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Comisario europeo de Medio Ambiente: una agenda amazónica

12 de julio de 2023

“No nos oponemos al canje de deuda por acción climática”, dijo a DW el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginius Sinkevicius. Una cumbre UE-CELAC y una de los países amazónicos están a la puerta.

Belgien I PK I Pressekonferenz von Frans Timmermans, Thierry Breton und Virginijus Sinkevicius
Virginius Sinkevicius, comisario europeo de Medio AmbienteImagen: Dursun Aydemir/AA/picture alliance

"¿Cómo podría participar en encuentros de los países de la Organización del Tratado de CooperaciónAmazónica (OTCA), ofreciendo apoyo contra la deforestación, sabiendo que, al mismo tiempo, estamos importando productos que provienen de áreas deforestadas?”, planteó a DW el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginius Sinkevicius.

Con miras a la próxima cumbre de la OTCA, que tendrá lugar en la brasileña Belén en agosto, Sinkevicius estuvo en la colombiana Leticia con representantes de los países amazónicos, y también con los presidentes de Colombia y Brasil.

"El impacto de la degradación y la pérdida de selva amazónica va bastante más allá de la región. Es un desafío de dimensiones globales. Por eso, la UE ha asumido su responsabilidad, revisando sus patrones de consumo y quiere asegurar que en nuestras estanterías no haya productos asociados a la deforestación”, afirma el comisario.

¿Directivas sospechosas?

De fondo están las dudas expresadas por los socios latinoamericanos en el sentido de que las nuevas directrices europeas -contra la deforestación y a favor de la debida diligencia en cuanto a respeto de derechos humanos y laborales de sus empresas también en terceros países- estén encubriendo un nuevo proteccionismo.

"En mis viajes a la región he intentado pasar el mensaje: lo que acordamos en Nueva York (2019) y Glasgow (2021), en el sentido de acabar con la deforestación, es lo que tenemos que hacer. Porque mientras haya un mercado para productos que la causan, habrá quien deforeste”, subrayó, menos con ánimo de convencer, sino con el de plantear que cada quien asuma su responsabilidad.

En la cooperación europea para la protección de la Amazonía confluyen muchos temas de interés birregional. "Estamos muy contentos de que los países amazónicos -Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela- estén hablando con una sola voz. Nos hace la interlocución más fácil y va a reforzar su posición, también a nivel global. No es sólo la UE la que está preocupada por la Amazonía, el corazón y el pulmón del mundo”, dijo el comisario de Medio Ambiente.

Por otro lado, esos países que tienen en su obligación directa la protección de esa Amazonía, también amenazada por un cambio climático del que no son responsables, requieren de apoyo internacional.

"Escuché con atención al presidente Petro; a la ministra de Brasil, Marina Silva; a Susana Mohamed: podemos lograr el objetivo de asegurar la sostenibilidad solamente unidos, porque es un asunto transfronterizo. Es positivo que las cifras de deforestación bajen en un país, pero hay que cuidar de que eso no implique que en otro vaya al alza. Debemos ver a la Amazonía como un conjunto”, afirma Sinkevicius.

Con esa visión, en Leticia lanzó el programa Amazonía+, que dedica en un margen de cinco años, 35 millones de euros a las poblaciones amazónicas: "Si queremos salvar la selva, debemos tener a las comunidades locales de nuestro lado. El proyecto tiene el objetivo de crear oportunidades de uso sostenible de los bosques dentro de la Amazonía”, apunta.

Abiertos a las propuestas

Como fuere, las iniciativas amazónicas rebasan proyectos concretos. Se busca encontrar nuevos sistemas internacionales de financiación climática. "Es probable que cuantifiquemos los ecoservicios que esos países proveen al mundo y encontremos caminos para financiarlos”, comenta el comisario.

Sobre la mesa está también la idea de Colombia de lograr apoyo para cambiar deuda por acción climática, algo que el presidente de Colombia expuso en la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial en París. ¿Es ése el camino? "No nos oponemos al canje de deuda por acción climática”, responde Sinkevicius. "No obstante, para empezar a discutir requerimos de un estudio técnico, de una propuesta concreta”, apunta.

Que eso suceda para las inminentes cumbres entre la UE y la CELAC en julio o la de los países amazónicos en agosto, está por verse. "Depende más de ellos que de nosotros”, subraya el comisario.

En cualquier caso, la complejidad y relevancia de la región amazónica -donde se mezcla también la protección de las poblaciones indígenas, el impacto del narcotráfico y la violencia- estaría en la agenda.

"Son socios muy importantes. Esperamos que en la cumbre UE-CELAC ahondemos, país por país, en programas de intercambio de tecnología, investigación e innovación. Mantener a esos países en nuestra cercanía es crucial para Europa, más aún con lo que sucede globalmente”, afirmó el comisario Sinkevicius, refiriéndose a la invasión de Rusia a Ucrania y apostando más por recalcar las afinidades que las diferencias en las visiones, sea sobre la Amazonía, sobre las nuevas directrices verdes o sobre la paz.

(ers)

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