"En 2012 creamos las condiciones necesarias para reorganizar el banco. Pero está claro que el camino es largo", declaró este viernes, 15 de febrero, el director ejecutivo Martin Blessing, en Fráncfort. El banco, parcialmente nacionalizado tras el estallido de la crisis, cerró el año con un beneficio casi nulo de 6 millones de euros (8 millones de dólares), frente a los 638 millones de 2011.

El derrumbe se debe sobre todo al cuarto trimestre, en el que esa institución sorprendió con pérdidas por 716 millones de euros. Como las cifras estaban muy por debajo de las expectativas de los analistas, la entidad había adelantado su publicación al 4 de febrero.

La lucha se da en varios frentes

Los resultados detallados presentados hoy muestran que el Commerzbank tiene varios frentes abiertos. El principal es el negocio de banca privada, en el que los beneficios cayeron de 476 millones de euros en 2011 a 245 millones en 2012, casi la mitad.

El banco también tuvo que hacer frente a amortizaciones millonarias y a las cargas derivadas de la venta del Bank Forum de Ucrania.

Ahora afronta un programa anunciado en enero para suprimir otros 4.000 a 6.000 empleos, que según los expertos costará unos 500 millones de euros sólo en el primer trimestre de 2013. Ante la caída de casi un 100 por ciento en los beneficios y los desafíos que afronta el banco, Blessing renunció a cobrar sus bonificaciones correspondientes a 2012.

Tampoco los accionistas cobrarán dividendos. Por el contrario, el banco rescatado con miles de millones de euros por el Estado durante la crisis pagará por primera vez intereses de los fondos públicos que aún mantiene.

CP/ er (dpa, rtr)