Tras una jornada de deliberación y ante las diferentes posiciones de Rusia y China respecto a las sanciones previstas para Corea del Norte, el Consejo de Seguridad de la ONU alcanzó por fin el quórum para aprobar por unanimidad una resolución destinada a presionar al régimen de Pyongyang para que renuncie a su programa nuclear.

La resolución fue leída por el presidente de turno del Consejo, el embajador de Japon, Kenzo Oshima, antes de ser adoptada por los 15 estados miembros del máximo órgano de decisión de la ONU.

Nuevas condiciones

El texto aprobado suaviza las inspecciones de los barcos que salen o van con destino al país asiático, y el embargo de los productos químicos en los flujos comerciales con el régimen de Pyongyang, que figuraban en la versión que circulaba en el Consejo.

"El nuevo borrador es satisfactorio", había declarado a la prensa el embajador estadounidense en la ONU, John Bolton, tras una reunión celebrada por el Consejo. El jefe de la misión francesa ante la organización, Jean Marc de La Sabliere, también confirmó que en el nuevo proyecto de resolución se habían introducido enmiendas para lograr el apoyo de China y Rusia al documento.

Ambas condiciones habían sido exigidas por China, vecino y principal aliado de Corea del Norte, para apoyar el documento. El embajador chino en la ONU, Wang Guangya, se mostró contrario a ese tipo de medidas por considerar que perjudicarían a los países limítrofes con Corea del Norte y afectaría a la estabilidad de la región.

La versión aprobada incluye el embargo de armas al régimen de Pyongyang, al que se exige que suspenda sus actividades nucleares. Asimismo, figura la prohibición de exportar artículos de lujo a Corea del Norte y el bloqueo de las cuentas en el extranjero de los dignatarios del régimen de Pyongyang.

"Métodos de Gangster"

Por su parte, el embajador norcoreano en la ONU rechazó las sanciones y se apresuró a recordar: "Si Estados Unidos aumenta la presión sobre la República Popular de Corea del Norte, el país continuará tomando contramedidas, considerándola una declaración de guerra".

Pak Gil Yon acusó al Consejo de Seguridad de aplicar "métodos de gangster" y de no ser capaz de mencionar una palabra de inquietud a Estados Unidos.

En el documento, se abre la puerta a Corea del Norte para que vuelva de manera inmediata y sin condiciones a las conversaciones a seis bandas (las dos Coreas, China, Rusia, EEUU y Japón), sobre su programa atómico, y acate el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.