La jornada seguramente fue del agrado del canciller alemán, Gerhard Schröder: su visita al centro financiero mundial y su reunión con los 15 principales líderes industriales de Estados Unidos, tiene un impacto positivo en los medios de comunicación. Al fin y al cabo, el capital bursátil de los empresarios que se tomaron el tiempo necesario para acudir al encuentro con el gobernante germano suma más de un billón de dólares.

Profunda interrelación

Gerhard Schröder llevó a Nueva York un mensaje claro: "Creo que no existe virtualmente ninguna economía europea tan entrelazada con la estadounidense como la alemana", afirmó el canciller. Y citó como ejemplo que unos 800 mil estadounidenses trabajan para filiales de empresas alemanas mientras, a la inversa, firmas de Estados Unidos generan 500 mil puestos de trabajo en Alemania.

La visita de dos días realizada por Schröder a Nueva York tenía, sobre todo, un objetivo: promover la confianza en la economía germana y en las proyectadas reformas. El canciller explicó a sus interlocutores que su "Agenda 2001" representa verdaderamente una profunda modernización.

La debilidad del dólar

A su juicio, el eco encontrado en Estados Unidos fue positivo. Schröder reconoció que la actual fortaleza del dólar constituye un problema para las exportaciones germanas, pero dijo no haber encontrado indicio alguno de que Washington promoviera deliberadamente la debilidad del dólar. Por el contrario, en opinión del jefe de gobierno de Berlín, se ha comprendido que corresponde tanto a los intereses de Estados Unidos como de Alemania y Europa que se vuelva a equilibrar la paridad. "Nadie en Estados Unidos puede tener un verdadero interés en un dólar débil", subrayó.

Mensaje político

Aún cuando no sostuvo reuniones con políticos estadounidenses, el canciller también se encargó de dejar en claro que Alemania sigue siendo un estrecho y confiable aliado en la lucha contra el terrorismo internacional, si bien a veces hay discrepancias en detalles.

En suma, Gerhard Schröder hizo un balance notoriamente positivo de su visita relámpago a Estados Unidos. Tan positivo que en el futuro podrían planearse viajes con más frecuencia. "En lo que respecta a los miembros del gabinete y también a mí, considero acertado y sensato tener aquí una presencia mayor aún de la que desde ya tenemos", indicó el canciller, puntualizando que "ésta no ha de ser flor de un día".