Un secuestrador turco fue arrestado en la noche al miércoles por la policía italiana horas después de que secuestrara un avión de pasajeros con 113 personas a bordo, sin que se reportaran heridos, indicaron medios locales.

Reportes iniciales mencionaban la presencia de dos secuestradores, pero luego se reveló que se trataba de sólo una persona. Los investigadores presumen que la confusión se produjo por un ardid del secuestrador que al ingresar a la cabina de los pilotos les habría dicho que tenía un cómplice entre los pasajeros.

Acorde a las fuentes, el sujeto -que no portaba armas- pidió asilo político en Italia y ahora está en manos de la policía. Los pasajeros y la tripulación descendieron del avión luego de que lo hiciera el secuestrador, aproximadamente tres horas después del aterrizaje en el aeropuerto italiano de Brindisi, que había sido aislado, y donde por la noche se retomó el tráfico aéreo.

Secuestrador un desertor militar

Según autoridades turcas, el sujeto es un desertor militar sobre quien pendía una persecución penal en su patria. A diferencia de lo que se indicaba en reportes iniciales, con el secuestro el hombre no pretendía protestar contra el papa Benedicto XVI por sus recientes declaraciones sobre el Islam que ofendieron a la comunidad musulmana.

Medios turcos señalaron que el joven de 28 años, que se reconoce cristiano, posiblemente buscaba el respaldo del Sumo Pontífice e incluso en agosto le envió una carta diciendo que como cristiano no quería servir al Ejército musulmán. Añadieron que huyó a Albania en mayo pasado, donde buscó asilo infructuosamente y si regresaba a Turquía lo amenazaba el arresto.

Cuando en el avión cercado en Brindisi se reportó de la intención del secuestrador de enviar un mensaje al Papa, se creyó que el motivo era su oposición a la planeada visita del Sumo Pontífice a Turquía para el 28 de noviembre. Fuentes del Vaticano confirmaron que pese al secuestro se mantiene el plan del viaje.

Buscó contactar a la prensa

El sujeto había secuestrado el avión de pasajeros de Turkish Airlines, un Boeing 737, en el trayecto desde la capital albanesa de Tirana hacia Estambul. La aeronave estaba en espacio aéreo griego cuando el secuestrador se hizo con el control de la misma. Además de la mayoría de albaneses entre los pasajeros había jóvenes representantes de belleza de la India, Singapur, Malasia y Filipinas.

El Boeing 737 fue interceptado por aviones militares griegos y luego escoltado al aeropuerto de Brindisi -que fue aislado y cercado por soldados y policías- por dos aviones de combate F16 italianos.

En el aeropuerto de Brindisi, la localidad del sur de Italia donde aterrizó el aparato, se realizaron luego negociaciones para la liberación de las 113 personas a bordo de la aeronave -107 pasajeros, en su mayoría albaneses, y seis miembros de la tripulación- durante las cuales, según medios italianos, el secuestrador pidió conversar con periodistas.

Funcionarios de seguridad describieron al secuestrador como "no agresivo". El presidente de la provincia de Brindisi, Michele Errico, dijo que al salir del avión el secuestrador pidió disculpas a los pasajeros.