Los países de la UE que no quieran recibir migrantes, podrían “patrocinar” la devolución de aquellos que no reciban asilo. La UE redefine la solidaridad y se propone acelerar los procedimientos.
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La Comisión de la Unión Europea promete algo completamente nuevo en la política de migración y asilo. "En este momento tenemos un sistema inexistente y eso debe cambiar”, dijo Margaritis Shinas, comisario para la Promoción del Estilo de Vida Europeo. De acuerdo con el Convenio de Dublín, el primer país de la UE al que llega un migrante es responsable de éste. En el futuro, cada país podrá elegir entre acoger solicitantes de asilo o ayudar en la devolución de aquellos a los que el asilo les sea denegado.
"Patrocinio” de devoluciones
Esta forma de solidaridad no es opcional, según la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen. La solidaridad es obligatoria. Pero puede tener distintas formas. La comisaria de Migración, Ylva Johansson, indicó que no habrá cuotas fijas para la distribución de los migrantes que se encuentran en Grecia o Italia a otros países europeos. Sin embargo, negó al mismo tiempo que se haya cedido ante Estados como Polonia o Hungría, que desde 2015 se niegan categóricamente a recibir solicitantes de asilo. En el futuro, dichos Estados habrían de comprometerse a organizar la devolución de quienes no reciban asilo a sus países de origen. Un ejemplo: Hungría se encargaría del regreso a Afganistán de los afganos que se encuentren en Grecia y que no obtengan asilo. "Naturalmente, todas las normas internacionales deben ser respetadas”, afirmó Johansson. En el ejemplo citado, Hungría sería también responsable de la reinserción de esas personas en Afganistán. Eso es lo que la UE llama "patrocinio de devoluciones”.
Johansson hizo notar que aproximadamente dos tercios de las personas que entran en forma irregular en la UE finalmente no reciben asilo. En el futuro, habrían de ser devueltas a sus países con rapidez. Eso no ha funcionado hasta ahora porque los países de origen no las aceptan, o porque no se logró establecer su identidad ni su nacionalidad. Muchas personas optan por pasar a la clandestinidad antes de ser deportadas.
Detalles del pacto
En las fronteras exteriores de la UE, los recién llegados deben ser identificados, con el registro de huellas dactilares, y sometidos a un examen de salud, en un plazo de cinco días. En ese lapso se determinaría si tienen posibilidades de obtener asilo. Aquellos procedentes de países con una cuota de reconocimiento de asilo inferior al 20 por ciento, serán sometidos a un procedimiento expedito, en el que se decidiría sobre sus solicitudes en el curso de 12 semanas.
Los restantes serían distribuidos entre países de la UE. El principal criterio será el de los lazos familiares. Si alguien tiene parientes en Alemania, Francia, Italia u otro país, será enviado allí para el estudio de su solicitud de asilo. El país receptor puede plantear sus preferencias sobre la nacionalidad de los solicitantes de asilo que quiera acoger. Si alguien no tiene familiares o relaciones con personas en ningún país de la UE, permanecerá en el país de entrada.
Según la comisaria Johansson, en el futuro no habrá ya grandes campamentos como el de Moria, en Lesbos. Lo determinante será que los procedimientos sean rápidos y las devoluciones de los rechazados se lleven a cabo con prontitud.
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Aspectos inciertos
Si un Estado "patrocinador” no consigue enviar a un solicitante de asilo rechazado de regreso a su país, tras ocho meses estaría obligado a acogerlo. Siguiendo con el ejemplo anterior, si Hungría no lograra enviar a los afganos de Grecia a Afganistán, esas personas tendrían que ser llevadas a Budapest. No está claro si eso ocurriría de forma voluntaria.
En todo caso, si un solicitante de asilo es rechazado en el país de entrada, no podrá volver a presentar una solicitud en otro país.
En la conferencia de prensa en que se presentó el nuevo pacto se plantearon dudas sobre si todo eso podrá ponerse en práctica. Margaritis Schinas, en cambio, se mostró optimista. Las propuestas de la Comisión todavía tendrían que ser aprobadas por los países de la UE y el Parlamento Europeo.
Por lo pronto, los comisarios de la UE anunciaron el envío de un equipo a Lesbos, para ayudar a manejar el campamento de Kara Tepe, donde se encuentran cerca de 10.000 migrantes del incendiado campamento de Moria.
(er/cp)
Incendio en el infierno: el campamento de refugiados de Moria en llamas
El campamento de refugiados Moria, en la isla griega de Lesbos, fue destruido por un incendio. Pero ya antes de eso, la situación en el centro de refugiados más grande de Europa era más que dramática.
