Mientras, el periodista Nathan Maung, que estuvo detenido más de tres meses, denunció que a los presos políticos se les golpea y tortura durante los interrogatorios.
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Al menos 64 personas, incluidos dos menores, han sido condenadas a muerte por las autoridades militares de Birmania como parte de su campaña contra el movimiento prodemocrático, mientras un periodista que permaneció tres meses en prisión denunció el domingo (27.06.2021) que los presos políticos sufren golpes y torturas durante los interrogatorios.
El Gobierno de Unidad Nacional, formado por políticos y activistas prodemocráticos contrarios a la junta militar, informó que los condenados no contaron con abogados en los procesos sumarios realizados en tribunales militares.
"Las sentencias se están realizando sin derecho a defensa ni representación legal", indicó en Twitter Aung Myo Min, responsable de Derechos Humanos en el "Gobierno prodemocrático".
Aunque la pena capital está recogida en la Constitución, Birmania no ha ejecutado a ningún reo condenado a muerte desde 1998.
Los birmanos respondieron con un movimiento de desobediencia civil y manifestaciones multitudinarias que fueron reprimidas por los soldados y policías, dejando al menos 883 civiles asesinados, según cifras de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos, que también contabiliza más de 6.000 detenidos.
Periodista denuncia golpes y torturas
Mientras, el periodista Nathan Maung, de 44 años, redactor jefe de la plataforma de noticias online de noticias en línea Kamayut Media, dijo que las fuerzas de seguridad lo golpearon y abofetearon durante una semana de interrogatorios.
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Maung, quien fue deportado a Estados Unidos tras más de tres meses de detención, fue capturado el 9 de marzo y liberado el 15 de junio. Dijo que su colega Hanthar Nyein, que sigue detenido, fue torturado con más dureza, al igual que otras personas que conoció en prisión.
"Los primeros tres o cuatro días fueron los peores", dijo Maung a la agencia Reuters. "Me golpearon y abofetearon varias veces. No importaba lo que dijera, simplemente me golpearon. Usaron sus dos manos para abofetear mis tímpanos muchas veces. Me golpearon los pómulos y los hombros. No me permitían levantarme. Mis piernas estaban hinchadas, no podía moverme", relató.
"No me dejaron dormir durante tres o cuatro días. Interrogatorios sin parar. No había tiempo para dormir", dijo. Agregó que las palizas disminuyeron al cuarto día, cuando descubrieron que era un ciudadano estadounidense. "Al octavo día vino un coronel y me quitó la venda de los ojos", contó.
Desde el 1 de febrero, Birmania se encuentra en estado de emergencia a causa del golpe militar. Cientos de miles de personas continúan saliendo a las calles para protestar.
Imagen: REUTERS
Continúan las manifestaciones masivas
A pesar de las brutales acciones del ejército, cientos de miles de personas en Birmania protestan cada fin de semana contra el golpe militar y por el regreso de la democracia, como lo hicieron aquí, en la ciudad de Mandalay. Los tres dedos levantados de quienes protestan es una señal que hacen con la mano como gesto de protesta y que viene de la serie de películas "Los juegos del hambre".
Imagen: AP/picture-alliance
La dura represión policial
Las fuerzas de seguridad atacaron nuevamente a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Las imágenes en las redes sociales también muestran barricadas en llamas. El 1 de febrero, los militares dieron un golpe de estado contra el gobierno de Suu Kyi. La mujer, de 75 años, había ganado las elecciones parlamentarias de noviembre pasado por un claro margen.
Imagen: AFP/Getty Images
Sin escapatoria
La policía persigue a un grupo de manifestantes por el pasillo de un edificio. A pesar de la presión internacional, los militares continúan utilizando la violencia para contener las protestas en todo el país. La enviada especial de la ONU para Birmania, Christine Schraner Burgener, pidió a los miembros del Consejo de Seguridad que escuchen los "llamados desesperados" del pueblo de Birmania.
Imagen: AFP/Getty Images
Barrera mortal de arena
Los manifestantes están bloqueando las calles en numerosas ciudades, construyendo barricadas con ladrillos y sacos de arena. Una de estas operaciones terminó fatalmente para un activista: en Mandalay, un hombre recibió un disparo fatal en el cuello. El joven, de 26 años, había ayudado a levantar barricadas para detener a las fuerzas de seguridad.
Imagen: STR/AFP/Getty Images
Resistencia de muchos
Un soldado vigila a un hombre en las calles de Mandalay. La resistencia en Myanmar cuenta con el apoyo de actores muy diferentes: jóvenes manifestantes y la llamada "Generación Z", pero también del "Movimiento de Desobediencia Civil". Después del golpe, los médicos y enfermeras inicialmente se negaron a trabajar bajo el gobierno militar.
Imagen: AFP
Imágenes prohibidas
Jóvenes manifestantes con escudos protectores hechos por ellos mismos y policías se enfrentan en las calles de las ciudades. Muchas personas en Myanmar apenas ven imágenes de este tipo o similares. La junta militar está tratando de detener la difusión de información sobre las protestas y su represión bloqueando Internet y censurando la red social Facebook.
Imagen: REUTERS
El poder de las faldas
Los manifestantes están utilizando un medio muy inusual: las tradicionales faldas de mujer. Las llamadas "longyui" se cuelgan de cuerdas en las calles de la ciudad y tienen como objetivo evitar que las fuerzas de seguridad utilicen la violencia contra los manifestantes. Esto tiene que ver con la creencia popular de que las faldas de estas mujeres pueden debilitar la fuerza de los hombres.
Imagen: Theint Mon Soe/Zuma/imago images
Superstición y barrera de género
Algunos soldados se niegan a tocar una 'longyi' femenina (falda) por temor a que esto les arruine la suerte en el combate. "Cuando los residentes cuelgan su 'longyi', ellos (soldados y policías) no pueden salir a la calle, primero tienes que quitarlas del camino", explica Thinzar Shunlei Yi, un manifestante de Yangon.
Imagen: AFP
Crece el número de muertos
Los familiares lloran en Yangon junto al lugar donde murió un familiar durante las protestas. Según las Naciones Unidas, al menos 55 personas han muerto desde el golpe militar a principios de febrero. Solo el miércoles (03.03.2021), 38 personas murieron en las manifestaciones. El número podría seguir aumentando, muchas personas resultaron heridas, algunas de gravedad.
Imagen: REUTERS
El dolor es grande, el enojo también
También en este funeral en Rangún, los manifestantes levantan la mano en un gesto simbólico de batalla. Las personas a las que lloran fueron baleadas en una protesta, al igual que este joven que se puede ver en la imagen. "Lucharemos hasta el final. La revolución debe ganar": así terminan muchas entrevistas con manifestantes, como informa en Twitter el periodista Cape Diamond.