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Almacén subterráneo de CO2

Günther Birkenstock/ Eva Usi1 de julio de 2012

Después de meses de negociaciones, el Bundesrat dio luz verde a una ley para poner a prueba una controvertida tecnología para almacenar dióxido de carbono en "cementerios" subterráneos. Algunos Länder se oponen.

Imagen: picture alliance/dpa

Después de meses de negociaciones el Bundesrat, órgano de representación de los 16 Estados federados alemanes, aprobó una ley que entrará en vigor en cuanto sea firmada por el presidente federal Joachim Gauck. Se estima que unas 1,3 millones de toneladas de dióxido de carbono al año serán comprimidas y almacenadas en un “cementerio” subterráneo.

Se prevé el almacenamiento inicial de tres millones de toneladas, después de que fuera aprobada en el Parlamento alemán una ley para probar la llamada tecnología CCS (Carbon Dioxide Capture and Storage), con los votos de la coalición en el gobierno alemán integrada por cristianodemócratas (CDU) y liberales (FDP). La oposición socialdemócrata (SPD) se abstuvo, mientras que el Partido de Los Verdes y La Izquierda votaron en contra.

Aunque Berlín considera el proyecto como una importante contribución a la protección del clima, la presión de algunos estados federados obligó a introducir una cláusula, según la cual, cada Estado federado puede impedir que se almacene el dióxido de carbono en su territorio.

El calentamiento global ha llegado a tope.Imagen: picture-alliance/dpa

Proyecto fallido

El experto en energía de Greenpeace, Gerald Neubauer, considera que el proyecto nació muerto debido a que varios estados federados anunciaron ya que recurrirán a dicha cláusula. Mecklemburgo-Pomerania Occidental, el el noreste de Alemania, ya descartó esta tecnología por ley, mientras que Schleswig- Holstein en el noroeste introducirá una cláusula complementaria.

“Esperamos que de esta manera el depósito no llegue a realizarse”, dice Neubauer. “En toda Europa este tipo de proyectos son cancelados debido a su alto costo financiero y por el rechazo que provoca en la población, debido a la complejidad técnica que implica el “secuestro” y compresión de gases efecto invernadero para almacenarlos bajo tierra. En Europa esta tecnología no tiene futuro”, afirma.

Aunque el almacenamiento subterráneo de CO2 puede reducir el calentamiento global y hacer ganar tiempo para el desarrollo de fuentes energéticas sostenibles, al mismo tiempo científicos advierten sobre una tecnología todavía poco probada que puede provocar fugas altamente tóxicas y que, según científicos, podría causar movimientos sísmicos bajo determinadas condiciones.

No tiene vuelta de hoja

Sin embargo el geólogo Peter Gerling considera que el uso de esta tecnología es imprescindible si se quiere tomar la protección al clima en serio. “Es importante la utilización de energías renovables, pero en el futuro próximo éstas no podrán suministrar la demanda energética actualmente existente. Tampoco sirve de nada utilizar prioritariamente el gas, porque aunque produce menos emisiones, no lo suficiente como para alcanzar la meta de reducir un 80 por ciento de las emisiones efecto invernadero”.

Neubauer considera irresponsable utilizar esta tecnología. “No se ha comprobado que a largo plazo se pueda mantener completamente sellados los depósitos. Y aunque el CO2 no es mortal, en grandes concentraciones provoca la muerte, lo que representa un peligro para la población”. El experto afirma que en vez de tecnología CCS lo que Alemania necesita es llegar a un acuerdo vinculante para el abandono de la energía proveniente del carbón y advierte que eso es posible sin energía atómica.

Para Gerling tanto como los operadores y las autoridades, todos se esfuerzan en materia de seguridad. “Todos se esfuerzan por que no haya errores, aunque éstos no se pueden evitar por completo. Lo que sin duda tendrá lugar de manera intensiva en los próximos años es una investigación exhaustiva de los pros y contras del almacenamiento de dióxido de carbono.

Autor: Günther Birkenstock/ Eva Usi

Editor: Enrique López

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