Imagen: Reuters/E. Marcou
La noche de los incendios
En la noche del miércoles, hubo incendios en varios lugares del campamento de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos. Por lo tanto, existe la sospecha de que los fuegos fueron iniciados deliberadamente. Algunos residentes del campamento hablaron de un incendio provocado por los pobladores. Pero también hay informes según los cuales los refugiados mismos podrían haber provocado las llamas.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Lagoutaris
Vivir en la calle
Los habitantes del campamento de refugiados, totalmente superpoblado, pudieron salvarse, Al parecer no hubo ni muertos ni heridos. Según los medios de comunicación griegos, mucha gente huyó a las colinas y bosques cercanos al campamento. Según los informes de los trabajadores de rescate, miles de personas deambulan por las calles. No hay comida ni agua, y las condiciones son caóticas.
Imagen: Imago Images/Xinhua/P. Balaskas
Condiciones miserables
Moria fue diseñado para 2800 personas. En el momento en que todo se incendió, sin embargo, alrededor de 12.600 refugiados vivían allí. Las condiciones de vida en el campamento de refugiados se consideraban catastróficas mucho antes del incendio. Las imágenes tomadas después del desastre muestran que una vida digna probablemente ya no será posible allí en un futuro cercano.
Imagen: Reuters/E. Marcou
Moria está cerca de Turquía
El campamento de refugiados de Moria está situado en el este de la isla griega de Lesbos. La distancia con la costa turca es de unos 15 kilómetros. Lesbos es la tercera isla de Grecia en cuanto a su tamaño, y tiene unos 90.000 habitantes. Alrededor de 38.000 personas viven en la capital, Mitilene, que queda a sólo unos pocos kilómetros de Moria.
Campo de refugiados pixelado
Quien quiera ver el campamento de refugiados de Moria desde el aire en Google Maps, no lo logrará fácilmente. El campamento entero es allí irreconocible. A petición de DW, la única información que se obtuvo del gigante informático fue que "Google no manipula imágenes de satélite". Pero apuntaron a proveedores que producen las imágenes de satélite. No queda claro por qué el campamento fue pixelado.
Imagen: 2020 CNES/Airbus, European Space Imaging, Maxar Technologies
El campamento no pixelado
Esta fotografía aérea, de la cual elegimos un sector similar, muestra que el entorno se ha ampliado considerablemente. Mientras que en la foto satelital de Google Maps la casa con el techo rojo todavía estaba completamente libre, aquí parece haber sido gradualmente rodeada por el campamento.
Imagen: DW/D. Tosidis
Una mirada al pasado
Las imágenes de "Street View" de la zona, en la foto, fueron tomadas en diciembre de 2011. En ese momento, el campamento de refugiados no existía todavía. En su lugar había una vieja instalación militar. Las personas solicitantes de asilo comenzaron a registrarse en ese sitio a partir de octubre de 2015, antes de ser trasladados al continente griego.
Imagen: 2020 Google
La estadía en Moria se prolonga
Mientras que, en ese momento, los migrantes sólo se quedaron por poco tiempo -esta foto fue tomada en octubre de 2015- el acuerdo entre la UE y Turquía de marzo de 2016 amplió considerablemente la duración de su estadía. Desde entonces, las personas que solicitaron asilo han estado esperando aquí para ser repartidos en otros estados de la UE, o para ser deportados.
Imagen: DW/D. Cupolo
Cuando solo queda esperar
En virtud del acuerdo entre la UE y Turquía, ya no se puede trasladar a las personas migrantes a Grecia continental. Dado que los países de la UE están divididos en cuanto al número de migrantes que cada país acoge, a veces estos permanecen en el campamento durante un largo tiempo. Personas de diversas nacionalidades hacinadas en un área pequeña: no es extraño que surjan tensiones.
Imagen: DW/D. Cupolo
Las tensiones, en su punto máximo
Las tensiones ya estallaron en septiembre de 2016 en violentos enfrentamientos en los que se produjeron incendios. En ese momento "solo" había unos 3.000 migrantes en el campamento. Grandes partes de Moria fueron destruidas. Solo un mes después, varios cientos de inmigrantes prendieron fuego a los contenedores de la autoridad de asilo de la UE, en protesta por el largo tiempo de tramitación.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Schwarz
Otro incendio, con víctimas
En septiembre de 2019 se produjo otro gran incendio. En ese momento, primero se incendió un olivar hacia el cual se había extendido el campamento. Veinte minutos más tarde, otro incendio estalló dentro del campamento fortificado. Este incendio se cobró dos vidas: la de una mujer y la de su bebé. En ese momento ya había más de 12.000 personas en el campamento de refugiados.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Una crisis es también una oportunidad
Un campamento completamente superpoblado, pésimas condiciones higiénicas y médicas, tensiones étnicas y, como si es fuera poco, recientemente surgieron los primeros casos de COVID-19. Una situación catastrófica. Y eso fue antes del incendio. ¿Es esto el apocalipsis inminente o tal vez el punto de partida para una solución más humana? Hasta ahora, nadie puede, o quiere, responder a esa pregunta.