Consumidores en huelga
29 de junio de 2002Desde hace días anda rondando por los buzones electrónicos de Alemania un llamado a la huelga. A diferencia de las clásicas "cadenas" que, de no mediar una buena dosis de superstición, van a parar de inmediato al basurero virtual, este mensaje anónimo se ha propagado vigorosamente por la red. En él se convoca a los consumidores a no hacer compra alguna este lunes, 1 de julio, con la intención de protestar masivamente por el alza de precios atribuido a la entrada en circulación del euro.
Aunque los expertos y las autoridades, premunidos de sendas estadísticas, niegan categóricamente tal encarecimiento y se remiten a los bajos índices de inflación, lo cierto es que los consumidores tienen otra percepción. De acuerdo con un estudio que acaba de publicar la revista Stern, el 82% de los alemanes considera que el nivel de precios ha subido notablemente desde la llegada de la moneda única europea a sus bolsillos.
Clientes cautelosos
En consecuencia, el euro sigue siendo blanco de las críticas del ciudadano común. La aprobación ha bajado del 69% registrado en enero, a sólo un 46%, de acuerdo con otro sondeo, llevado a cabo por encargo del semanario Focus.
Lo que más inquieta a los entendidos es la baja efectiva del consumo nacional. El 60% de los encuestados afirma ser más cuidadoso en sus gastos y admite que compra menos que antes. Los negocios de venta al detalle son los que han sentido con más fuerza el impacto de la debilidad de la demanda. La confederación del comercio minorista estima que sus ventas se reducirán este año en un 2,75%, y teme que se produzca una ola de quiebras en el sector.
El factor psicológico
La mayoría de los expertos espera, sin embargo, un repunte del consumo en los meses venideros. Se basan, por una parte, en los esfuerzos que está haciendo el comercio por atraer a los clientes con rebajas y tentadoras ofertas y, por otra, en el aumento del valor del euro con respecto al dólar. Con ello no sólo se abaratan las importaciones; también crece la confianza en la moneda europea. Y el factor psicológico resulta clave en la actitud de los consumidores.
Pero esas son previsiones. De momento, la gente sigue sintiéndose insegura. Está por verse si ello se traducirá realmente el lunes en una huelga de consumo. La confederación del comercio minorista dice no tomar muy en serio la convocatoria, por considerarla ajena a la realidad. "Ya no se puede comprar menos que ahora", asegura un portavoz de la organización.
Tampoco las centrales de protección del consumidor apoyan la iniciativa, ya que afectaría a "justos y pecadores". Es decir, perjudicaría también a aquellos comerciantes que no ha aprovechado la llegada del euro para subir subrepticiamente sus precios.