"Como el vodka y el caviar"
31 de mayo de 2003El ambiente no dejó nada que desear en cuanto a cordialidad y majestuosidad. Las celebraciones del tercer centenario de la ciudad de San Petersburgo brindaron un marco incomparable a la cumbre de la Unión Europea y Rusia, en que se acordó estrechar vínculos y se plantearon ambiciosas metas de largo plazo. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, sintetizó así, risueñamente, la atmósfera imperante: "le dije a Vladimir (Putin) que ahora somos como el vodka y el caviar".
¿Europa sin fronteras?
Eso no implica que todo sea de color de rosa. Pero en la reunión, a la que asistieron también los 10 países que se incorporarán el año entrante a la UE, hubo la franqueza suficiente como para no limitarse a tocar sólo aspectos en los que hay plena coincidencia. Tal es así que el anfitrión expuso abiertamente su preocupación por los efectos que pudiera tener la apertura de la Unión Europea hacia el Este, sobre todo en cuanto a aislar económicamente a Moscú. Putin puntualizó que la ampliación debe "fortalecer las relaciones de Rusia con Europa y no debilitarlas". En este sentido, demandó libertad de movimiento para los ciudadanos rusos en el ámbito comunitario y subrayó que nadie quiere que "un muro de Schengen divida a Europa", aludiendo al tratado que eliminó los controles fronterizos entre los países signatarios.
Tal deseo, sin embargo, tardará en cumplirse. En el comunicado final de la cumbre solamente se consigna el propósito de examinar en conjunto las condiciones para que los rusos puedan viajar a la UE sin necesidad de visa, como meta "a largo plazo". Según aclaró el canciller alemán, Gerhard Schröder, "se trazó una perspectiva, no más que eso". El problema radica, fundamentalmente, en los temores europeos a la inmigración ilegal y al contrabando, que podrían arreciar. Por eso se asigna tanta importancia a estrechar la cooperación con Moscú en materia de combate contra la delincuencia.
Chechenia no fue olvidada
También el espinoso tema del conflicto checheno fue abordado, después de largo tiempo de silencio. Pese a la resistencia inicial de Putin, se hace mención a él en el comunicado final de la cumbre. En concreto, se manifiesta la esperanza de que el proceso puesto en marcha con el referéndum celebrado a fines de marzo en esa región "conduzca hacia el restablecimiento del imperio del derecho y, con ello, a la defensa de los derechos humanos y a una verdadera reconciliación".
Son las clásicas expresiones diplomáticas, en que se evita herir las susceptibilidades del afectado, que en este caso es Moscú. No hubo advertencias contra los excesos de los soldados en la guerra de Chechenia, ni condenas. Pero el sólo hecho de que el tema no se haya silenciado ya resulta positivo para las perspectivas del diálogo entre la UE y Rusia.