El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, Roberto Herrera, pidió hoy a la Unión Europea (UE) acompañar los comicios generales del 26 de noviembre, para "restablecer" la confianza de la ciudadanía.
Publicidad
En un comunicado, Herrera indicó que ante "el momento histórico y la crisis que vive Honduras" es necesario que las elecciones generales sean observadas por la UE, cuyos países están "comprometidos con los valores democráticos. Enfatizó que la presencia de la UE como observador de los comicios es "relevante" en este momento en que se busca "restablecer la confianza entre la población y las instituciones".
El defensor del pueblo hondureño señaló que en su país "hay mucha desconfianza, no solo de las personas hacia las instituciones, sino también entre las personas", pues la sociedad está "bastante dividida".
"Estamos viviendo una situación muy especial de crisis generalizada por la violencia, la discriminación, la exclusión, la delincuencia y por grupos de maras que tienen bajo control ciertos espacios en el país", subrayó. Una misión exploratoria europea inició el pasado fin de semana una visita a Honduras previo a que la UE decida el posible envío de observadores a los comicios generales.
Los hondureños elegirán en las próximas elecciones generales al presidente y tres designados (vicepresidentes) de la República, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Centroamericano, así como 298 alcaldías municipales. A las mismas se presenta el actual mandatario, Juan Orlando Hernández, como candidato a la reelección.
Las elecciones de noviembre serán las décimas consecutivas desde que Honduras retornó a la democracia en 1980, tras casi dos décadas de regímenes militares. EFE
Un día en la vida de Martín, defensor de migrantes en México
La asociación civil “Estancia del Migrante González y Martínez” es una pequeña organización humanitaria que brinda alimento y apoyo a los migrantes que pasan por el centro de México, rumbo a Estados Unidos.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Martín y su esposa Carmen
Martín Martínez y el sacerdote Mario González fundaron hace más de 15 años la Estancia del Migrante González y Martínez, una asociación que ayuda a los migrantes que pasan por Tequisquiapán, México. Ambos migraron a EE.UU., pero regresaron a su país. Al volver fundaron la Estancia. La esposa de Martín es su escudera incondicional.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Una pequeña estación de trenes
La Estancia ocupa una estación de trenes abandonada en las afueras de Tequisquiapán. El lugar pertenece a una de empresa de transporte de carga. Esta no ha querido ceder los derechos de propiedad a la asociación a pesar de que llevan más de 15 años ayudando a migrantes desde este lugar.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Un lugar pequeño pero acogedor
El local es realmente pequeño. El espacio solo da para almacenar los víveres y las herramientas necesarias para asegurar que el trabajo diario se haga correctamente. Martín querría tener un espacio más grande para poder ofrecer una mejor atención a los migrantes, pero hasta ahora no ha sido posible.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Martín ha sido atacado por su activismo
El fundador de la Estancia ha recibido amenazas, pero hace caso omiso pues no está dispuesto a dejar de ayudar a los “hermanos centroamericanos”. Quitó el número de teléfono de la camioneta y ya no responde a llamadas de números desconocidos debido a las intimidaciones vía telefónica.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
En la Estancia se asesora a los migrantes
La formación en derechos humanos y el apoyo de instituciones como el Tecnológico de Monterrey, la Universidad Autónoma de Querétaro y la Universidad Iberoamericana son fundamentales. Martín no cree en los medios de comunicación. Dice que no hay ningún interés en dar soluciones ni verdadera visibilidad al problema de la migración.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Los mexicanos también migran
Este migrante interno es de Oaxaca, México. Llegó a pie y tomó las vías del tren para ahorrar tiempo. No se dirige a Estados Unidos sino al norte del país, donde cree que tendrá más oportunidades que en el sur. Al contrario de los migrantes extranjeros, él puede viajar en bus fácilmente, pero dice que no tiene dinero para pagarlo.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Martín busca donaciones y apoyo
De vez en cuando hay gente que se organiza para hacer donaciones a la asociación. Este día Martín tuvo que desplazarse a la ciudad de Querétaro a recoger víveres en un lujoso barrio cerrado.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Un supermercado dona panes y pasteles
A pesar de ser pionero y de haber recibido la Medalla de Honor a la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos “Nelson Mandela” en 2014, los recursos con los que cuenta la estancia son escasos. Ninguna ONG internacional o asociación les brinda ayuda financiera regularmente.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Una donación alemana
Una de las camionetas de la asociación fue regalada por un médico alemán. Estos vehículos son fundamentales para recoger donaciones, transportar heridos y llevar a los migrantes que llegan a pie a las estaciones más cercanas para que puedan seguir su camino.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Se acerca el tren
Las hijas de Martín están tan comprometidas en la causa como él. Claudia muestra las bolsas para que el conductor del tren disminuya la velocidad y los migrantes puedan agarrar las bolsas con comida. La organización comenzó como un proyecto familiar y hoy son más de 15 las personas involucradas.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
"La Bestia" atraviesa México
Los trenes pertenecen a diferentes compañías privadas. Martín ha estado en pleito repetidas veces con una de ellas ya que reivindica el derecho de poder ser propietario del local que ocupan y otros aledaños que están abandonados. Así podrían atender mejor a los migrantes.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Siempre alerta cuando pasa un tren
No se sabe realmente cuándo pasa el tren y cuando pasa es incierto si lleva migrantes a bordo. Por eso los miembros de la Estancia siempre están atentos cada vez que pasa La Bestia.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Un momento peligroso
Algunos conductores de los trenes aumentan la velocidad cuando pasan por albergues para que los migrantes no puedan recibir la comida que les lanzan. Otros, más humanos, desaceleran para que los migrantes no se caigan al intentar atrapar la comida.
Imagen: DW/S. Ospina Garcia
Un éxodo mortal
Martín apunta que le ha tocado hacer las veces de médico y con el tiempo tuvo que aprender a recolocar huesos y a hacer curaciones. Dejó de acudir a los hospitales porque desde allí solían llamar a Migración para hacer detener a los muchachos. Una vez no pudo hacer nada por un joven salvadoreño de 17 años que no se agarró bien de La Bestia y cayó. Murió mutilado.