Contra el cambio climático: energía solar en los viñedos
21 de noviembre de 2025
VitiVoltaic pretende preparar el cultivo de la vid para el cambio climático. El término es un acrónimo formado por el nombre latino de la vid - vitis vinífera - y el concepto de generación eléctrica solar: fotovoltaica. La nueva tecnología VitiVoltaic permite cosechar dos cosas muy distintas en dos "pisos": arriba, electricidad; abajo, vino.
Los módulos fotovoltaicos están elevados, de modo que debajo haya espacio para las vides y la maquinaria agrícola. La estructura ofrece a las sensibles vides un armazón de soporte y protección contra el granizo, las lluvias torrenciales y las quemaduras solares. En proyectos piloto se evalúa qué técnica funciona en qué lugar y a qué precio.
Cuando brilla el sol, los módulos semitransparentes proyectan un patrón ajedrezado sobre el suelo. Un sistema de seguimiento los orienta automáticamente para captar cada rayo de luz. La Escuela Superior de Viticultura, Enología y Economía Vitivinícola de Geisenheim (HGU), la universidad alemana del vino, investiga en una instalación experimental cómo prospera el Riesling blanco bajo estos módulos.
Un vino favorito en riesgo
"En la viticultura no conocemos hasta ahora el cultivo protegido", subraya el profesor Manfred Stoll, director del Instituto de Viticultura General y Ecológica. Las uvas no maduran en invernaderos ni bajo plástico. Por eso, la idea de que los módulos fotovoltaicos puedan ofrecer también una protección pasiva frente al granizo y la lluvia intensa es bastante inusual.
Sin embargo, el Riesling, la variedad más popular de Alemania, está sufriendo los efectos del cambio climático. Las vides brotan antes y quedan muy expuestas a las heladas tardías. Los racimos pasan más tiempo al sol y acumulan más azúcar y menos acidez: cambia el contenido de alcohol y el sabor. Ya existen dos cosechas del "vino vatio" de Geisenheim; este Riesling es más ligero y afrutado, como antes.
Cables calefactores contra las heladas tardías
La universidad del vino también ha acumulado mucha experiencia en materia de microclima. La instalación experimental, que costó 350.000 euros y fue financiada con fondos de la UE y del Estado, mide con numerosos sensores la humedad del suelo, la temperatura y la radiación. Bajo los paneles no hubo daños por quemaduras solares ni por lluvias torrenciales, mientras que la parcela de referencia contigua sí resultó muy afectada.
Entre las hileras de vides serpentean cables calefactores y tuberías para el riego por goteo. Los cables demostraron su eficacia durante el periodo de heladas de 2024. A finales de abril, la temperatura bajó durante tres noches ligeramente por debajo de cero. Los brotes ya medían 10 cm, estaban en peligro y se calentaron con electricidad renovable almacenada. Normalmente, ante las heladas tardías los viticultores encienden velas de parafina, explica Stoll, lo que exige mucho trabajo y genera una contaminación considerable.
La HGU también utiliza la electricidad autoproducida para controlar la instalación, cargar vehículos agrícolas, coches o bicicletas eléctricas, poner en marcha bombas y operar un robot autónomo. Este robot tritura la vegetación, cuida el suelo, trabaja bajo las cepas y aplica tratamientos fitosanitarios. "Una bodega necesita energía durante todo el año para la producción, el almacenamiento y la logística", apunta el profesor.
El interés por VitiVoltaic es alto. Sin embargo, el sector lucha con cambios en los hábitos de consumo, aranceles y un exceso de oferta en el mercado mundial. Además, las cosechas en algunas regiones clave han sido malas. Falta dinero para invertir, aunque la generación eléctrica podría convertirse en un segundo pilar para muchas bodegas.
Módulos en la ladera
Christoph Vollmer, ingeniero y viticultor aficionado, también trabaja en sistemas fotovoltaicos para las vides. Su pequeño viñedo en Oberkirch tiene una pendiente extrema de más del 30 %, en parte en terrazas. El uso de maquinaria agrícola es complicado.
Vollmer es director gerente de Intech Clean Energy GmbH, una empresa familiar especializada en agri-fotovoltaica. Intech ha desarrollado una estructura específica para pendientes pronunciadas: parte de los módulos de vidrio se suspende de cables de acero. Vollmer los instalará primero en su propio viñedo.
La VitiVoltaic de Oberkirch, en Baden, recibe financiación de un programa de investigación regional. Si una instalación que cuesta varios cientos de miles de euros es rentable sin subvenciones depende, según Vollmer, de la conexión a la red y de la comercialización del vino. Desde su punto de vista, lo más sensato sería que varios productores se unieran, ya que las parcelas vitícolas suelen ser pequeñas.
(gg/rml)