Pesada herencia de guerra y recesión

Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Frankfurt: “Evidentemente, Bush y Blair estaban seguros de que Saddam Hussein poseía armas nucleares, y de que, en última instancia, la caída de su régimen era la única posibilidad de eliminar esa amenaza. La aceptación de la guerra se evidenció como errónea, y el nuevo Irak sigue viviendo en la inseguridad. Si la mayoría de los estadounidenses no lamentan su desaparición de la escena pública, ¿por qué cree Bush que puede contar con que la historia le depare un veredicto benévolo? Tal vez porque creyó que derrocar al tirano era un mandamiento moral (…) cuyas promesas de libertad se harían realidad poco a poco. Ahora hay que esperar que lo juzgue la posteridad. Los contemporáneos de Bush tienen suficiente con cargar su herencia: dos guerras y la recesión económica. Eso ya es suficiente”.

Condescendencia con tortura no será reivindicada

El Periódico, de Barcelona: “La victoria de la derecha más conservadora en las elecciones de mitad de mandato es el punto de partida para la recuperación republicana de la Casa Blanca. Publicadas con gran sentido de la oportunidad tras aquella victoria y cuando la Administración demócrata atraviesa por su peor momento, las memorias de Bush, además de intentar lavar la imagen del que ha sido considerado como el peor presidente de la historia de EEUU, añaden impulso a esa campaña cuando el Partido Republicano carece de un líder visible, a menos que lo sea Sarah Palin. Las dos presidencias de Bush fueron en este sentido una sucesión de errores que van desde el Katrina a Irak, pasando por la economía. Pero el ex presidente no reniega de nada, ni siquiera de las prácticas de asfixia simulada que, según la Convención de Ginebra, son pura y simplemente tortura. La justificación de que sirvieron para salvar vidas estadounidenses y británicas ha encontrado una contundente respuesta en Londres, desde donde se ha recordado que aquello es tortura y es ilegal. Bush heredó un mundo con muchos problemas, pero el que dejó es mucho peor. La condescendencia con que justifica la tortura quizá sea el mayor daño a la democracia inferido por un presidente al que ni las memorias ni la historia reivindicarán."


Asesinatos a periodistas, cosa de rutina

The Times, de Londres: “En Rusia se asesina a periodistas y a sus familias, y ya es casi rutina que ellos y los periódicos para los cuales escriben sean víctimas de amenazas y persecuciones a fin de impedir determinadas investigaciones. Dimitri Medvédev, el sucesor de Putin en la presidencia, ordenó que se lleve a juicio a los responsables de los atentados recientes a reporteros. Pero eso poco impresiona. Antiguamente, a los rusos que se rebelaban contra el sistema se los castigaba con el exilio en Siberia. Parecería que hoy se los ataca a golpes o se los asesina, lo cual no corresponde exactamente con la imagen de una sociedad progresista. Moscú no puede considerar el asesinato de periodistas como una prolongación de la política por otros medios.”

China: ¿futuro sin derechos humanos?

Dagens Nyheter, de Estocolmo: “La dictadura china se niega a reconocer que el Premio Nobel de la Paz al activista de Derechos Humanos Liu Xiaobo no le fue otorgado por el ministro de Exteriores noruego. Como castigo por el premio se canceló la visita ministerial. Así, China extiende su contraofensiva a otros países al exigir que no participen de la entrega del Nobel de la Paz el 10 de diciembre. (…) China financia el déficit fiscal de EE. UU. y apoya a Grecia y a Portugal con la compra de bonos fiscales, difíciles de vender. (…) ¿Es la actitud de China frente al Premio Nobel de la Paz tal vez un adelanto de lo que se puede esperar en el futuro?”

CP/dpa
Editora: Emilia Rojas-Sasse