Si las cumbres del Trentino estaban hasta hace poco reservadas para los ciclistas más entrenados, ahora también se pueden ascender con otro tipo de ayuda: las bicis eléctricas.
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"¡Unos 2.000 metros de altitud y un constante cambio de subidas y bajadas, para terminar con un largo descenso!". Esa fue la descripción que Nicola Piechele hizo del recorrido en bici de montaña por las altas cumbres de la región italiana de Trentino. Para incautos aficionados, suena factible y prometedor. Pero también algo sospechoso cuando Nicola reconoció haber sido ciclista profesional, además de lucir un equipamiento que prometía enormes aspiraciones sobre las dos ruedas.
Al comenzar a subir por pistas forestales, esa distancia de dos kilómetros se hace eterna. El grupo de expertos tuvo que detenerse a esperar a los rezagados en el Huevo Quemado (1.850 metros de altitud). En este momento, cualquier ciclista poco experimentado habría lanzado maldiciones a la bicicleta de no ser por la recompensa de grandiosas vistas sobre el lago di Caldaro y el valle dell'Adige, al sur de Bolzano.
La región de Trentino está situada entre los Dolomitas y el extremo norte del lago de Garda. Por la zona hay numerosas rutas y carriles aptos para cualquier tipo de ciclista. Entre aficionados a la mountainbike, la región de Garda es especialmente popular y el nuevo reto es el Tour de Non. A lo largo de 154 kilómetros, comienza en la ciudad de Cles hasta llegar a los 6.000 metros de altitud en cinco etapas de un día.
Entre las rocas de los Dolomitas y las montañas de Maddalene, la ruta circula por vías naturales. Requiere experiencia y no es apto para ciclistas que tengan miedo a cargar la bici y escalar con ella. Pero también hay tramos para principiantes que atraviesan fincas de manzanos y ruinas de castillos. En su papel de guía, Nicola no duda en resaltar el enorme potencial turístico de esta zona tan desconocida. Una extraordinaria experiencia en bicicleta que los turistas alemanes se pierden cuando deciden ir al sur del Tirol.
En vino y en bicicleta
Además, en la región hay relativamente poco tráfico y cuenta con condiciones extraordinarias para practicar ciclismo. Por eso ha sido cuna de famosos profesionales, como Francesco Moser, triunfador en el Giro de Italia de 1984. Ese mismo año, batió el récord de velocidad con 51,151 km/h. Precisamente, el mismo número que llevan las etiquetas de sus vinos. "Cuando comencé en los años setenta sólo había ciclistas de carreras por las carreteras. Ahora hay miles de personas", explica refiriéndose al entusiasmo del ciclismo. Sobre todo, ha aumentado enormemente el número de mountainbikers: "Pueden acceder a cualquier parte y subir hasta las zonas de esquí", dice.
Moser va más allá y se atreve incluso a recomendar el uso de bicis eléctricas, modelos que él mismo utiliza para ascender a los terrenos donde tiene sus vides. Pero aparte de sus vinos, Moser es también uno de los impulsores del "Tour de los Alpes". Después del Giro del Trentino, que con sus 40 años de historia es una de las carreras de ciclismo más importantes de la región, esta nueva ruta cruza a lo largo de cinco duras etapas el Tirol, Tirol del Sur y Trentino. Según Moser, un gran proyecto con mucho futuro.
Nuevos horizontes con bicis eléctricas
De vuelta a la bici de montaña, hay todavía emocionantes tramos de ruta por descubrir. Para no quedar rezagado del grupo, se puede cambiar de bici por un modelo eléctrico tipo Pedelec. Lo que al principio se ve prometedor, dejando a otros ciclistas rezagados, empieza a normalizarse más adelante: la bici eléctrica pesa mucho y no es apta para cruzar por zonas pantanosas llenas de raíces de árboles. De vuelta al asfalto, se puede acelerar entre manzanos y vides, pero de repente falla algo: el motor de la Pedelec se desconecta a los 25 km/h. Sin embargo, no todo ha sido en balde: la experiencia sirvió para descubrir en el Trentino todo un mundo de nuevos horizontes.
