Comité senatorial aprueba nominación de Jeff Sessions
1 de febrero de 2017
El candidato de Donald Trump para ser el próximo fiscal general de Estados Unidos deberá superar ahora el voto del pleno del Senado, donde solo necesita mayoría simple.
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El Comité Judicial del Senado de Estados Unidos aprobó la nominación del senador Jeff Sessions como próximo fiscal general del país, después de varios retrasos forzados por los demócratas tras la polémica levantada por el despido fulminante de la fiscal general en funciones, Sally Yates.
Con once votos a favor y nueve en contra, el senador por fin superó el escollo del comité, y ahora su designación pasará al pleno de la Cámara alta, donde se espera que su confirmación sea más sencilla, ya que solo necesita mayoría simple y los republicanos cuentan con 52 de los 100 escaños.
El ya difícil camino de confirmación del senador por Alabama, dado su extremismo en asuntos migratorios y femeninos, se volvió más controvertido después de que el presidente Donald Trump relevara el martes del cargo a Yates por insubordinación, ya que esta consideró ilegal la orden emitida por el mandatario para no permitir de forma temporal la entrada a los nacionales de siete países musulmanes.
Los demócratas elogiaron durante el debate de confirmación de Sessions la decisión de Yates y acusaron al senador de ayudar a Trump a redactar la orden, una reclamación que el presidente del comité, el republicano Chuck Grassley, negó.
"No estoy seguro de si eso sería un problema, incluso si estuvo involucrado. Pero el hecho es que no lo estuvo", dijo Grassley.
Voz beligerante
Los demócratas han criticado duramente la orden de Trump y el despido de Yates, y alegaron que cualquier voto a favor de Sessions es un voto para permitir que Trump acabe con la independencia entre los poderes Ejecutivo y Judicial.
Senador durante 20 años, Sessions se convirtió durante la campaña electoral del pasado año en uno de los más fieles asesores de Trump, con quien coincide en numerosas ideas, como la creación de una política de mano dura contra el crimen y la deportación masiva de los indocumentados que viven en EE.UU.
En el Senado, Sessions fue en una de las voces más beligerantes contra los proyectos legislativos que debatió el Congreso en 2007 y 2013, con el fin de abrir un camino a la ciudadanía para parte de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país.
El senador también está a favor de acabar con los "resquicios legales" sobre el asilo para los refugiados y quiere la "repatriación obligatoria" de todos los menores inmigrantes que cruzan solos la frontera, la mayoría procedentes de Centroamérica.
EL(efe, dpa)
Los primeros 10 días de la Era Trump
DW sigue paso a paso la huella de una administración que desde sus inicios ha causado polémica y el surgimiento de movimientos ciudadanos de resistencia tanto en Estados Unidos como en otros países.
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Toma de posesión (20.01.2017)
Donald Trump juramentó el 20 de enero de 2017 como presidente número 45 en la historia de Estados Unidos. Como candidato prometió realizar profundos cambios en cuanto a las políticas de salud, migratoria y exterior. Daba fin así la era Obama y comenzaba otra muy distinta.
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Primera orden ejecutiva (23.01.2017)
Apenas instalado en la Casa Blanca, Trump comenzó a dar muestras de que no perdería tiempo en llevar a cabo sus promesas de campaña. Su instrumento favorito son las órdenes ejecutivas. En la primera de su administración, Trump anunció el 23 de enero de 2017 la salida de Estados Unidos del Tratado Transpacífico, uno de los de mayor envergadura en el proyecto de comercio multilateral global.
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Resurrección de oleoductos (24.01.2017)
Al día siguiente, Trump firmó otra orden ejecutiva, esta para reactivar los proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, que habían sido suspendidos por Barack Obama. La medida tuvo inmediatamente una repercusión positiva en Canadá, socio de Estados Unidos en el proyecto. Pero organizaciones ambientalistas y comunidades autóctonas criticaron la medida de Trump y anunciaron resistencia.
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Muro por decreto (25.01.2017)
El 25 de enero de 2017, Donald Trump firmó el decreto que ordenaba iniciar la construcción de un muro en la frontera con México. Lo hizo mientras dos funcionarios mexicanos se encontraban en la Casa Blanca para hablar sobre una posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Trump causó indignación en México, pero no se inmutó.
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Reacción de México
El gobierno de México reaccionó con declaraciones. El presidente Enrique Peña Nieto insistió en que México no pagaría por la construcción del muro fronterizo y dijo que esperaría el reporte de los dos funcionarios presentes en Washington para definir estrategias y acciones. Intelectuales y políticos le pidieron acciones prontas.
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Trump toma la iniciativa
Peña Nieto y su ministro de Exteriores, Luis Videgaray (der.) fueron rebasados por Trump. El presidente de EE.UU. dijo el 26 de enero de 2017 que si México insistía en no pagar el muro, era mejor cancelar el encuentro programado para el 31 de enero entre ambos mandatarios. Como reacción, Peña Nieto canceló su viaje a Washington.
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Limitación de visados y entradas a EE.UU.
Trump firmó el 27 de enero de 2017 una orden ejecutiva más, que limitaba el acceso a Estados Unidos, entre otros, a ciudadanos estadounidenses que contaran además con la nacionalidad de siete países de mayoría musulmana, entre ellos Irak y Siria. La medida provocó repudio internacional aunque la Casa Blanca insistió en que no se trataba de una medida determinada por cuestiones religiosas.
Como respuesta, miles de personas acudieron a puertos aéreos donde agentes migratorios rechazaban la entrada de ciudadanos procedentes de los siete países mencionados en la orden ejecutiva de Trump. La norma no clarificaba asuntos legales importantes en su implementación, por lo que comenzó a ser aplicada en un entorno de caos jurídico.
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Impugnación legal
La fiscal general interina de Estados Unidos, Sally Yates, impugnó la orden ejecutiva sobre inmigración por considerarla "ilegal". Horas después, Trump ordenó el 31 de enero de 2017 su emoción y calificó a Yates como traidora por no cumplir la orden ejecutiva.