Las emisoras de radio, los canales de televisión y los comentarios en las calles de Montevideo se concentran en una sola preocupación: ¿jugará Edinson Cavani el partido ante Francia? Los medios siguen el minuto a minuto de su lesión y los uruguayos siguen con atención su evolución. Durante el partido en octavos de final contra la selección de Portugal, el delantero salió del campo de juego con un evidente dolor en la pierna, una lesión que, según informó la Asociación Uruguaya de Fútbol días después, es un hematoma en el gemelo de su pierna izquierda.

De todas maneras, la selección uruguaya ha vuelto a despertar la ilusión y el entusiasmo entre los aficionados. En las calles de la capital sobrevuela el optimismo.

Hace más de 10 años que Michael vende banderas, gorros, bufandas y todo tipo de accesorios para alentar a la Celeste en un puesto cercano al estadio Centenario, en el que en 1930 se jugó el primer campeonato mundial de fútbol y cuyo campeón fue el equipo local.

"Vamos a ser campeones”, dice sin lugar a dudas y con una sonrisa en los labios. Desde que comenzó el Mundial las ventas se han incrementado y los compradores reclaman la camiseta de Suárez o de Cavani: "Si mañana ganamos, yo vendo todo”, dice Michael. 

Según una encuesta de la empresa Equipos Consultores, realizada antes de que comenzara el campeonato, las expectativas de los uruguayos sobre el desempeño de esta selección son muy altas. Un 28 por ciento creía que Uruguay sería el campeón, mientras que un 24 por ciento pensaba que iba a llegar a las semifinales.

La mayoría de los autos, ómnibus, taxis y hasta bicicletas tienen al menos una bandera de Uruguay a la vista. "Es la forma que tenemos de alentar desde acá, ¿no?”, sostiene un hombre que compra una banderita para colocarla sobre la ventana de su auto, quien también se anima a vaticinar un resultado: "Con un uno a cero estamos contentos”.

Cuando juega la selección de fútbol de Uruguay se paralizan las actividades. Las miradas apuntan a Rusia y las esperanzas se concentran en la ansiada copa. Dos de las intendencias de los diecinueve departamentos resolvieron cerrar sus puertas este viernes (06.07.2018) y mantener solamente tareas de emergencia, mientras que el banco estatal y otros servicios públicos comenzarán a funcionar luego del desenlace del partido, que se juega en la mañana uruguaya. Los alumnos en las escuelas verán la contienda en las aulas y hay universidades que suspenderán sus clases.

Marta administra un quiosco de diarios y revistas en la principal avenida de Montevideo. Cada vez que se juega un partido, lo cierra y coloca el anuncio "vuelvo después del triunfo”. "Yo lo que quiero, más que ganar la copa, que sería muy bueno, es que ganemos mañana. Así alcanzamos lo mismo que en el Mundial del 2010, que fue una gran alegría para todos los uruguayos”, dice. "Más que por los muchachos, quiero que ganemos por el maestro (Tabárez)”, agrega. 

Al lado de Marta, conversando de fútbol, está Mabel, que vivió el campeonato de 1950, cuando Uruguay fue consagrado campeón por última vez. "Yo viví el campeonato del 50, fue una cosa impresionante. Pero esto es diferente, esto viene trabajado desde hace años y es hora”, dice Mabel, que está segura de que la selección uruguaya va a derrotar a la francesa. "La selección tiene una simbiosis impresionante con el pueblo, conquistaron a la gente con su humildad, por su forma de ser”, sostuvo.

Sea como sea, este viernes el país va a estar en absoluto silencio a partir de las 11:00 am (hora uruguaya). Un silencio que los uruguayos esperan romper con uno -o varios- gritos de gol.

Autora: Carla Colman, desde Montevideo (RRR)

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