Autor: Arno Stroncik (JAG/DZC)
Las diez atracciones más populares de Europa
Todos los días, 80 millones de imágenes son subidas a Instagram. Gracias a ello, podemos ver cuáles son los destinos más visitados por los usuarios. Aquí les mostramos los diez más visitados del Viejo Continente.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Zinken
#10: Atomium de Bruselas
Nueve esferas de acero forman esta bella estructura, que es una réplica de un cristal de hierro amplificado 165 mil millones de veces. Es, desde la Expo 1958 (Exposición Universal de Bruselas) una de las postales más conocidas de la capital belga.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Karmann
#9: Castillo de Edimburgo
Es la atracción turística más visitada de Escocia. Ubicado en la cima de una roca de origen volcánico, el castillo es una imponente fortaleza que domina el paisaje urbano de Edimburgo. A todo eso agregamos que es una de las principales postales de la región. Allí vivía María Estuardo antes de ser apresada y obligada a abdicar.
Solamente a primeras horas de la jornada es posible ver el Puente de Carlos vacío. No extraña, pues su atractivo turístico es indesmentible. Durante el día, hordas de visitantes lo atraviesan para ir o venir al Castillo de Praga. Con 516 metros de extensión, el de Carlos es el mayor puente de estilo gótico del Viejo Continente. Su construcción se remonta al siglo XIV.
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#7: Puerta de Brandeburgo, Berlín
Este portal fue y es protagonista de la historia europea. Como símbolo de la unidad alemana, la Puerta de Brandeburgo es conocida en todo el mundo y es objeto de numerosas fotografías por parte de los turistas. Está en pleno centro de la capital germana, a un costado del Parlamento, era una de las puertas de acceso a la ciudad y fue terminada en 1791.
Una acrópolis, o sea una construcción imponente sobre una colina, con templos y fortificaciones, dominaba los paisajes de muchas ciudades de la Antigua Grecia. La de Atenas es la más conocida de todas, y hace ya 2.500 años dominaba el paisaje de la capital helena. En 1986 fue declarada Patromonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Imagen: Reuters/C. Hartmann
#5: Plaza Roja, Moscú
Ubicada en pleno corazón de Moscú, la Plaza Roja sorprende con sus increíbles dimensiones: 500 metros de ancho por 150 de largo. Y por si fuera poco, está llena de atracciones turísticas: por ejemplo, la catedral de San Basilio con sus nueve cúpulas o el Museo Histórico. Sumemos a eso la tienda de departamentos GUM o, no menos importante, el mausoleo de Lenin.
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#4: Coliseo de Roma
En Roma hay tantos sitios arqueológicos que la ciudad casi se ve superada por todos los trabajos de mantención que debe llevar a cabo. El Coliseo, por ejemplo, acaba de ser restaurado. El mayor anfiteatro antiguo del mundo se localiza en el Foro Romano. Con capacidad para 50 mil espectadores, a lo largo de los siglos sirvió como escenario para numerosas luchas de gladiadores.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Medichini
#3: Sagrada Familia, Barcelona
Seguramente es el sitio en obras más famoso de Europa. Su construcción se remonta al año 1882, cuando Francisco de Paula del Villar y Lozano comenzó los trabajos, pero fue Antonio Gaudí quien asumió la autoría y le dio la forma que se conoce hasta hoy. La obra debería estar terminada para el 100 aniversario de la muerte del célebre arquitecto catalán, el 7 de junio de 2026.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Goldmann
#2: Puente de la Torre de Londres
Con sus dos torres de 65 metros de alturas, el de la Torre de Londres es, posiblemente, el puente levadizo más famoso del mundo. Además de unir al norte y el sur de la capital británica, ha marcado la silueta de la urbe por los últimos 120 años. La misma estructura impacta por sí sola a los turistas, así como también el paisaje que conforma en armonía con el río Támesis.
Imagen: picture-alliance/empics/V. Jones
#1: Torre Eiffel, París
La Torre Eiffel es el símbolo de París y de toda Francia. Su nombre remite al constructor de esta icónica obra, el ingeniero Gustave Eiffel. Es la atracción turística más visitada del mundo, con más de 7 millones de ingresos anuales de personas que quieren ver la ciudad desde las alturas de la torre. Por eso mismo no extraña que sea el objeto más fotografiado en Instagram.