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Con las elecciones, "El Salvador ha salido fortalecido"

Enrique López Magallón11 de marzo de 2014

Aún no se ha dado a conocer el resultado oficial de las elecciones presidenciales en El Salvador, en su segunda ronda. No obstante, está claro cuáles serán algunos de los desafíos del próximo gobierno en ese país.

Imagen: Reuters

Con el 100 por ciento de las actas escrutadas en el recuento preliminar, y comenzado ya el conteo definitivo de los votos, el FMLN mantenía su estrecho margen de ventaja en la segunda vuelta de los comicios presidenciales.

Dado el equilibrado e inesperado desenlace de estas elecciones, las autoridades electorales salvadoreñas han pedido prudencia a los partidos políticos, sobre todo en lo que respecta a la proclama anticipada de victoria.

Pero independientemente de los resultados definitivos, es posible identificar ya factores que marcarán el devenir político salvadoreño en los próximos años. Uno es la estabilidad del FMLN como fuerza política en el país.

“Lo que más ha favorecido al FMLN en la evaluación de los electores son los programas sociales que ha llevado a cabo en este periodo”, dice en entrevista con DW la directora de la Fundación Heinrich Böll en El Salvador, Lorena Argueta.

Otro elemento importante es que se fue desvaneciendo en los pasados cinco años la impresión de que el FMLN podía establecer un gobierno de tipo socialista como en Cuba o en Venezuela. "En El Salvador la gente fue generando confianza en un gobierno de izquierda”, agrega la especialista.

Salvador Sánchez Cerén fue el candidato del FMLN.Imagen: Reuters

Los programas sociales impulsados por el gobierno del FMLN en el pasado lustro fueron apoyados por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, o ALBA.

“Aunque aquí hay que separar”, dice Argueta. “ALBA no ha hecho alianzas con el gobierno en sí. Se maneja como una empresa de economía mixta en la que participa no el FMLN, pero sí sus dirigentes. Los programas sociales del gobierno nacional y del ALBA se han manejado de manera separada”, señala.

Algunos de estos programas sociales consisten en el otorgamiento de alimentos para escolares o apoyos económicos de 50 dólares mensuales a personas de la tercera edad en extrema pobreza.

El ascenso de Arena

Otro factor que no cambiará con el resultado definivo de la segunda vuelta electoral será el salto, impredecible hasta antes del pasado 10 de marzo, del partido de derecha Arena. Hasta antes de los comicios, las encuestas otorgaban al FMLN una ventaja de ocho a 14 puntos en la intención de voto.

En los hechos, esto no sucedió. Los resultados electorales preliminares arrojaron un nivel de votación muy parejo; es decir, la derecha salvadoreña logró en el balotaje mucho mayor cantidad de votos que los previstos.

“Aún no se ha estudiado el por qué de este factor”, afirma Lorena Argueta. Entre las posibles causas podría figurar un efecto por las recientes movilizaciones en Venezuela, o el incremento de la población votante respecto a la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Asimismo, el contingente de votantes a favor de Unidad, el otro partido de derecha, posiblemente habría dado su voto a Arena en la segunda.

El FMLN, en cambio, tuvo un comportamiento similar al de la primera vuelta.

Norman Quijano, de Arena, logró un crecimiento de votos en el balotaje.Imagen: Reuters

El gran reto: lograr acuerdos

Con un electorado claramente dividido, el principal reto del próximo gobierno salvadoreño –sea quien fuere el presidente- consistirá en alcanzar acuerdos con las otras fuerzas políticas a fin de garantizar la gobernabilidad.

“El gran desafío será lograr un pacto de unidad para abordar los temas urgentes, como lo son la situación fiscal, la seguridad, y la economía de un país que está estancado desde hace más de 20 años”, indica la directora de la fundación Heinrich Böll en El Salvador.

La especialista señala un factor excepcional para la administración que tomará el poder el 1 de junio: “El próximo gobierno tendrá que pasar por tres asambleas legislativas: comenzará con el Parlamento actual, en el 2015 habrá elecciones legislativas y un nuevo Parlamento por tres años. Luego, esa administración terminará con otro Poder Legislativo”.

En cuanto a las acusaciones que se han perfilado en contra del Tribunal Supremo Electoral de El Salvador, en cuanto a un posible fraude, Argueta considera que “el sistema electoral es bastante transparente. Es realmente muy difícil que haya un fraude”.

El problema, señala, “es el margen tan reducido de ventaja, que da lugar a cualquier discusión. Pero las actuales elecciones no vulneran el panorama institucional. Con el proceso electoral, el país ha salido fortalecido”.

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