En tiempos de pandemia necesitamos conversar. Pero comenzar una conversación es a veces difícil, y terminarla lo es más aún, según un estudio de Harvard.
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En tiempos de cierre de la vida pública en Alemania y en otros países, conversar se ha vuelto una actividad casi extraña. Pero, no importa si nos encontramos con alguien en la calle, en una fiesta, hablamos simplemente del tiempo, o si hablamos con amigos entrañables, las conversaciones parecen no terminar nunca para satisfacción de los participantes.
En dos estudios paralelos, los científicos se enfocaron en 932 conversaciones. En el primer estudio hablaban dos personas que no se conocían, y en el segundo, dos conocidos. Las conversaciones podían terminarse cuando se quisiera. Solo se investigó cuándo y cómo terminaban.
Finalmente, se le preguntó a una de las voluntarias qué pensaba cuando finalizó la charla. ¿Cuándo le hubiera gustado terminarla? ¿Cuándo terminó en verdad? ¿Cuándo le hubiera gustado a la otra persona ponerle fin?
En las conversaciones se expresa un vínculo social. La comunicación es una de las actividades más humanas. Sin embargo, durante este estudio, los interlocutores apenas tenían una idea de cuándo la otra persona quería finalizar el diálogo, ni de cuán diferentes podía ser su deseo del de su contraparte. Hasta con una persona de confianza, a la que suponemos conocer.
Casi la mitad de los participantes hubiera deseado que la charla fuera un 25% más larga o más corta de lo que fue.
De acuerdo con la investigación, las conversaciones terminaron en el momento deseado por ambas personas en solo el 1,59% de los casos. Un 46,8% de las charlas continuaron, a pesar de que uno de los interlocutores hubiera querido que finalizara hace mucho. Y solo en el 9,52% de los casos, la charla acabó aunque ambos hubieran querido platicar más.
Citas por Internet en la pandemia
05:10
Ocultamos nuestros sentimientos por amabilidad
El motivo de esta apreciación tan diferente de las situaciones de diálogo está, según los investigadores, en "un clásico problema de coordinación que los seres humanos no sabemos cómo solucionar, porque para eso necesitamos informaciones que, por lo general, nos ocultamos mutuamente. En consecuencia, la mayoría de las conversaciones parecen terminar cuando nadie quiere que eso suceda”.
Tenemos por costumbre ocultar nuestros verdaderos sentimientos por amabilidad durante una charla. El otro no debe notar que no nos sentimos cómodos ni que nos aburrimos, explican. De ese modo, preservamos la relación con los demás.
Lo que es decisivo en esto no son los propios sentimientos, sino que en una conversación intentamos anticipar los posibles deseos de nuestra contraparte. Eso es lo que hace tan difícil para ambos hallar el momento justo de terminar el diálogo.
Para poder finalizar la situación de diálogo sin dañar la relación, usamos a menudo razones inventadas, como: "Me tengo que ir, lo siento, tengo una cita”. Una frase que no siempre es verdad, pero que facilita la despedida.
(cp/ers)
Medidas antipandemia: ¿Cuánta distancia física es suficiente?
El distanciamiento físico evita infecciones. Pero las reglas de distancia no tienen en cuenta todos los factores de la propagación del coronavirus, dicen ahora investigadores británicos. ¿Cuáles son las alternativas?
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Wüstneck
¡Mantén la distancia, por favor!
Estas son las reglas contra el coronavirus tal como las conocemos: mantener una distancia de 1,5 a 2 metros de los demás, observar una buena higiene y usar mascarilla. Pero esto no tiene en cuenta la compleja realidad de cómo se propagan los aerosoles, según los investigadores de Oxford, Londres y Cambridge MA (EE.UU.)que publicaron los resultados de un estudio en el British Medical Journal.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Büttner
¿Tanto? ¿O más?
El Primer ministro británico Boris Johnson trata de hacer una demostración. Pero, ¿qué significa exactamente su gesto? ¿Tienen que estar las puntas de sus dedos a un metro y medio de las puntas de los dedos de la otra persona? Esa sería una interpretación razonable de la regla. Pero ya solo dos brazos miden cerca de 1,5 metros, por lo que podrían resultar fácilmente distancias mayores.
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¿Basta una distancia de una oveja o dos?
La Asociación Islandesa de Criadores de Ovejas ha establecido sus propias reglas: dos longitudes de oveja son apropiadas para evitar la infección. Es válido preguntarse si las mascarillas también deben ser tejidas con lana de oveja real. Este joven pastor en Senegal puede estar tratando de averiguar la longitud de una oveja tirando de su pata trasera. Los islandeses ya saben la respuesta: 1 metro.
Imagen: AFP/J. Wessels
Espaciadores naturales
Por supuesto, esto también podría funcionar. La longitud estándar de la correa de un perro corresponde exactamente a las reglas actuales del coronavirus. ¿Podría ser una coincidencia que una correa de dos metros se prescriba normalmente para lugares donde las correas son obligatorias?
Imagen: picture-alliance/chromorange
¿De dónde viene la regla de los 2 metros?
El equipo de Lydia Bourouiba, experta en dinámica de fluidos y transmisión de enfermedades en el MIT, afirma que la regla es obsoleta. Dos metros era la distancia recomendada por el médico alemán C. Flügge en 1897. Las gotitas que había atrapado a esa distancia aún eran contagiosas. Un estudio de 1948 demostró que el 90% de los estreptococos tosidos en las gotas no volaban más allá de 1,7 metros.
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Dos metros no son suficientes
El estudio de 1948 se publicó en el American Medical Journal y mostró que el 10% de los estreptococos volaban mucho más lejos: hasta 2,9 metros. Si ese fuera el caso, tal vez la gente en este prado a orillas del Rin en Düsseldorf estaría a salvo, si cada segundo círculo quedara libre. Pero espere un momento: aquí no se trata de estreptococos - que son bacterias -, sino de virus.
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Los virus de la gripe y el coronavirus se propagan a través de aerosoles
Los virus son mucho más pequeños que las bacterias, por lo que pueden flotar durante horas. Por eso los investigadores recomiendan que la distancia entre las personas no sea el único criterio de seguridad, sino que se consideren también otros factores: buena ventilación de una habitación, que las personas lleven mascarilla y sean silenciosas, y si hablan, cantan o gritan que lo hagan suavemente.
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No cantar ni toser
Numerosos estudios recientes también han demostrado que la tos puede propulsar verdaderas cargas de virus hasta 8 metros a través del aire. Hablar o cantar en voz alta también esparce muchos aerosoles y gotitas por la habitación. Sin embargo, si la gente sólo habla en voz baja, como en una biblioteca, y se sienta al aire libre, las distancias de seguridad pueden volver a ser menores.
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¿Cuánto tiempo puedo permanecer en una habitación?
El tiempo en una habitación contaminada y el número de personas que se encuentren en ella son también factores decisivos para evaluar el riesgo de infección. Esos factores fueron tenidos en cuenta en un modelo de semáforo: en habitaciones con una alta ocupación, generalmente se debe permanecer solo por un corto tiempo, asegurarse de que estén bien ventiladas, usar mascarilla y hablar en voz baja.
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En cubierta no se necesita mascarilla
Aquí, sin embargo, el semáforo del equipo de investigación británico-estadounidense estaría en verde. Afuera, la gente puede estar segura por largos períodos de tiempo incluso sin protección, siempre que haya poca gente alrededor, todo esté bien ventilado y nadie hable mucho. Pero aún así, ¿será suficiente la distancia entre las sillas aquí?