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Comienza en Buenos Aires la Cumbre sobre el Cambio Climático

JAG6 de diciembre de 2004

La capital argentina acoge una de las cumbres clave para el ralentizar el cambio climático. La cumbre prepara la definitiva entrada en vigor del protocolo de Kyoto a falta de la adhesión de EE.UU.

El Protocolo de Kyoto llega a Argentina reforzado por la adhesión de Rusia.Imagen: AP


Representantes de 140 países, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales abren la Cumbre del Clima con el fin de promover acciones para mitigar los efectos de un cambio climático global. Se trata de la primera cumbre celebrada con el Protocolo de Kyoto listo para entrar en vigor. La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Joke Waller-Hunter, y el ministro argentino de Salud y Ambiente, Ginés González García, fueron los encargados de inaugurar la cumbre.

“Aire fresco” para el calentamiento global

La X Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cop-10) se inicia con optimismo y con críticas a los países no firmantes del protocolo, sobre todo Australia y EE.UU. Este último es el causante de más del 30% de los gases que originan el calentamiento global. Estados Unidos está presente en la convención pero rechaza los objetivos previstos y el calendario propuesto. Australia por su parte también se negó a adherirse. El ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, calificó de necesaria la adhesión de EE.UU. al protocolo. Según la cuenta per capita, los ciudadanos estadounidenses provocan 2,5 veces más emisiones que los europeos con un nivel de vida similar.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, firma el protocolo para reducir el calentamiento global.Imagen: AP

Tras la ratificación del protocolo por parte del gobierno ruso, el proceso en pro de limitar la emisión de gases entró en una nueva etapa. Los países firmantes integran la mayoría necesaria de países cuyas emisiones representan más del 55% de las de todo el planeta, lo que hace viable su entrada en vigor. Con la adhesión de Rusia, los firmantes del protocolo suman ahora más del 60% de las emisiones y el convenio entrará en vigor el próximo 16 de enero de 2005.

Entusiasmo generalizado

El objetivo del tratado es reducir las emisiones antes de 2012 en una cantidad no menor al 5% con respecto a las cantidad de emisiones de 1990. Entre los objetivos fijados para esta cumbre, está la elaboración de un calendario flexible, considerar los sectores económicos y establecer metas que tengan en cuenta las emisiones per capita y no por países. Además, la Cop-10 intentará buscar incentivos y nuevas vías para integrar a agentes económicos mundiales como EE.UU. y países en vías de desarrollo como China e India.

Las emisiones de CO2 convertidas en una mercancía del mercado mundial.Imagen: AP

Los objetivos previstos deberían lograrse con un plazo suficiente para permitir la adaptación natural de los ecosistemas al cambio climático, asegurar la producción de alimentos y permitir un desarrollo económico sostenible.

Apuesta europea para las futuras políticas

Sin embargo, junto al entusiasmo que muchos auguran para esta cumbre, aparecen también las dificultades que entraña su cumplimiento para la mayoría de los países. Incluso en la Unión Europea (UE), que asumió el papel de liderazgo mundial en este proceso, los niveles de emisiones están en muchos casos muy lejos de los objetivos fijados. Berlín anunció a la Comisión Europea su “presupuesto” de emisiones de 495 millones de toneladas. Si la propuesta es aprobada, Alemania sobrepasaría esta cantidad en unos 14 millones de toneladas.

Durante el encuentro, la UE presentará su sistema de comercio de derechos de emisión, que entrará en vigor el próximo 1 de enero y supondrá un paso decisivo en la aplicación del compromiso adquirido en virtud del Protocolo.

Protestas de Greenpeace por la aprobación del protocolo.Imagen: AP

Preocupación y esperanza de Greenpeace

La cumbre es el escenario perfecto para hacer eco de las propuestas de algunas organizaciones pro defensa del medio ambiente. Bajo el lema "Millones en riesgo", Greenpeace instaló un arca gigante en una de las plazas de Buenos Aires, como una forma de "simbolizar el destino de catástrofe que pesa sobre la humanidad de no adoptarse medidas urgentes para frenar el cambio climático". La organización quiso expresar la preocupación, a la vez que la esperanza. La entrada en vigor del Protocolo de Kyoto es un comienzo, y continuará adelante para encontrar soluciones globales a un problema global.

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