Controles fronterizos entre Dinamarca y Suecia
4 de enero de 2016Cerca de 15.000 personas transitan cada día entre Dinamarca y Suecia, por razones de trabajo u otras similares. Ahora, una cerca separa las vías férreas. El objetivo es evitar que los refugiados las atraviesen y escapen cuando se les pide presentar documentos de identificación. Muchos de los que llegan a la última estación danesa antes de Dinamarca no los tienen. Si fueran controlados y registrados en Dinamarca, tendrían que permanecer en ese país en virtud del Convenio de Dublín. Pero muchos quieren ir a Suecia.
En lo sucesivo, eso no será tan sencillo. A partir de este 4 de enero, el gobierno sueco ha restablecido los controles fronterizos. Todos los trenes procedentes de Copenhague deben detenerse en la estación de Kastrup, los pasajeros deben descender y mostrar su documentación antes de seguir viaje. El procedimiento puede tomar hasta 45 minutos.
Los nuevos controles perjudicarán probablemente a la zona. Debido a la cercanía entre la capital danesa, Copenhague, y la tercera ciudad más grande de Suecia, Malmö, surgió allí una pujante región económica considerada como un Silicon Valley escandinavo en ciernes. Ambas ciudades están comunicadas por un puente de casi 8 kilómetros, por el que transitan autos y trenes.
Suecia cierra las puertas
El establecimiento de controles representa un vuelco en la política sueca de “puertas abiertas”. En proporción a su cantidad de población, Suecia acogió en 2015 a más refugiados que Alemania. Casi 200.000 llegaron al país de solo 9.5 millones de habitantes. Cerca del 80 por cientos de los solicitantes de asilo no han podido presentar ningún documento oficial de identificación. Por esa razón, la Policía y organismos de inteligencia han advertido al Gobierno de un riesgo potencial de seguridad.
El gobierno danés, por su parte, teme ahora que el establecimiento de controles fronterizos lleve a más refugiados a solicitar asilo en Dinamarca. No es una buena noticia para el premier Lars Rasmussen, teniendo en cuenta la gran presión del populista Partido Popular Danés. Estae partido, contrario a la acogida de refugiados, es la segunda fuerza en el Parlamento y respalda al gobierno minoritario del Partido Liberal de Rasmussen.
Efecto dominó
El especialista danés en asuntos migratorios Joakim Ruist, de la Universidad de Goteburgo, piensa que muchos países seguirán el ejemplo sueco. “Creo que los controles tendrán un efecto de cascada”, señaló a un periódico danés. Pero también prevé un efecto positivo y considera que al registrarlos en la frontera se podría “ofrecer una ruta segura” a los refugiados y “distribuirlos directamente a los países vecinos”.
Lisa Pelling, investigadora del think tank Arena Idea, de tendencia izquierdista, tiene una visión muy diferente. A su juicio, el aumento de controles fronterizos dentro de Europa finalmente confinará a los refugiados sirios en zonas de guerra. “Habrá algo así como un efecto dominó: a corto plazo, todos los países de la UE cerrarán sus fronteras, hasta la frontera turca”, vaticina. Y concluye que eso solo empeoraría la “masacre” en Siria, dado que la gente ya no podría escapar a Europa.