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Condenado a muerte por conversión al cristianismo

Redacción DW-WORLD22 de marzo de 2006

Alemania respalda al ciudadano afgano que podría ser condenado a muerte en Kabul por haberse convertido al cristianismo. Desde Kabul critican la "intromisión" en sus asuntos internos.

El juez del Tribunal Supremo afgano, Ansarullah Mawlavezada, con la Biblia de Abdul Rahman.Imagen: AP

La ministra alemana de Desarrollo Económico, Heidemarie Wieczoreck-Zeul anunció que se pondrá en contacto directo con el Presidente de Afganistán, Hamid Karsai, para salcar la vida de Abdul Raham.

Este caso se considera ejemplar dentro del conflicto entre las fuerzas progresistas y conservadoras dentro de Afganistán, entre un sistema jurídico muy conservador y un gobierno de perfil liberal.

Denunciado por su familia

Aparentemente Abdul Rahman, de 40 años, fue denunciado por su propia familia, luego de una pelea por la custodia de sus dos hijos. Cuando fue detenido, a principios de febrero en la capital Kabul, se encontró una Biblia entre sus posesiones.

Abdul Rahman podría ser sentenciado a la pena de muerte.Imagen: AP

Ante un jurado, Rahman reconoció ser un cristiano y creer en Jesús. A principios de los años 90 había trabajado para una organización cristiana de ayuda en Paquistán, que asistió a refugiados afganos durante la guerra civil. En esa época el musulmán se convirtió al cristianismo. Posteriormente vivió varios años en Alemania, antes de regresar, el año pasado, a Afganistán.

Entre "Sharia" y la Constitución afgana

Según los expertos en Afganistán, se trata del primer caso de este tipo que se vive desde el final del régimen Talibán haca más de cuatro años. La fiscalía pide la pena de muerte y se remite al derecho islámico, la Sharia, que significa “el camino al manantial”.

La Sharia define un modo islámico de vivir, un código religioso para vivir, al igual que la Biblia ofrece un sistema moral para el cristiano. La Sharia es adoptada por la mayoría de los musulmanes, en un mayor o menor grado, como una cuestión de conciencia personal, es decir, puede llegar a ser más que un sistema de justicia criminal.

La Sharia no contempla un cambio de fe y amenaza con la muerte a los musulmanes que rechacen al Islam.

Por su parte, la Constitución afgana permite el libre ejercicio de cualquier religión. Sin embargo, el Islam es la religión oficial y por lo tanto está por encima de la ley. El texto constitucional, aprobado hace dos años, señala precisamente que "en Afganistán no puede haber ley que contradiga a la creencia y las disposiciones de la religión sagrada del Islam".

Sugieren reconversión

El juicio a Abdul Rahman podría extenderse durante dos meses. El jurado ha sugerido al acusado que vuelva a convertirse al Islam para evitar una condena. El fiscal asegura que en ese caso se anulará la acusación.

Pero, hasta ahora, Rahman se opone a dar este paso. Según el juez del caso, si se demuestra que el acusado está en pleno goce de sus facultades mentales, tendrá que ser castigado con la pena de muerte.

En caso de una condena, Rahman puede apelar la sentencia y pasar a instancias superiores, aunque también los jueces del Tribunal Supremo han jurado a la Constitución y cumplen la Sharia.

Al final tendría que decidir el Presidente Karsai, que tiene que aprobara cada ejecución y que hasta ahora ha impedido en varias ocasiones que se ejecute la pena máxima.

Dilema para Karsai

La ministra alemana de Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, pedirá que el Presidente Hamid Karsai la pena máxima.Imagen: AP

Se presenta un dilema para Karsai, apoyado pro Occidente y con una proyección liberal de su política, pero aparentemente enfrentado con fuerzas conservadores hacia dentro del país.

Efectivamente, los analistas señalan que el sistema de derecho y de justicia está entre los que menos han avanzado desde 2001. Asimismo se critica el papel dominante del Islam en la Constitución afgana.

Esto se debe interpretar como fruto del proceso de negociación a la nutrida representación conservadora en la reunión constituyente de enero de 2004.

¿Intromisión?

Alemania tiene un contingente de soldados destacados en Afganistán y ha venido su compromiso de apoyo en los últimos años. Políticos alemanes del Gobierno y de la oposición han exigido presionar a Afganistán para impedir una posible ejecución, "para erradicar el castigo en caso de una conversión religiosa", manifestó el presidente de la comisión de asuntos exteriores del Bundestag o Parlamento, Ruprecht Polenz. El liberal Rainer Brüderle exige que "Alemania reconsidere su apoyo, si Afganistán no moderniza su sistema jurídico", mientras que la política ecologista Claudia Roth pide que se interrumpan las extradiciones de refugiados no musulmanes a Afganistán.

Son "reacciones acaloradas, emocionales y exageradas que han disgustado a los afganos", critica el ministro de Economía afgano, Amin Farhang, en la prensa alemana. "Si los políticos alemanes hablan ahora de una posible retirada de sus soldados de Afganistán, estamos rayando la extorsión", apuntó y acusó indirectamente a Berlín de intrometerse en asuntos de soberanía nacional afgana.

"Nosotros tampoco nos metemos en asuntos internos de Alemania, ni hablar de procesos judiciales en curso", añade el ministro, para quien el caso de Abdul Raham se trata de un "proceso aun sin concluir; es muy poco probable que haya una sentencia de muerte", concluye.

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