Comienza nuevo juicio contra británica acusada en Irán
14 de marzo de 2021
Nazanin Zaghari-Ratcliffe ya cumplió una condena de cinco años por delitos contra la seguridad del Estado. Boris Johnson exigió que sea enviada a Reino Unido a la brevedad.
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La ciudadana británico-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe compareció este domingo (14.03.2021) ante el Tribunal Revolucionario de Teherán para enfrentar un nuevo juicio por los cargos de propaganda contra el sistema teocrático del país, tras haber purgado una pena de cinco años de cárcel, informó su abogado, Hojjat Kermani, quien expresó su esperanza de que su defendida sea absuelta.
Kermani explicó que realizó la defensa legal ante la Sección 15 de la corte y que su impresión de que su clienta será absuelta radica en las pruebas aportadas y en el hecho de que Zaghari-Ratcliffe ya cumplió una condena previa de cinco años de cárcel. "El juicio se llevó a cabo en un ambiente muy calmo y en presencia de mi clienta", agregó el abogado.
Kermani dijo que el juicio ya terminó, dando a entender que el tribunal dará a conocer su veredicto más adelante. La mujer, de 42 años, es acusada de "actividades de propaganda contra el sistema” por participar en una manifestación frente a la embajada iraní en Londres en 2009, con motivo de las protestas contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad, y de dar una entrevista al servicio persa de la BBC, denostado por Teherán.
Johnson exige retorno a Reino Unido
Zaghari-Ratcliffe es empleada de la Fundación Thomson Reuters, rama filantrópica de la agencia de prensa del mismo nombre, y fue detenida en abril de 2016 en el aeropuerto de Teherán después de una visita a su familia. La mujer, que niega todas las acusaciones, fue condenada en septiembre de 2016 a cinco años de cárcel por delitos contra la seguridad del Estado, pena que terminó de cumplir el 7 de marzo.
Ese día se le retiró la tobillera con la que fue controlada durante el último año, que lo pasó en arresto domiciliario debido a la pandemia del COVID -19. El primer ministro británico, Boris Johnson, exigió el pasado miércoles al presidente de Irán, Hasan Rohani, la "inmediata liberación" de Zaghari-Ratcliffe. Johnson afirmó que "pese a que la retirada de la tobillera ha sido bienvenida, su continuado confinamiento sigue siendo completamente inaceptable y se le debe permitir regresar al Reino Unido”.
Zaghari-Ratcliffe se ha visto envuelta en la conflictiva relación entre Londres y Teherán, que tiene detenidos a decenas de extranjeros o iraníes con doble nacionalidad acusados en general de espionaje para presionar a otros países y lograr concesiones o canjes de presos.
DZC (AFP, EFE)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
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El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.