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La OTAN lanza gran operación militar en Afganistán

13 de febrero de 2010

Parafraseando al escritor polaco-británico Joseph Conrad, militares británicos describen la gran operación militar que la OTAN comenzó este fin de semana contra los talibanes, en el sur de Afganistán.

En la ofensiva participan fuerzas estadounidenses y británicas, principalmente.Imagen: AP

Poco antes de que comenzara la operación "Mushtarak", el comandante de una unidad británica en Afganistán advirtió a sus soldados de la dificultad que entrañaba la misión: "Ahí afuera es condenadamente peligroso", dijo el teniente coronel Matt Bazeley. "Vamos al corazón de las tinieblas".

Luego comenzó en Helmand, sur de Afganistán, la mayor ofensiva contra la insurgencia desde el derrocamiento del régimen talibán en 2001. Pero la importancia de "Mushtarak" va mucho más allá de lo estrictamente militar: si se cumple el objetivo de la comunidad internacional, la operación representará el principio de un cambio en el convulso país.

Autoridades afganas hicieron un llamado a evitar muertes civiles como las ocurridas en Kunduz.Imagen: AP

En la ofensiva participarán 15.000 soldados del Ejército afgano y la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN (ISAF). El contingente extranjero constará sobre todo de estadounidenses y británicos. "Mushtarak" significa "Juntos", un nombre elegido para subrayar la cooperación entre locales y foráneos contra la insurgencia.

Ofensiva anunciada

El tamaño del contingente no es el único factor que diferencia a "Mushtarak" de otras muchas operaciones previas en Afganistán: A diferencia de lo que ocurría en el pasado, esta ofensiva se anunció con días de antelación.

La ISAF y el Gobierno afgano optaron por sacrificar el factor sorpresa a cambio de que la población civil estuviese advertida de lo que se avecinaba y también con la esperanza de que elementos afines a los talibanes decidieran abstenerse de luchar.

Las ISAF arrojó incluso folletos sobre la región, en los que se pedía a la población que no diera refugio a los rebeldes y que se mantuviese apartada de posiciones de la insurgencia. El objetivo es evitar todo lo posible las bajas civiles, que en los últimos años propinaron un daño considerable a la imagen de las tropas extranjeras.

Antes del comienzo de la ofensiva, cientos de civiles abandonaron Marjah, el distrito cuyo control quieren arrebatar las tropas a los talibanes. La tierra que un comandante británico ve como el "corazón de las tinieblas" es para muchos afganos la patria, una patria que ahora se ven obligados a abandonar debido a la violencia.

Escepticismo en la población

Mientras tanto, entre los refugiados que llegan a Lashkarga, la capital provincial, no se respira mucha confianza en los resultados de la operación.

"Ni los talibanes ni los extranjeros podrán ganar esta guerra", lamenta Abdul Wali. Una ofensiva como ésta sólo tiene sentido si va seguida de un esfuerzo de reconstrucción, añade. "Pero ellos (las tropas de la ISAF y del Gobierno afgano) no hacen eso. Es como llevar a cabo una cirugía y después no prescribir al paciente ningún medicamento para que se cure. Naturalmente, eso exigiría en poco tiempo una nueva operación".

Pero es precisamente ese abandono lo que ahora se quiere evitar. Las fuerzas de seguridad aprendieron la lección a fuerza de errores pasados y ahora apuestan por lo que en la jerga militar se conoce como "shape, clear, hold and build", una estrategia en absoluto novedosa, pero sí poco aplicada.

El plan sería más o menos así: pequeñas operaciones preparan el terreno para una ofensiva a gran escala como "Mushtarak" (shape: dar forma), con la que se expulsa a los talibanes (clear: despejar). Luego se controla la región (hold: retener), una tarea cada vez más delegada a las fuerzas afganas. Y por último, el paso más importante: tras los combates debe comenzar de inmediato la reconstrucción (build: construir) y la instauración de estructuras gubernamentales.

Columna de soldados estadounidenses avanza en la provincia de Helmand.Imagen: AP

Dudan del Gobierno

El objetivo es ganarse el corazón y las mentes de la población, sin cuyo apoyo es imposible ganar la guerra. En el terreno militar, a medio o largo plazo los talibanes no tienen nada que hacer contra las tropas afganas y extranjeras. La duda es si el Gobierno en Kabul logrará satisfacer las necesidad de la población y desprenderse de la imagen de una administración aun más corrupta e incapaz que la de los talibanes.

Por último, "Mushtarak" también intentará aumentar la presión para que la insurgencia se siente en la mesa de negociaciones... y para que lo haga desde una posición más débil. El presidente afgano, Hamid Karzai, llamó a los talibanes a no desaprovechar esta oportunidad para renunciar a la violencia.

Pero todo indica que aún hay un largo camino hasta ese punto. Y el tiempo apremia: el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció que a mediados del año que viene iniciará la retirada de sus tropas. El margen para operaciones como "Mushtarak" se va estrechando día a día.

Autor: Can Merey (dpa)

Editor: Enrique López

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