Bo está acusado de "corrupción, malversación y abuso de poder". En caso de ser declarado culpable podría ser condenado a una larga pena en prisión.

En el inicio de proceso, fuera del tribunal tuvo lugar una protesta de unos pocos manifestantes, que gritaban y mostraban carteles. La policía intervino de inmediato y detuvo a las personas. No se permitió el ingreso de periodistas a la corte.

Las fuerzas de seguridad bloquearon los accesos al edificio, luego de que el miércoles algunos seguidores de Bo Xilai y otros manifestantes denunciaran injusticias en el sistema comunista.

Lucha contra la corrupción

Al comenzar la sesión, el juez que preside la causa, Wang Xuguang, habló de un juicio ”extremadamente complicado“. No obstante, observadores estiman que el desenlace no se prolongará demasiado, ya que el gobierno desea dar una nuestra de su decisión de combatir duramente la corrupción en el país.

Con este proceso, la dirigencia china quiere poner punto final a uno de sus mayores escándalos internos desde 1989. Antes de caer en desgracia, Bo era considerado como una especie de "heredero" dentro del partido, ya que es hijo de uno de los llamados "Ocho Inmortales del Partido Comunista". Además, adquirió relevancia junto a otros miembros de importantes familias chinas, incluido el nuevo líder del Partido, Xi Jinping.

er (dpa, afp)