobierno de Baviera, el conservador Horst Seehofer, mientras 12 salvas de cañón abrían el macroevento. Pese al mal tiempo, miles de personas ataviadas con "Lederhosen" (los pantalones de cuero típicos de Baviera) y "Dirndl" (el traje regional de las mujeres) acudieron al recinto en el Prado de Teresa, donde se celebra el festival.

Como viene ocurriendo desde la primera edición en 1810, el traslado se convirtió en uno de los mayores desfiles del mundo con trajes populares. En la edición del año pasado, cerca de 6,9 millones de personas bebieron 7,5 millones de jarras de cerveza, comieron medio millón de pollos asados y unas 70.000 piernas de cerdo, acompañadas por música popular y numerosos espectáculos históricos y de folklore bávaro.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia