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COP16 en Cali: ¿llegó la hora del protagonismo indígena?

31 de octubre de 2024

Las comunidades indígenas estuvieron bien representadas en la cumbre sobre biodiversidad de Cali para exigir su lugar y entregar sus propuestas.

Un indígena ataviado con plumas en la cabeza, sentado en una conferencia con más personas.
Imagen: Fernando Vergara/AP/dpa/picture alliance

 El fulminante discurso de Patricia Gualinga al inicio de la Conferencia de las Partes de la Organización de las Naciones Unidas (COP16) le puso el tono a las exigencias indígenas: "Todo esto tiene un matiz patriarcal de negocios, sin incorporar a los pueblos indígenas, sin incorporar a las mujeres”, criticó la lideresa ecuatoriana del pueblo amazónico de Sarayaku, famoso por haber echado en los años 90 a una compañía petrolera de su territorio.

"Dejemos de ser folklore"

En seguida, la vocera del movimiento Mujeres Amazónicas añadió: "Este es el momento en que los pueblos indígenas no seamos el folklore, sino actores reales, que estemos en las negociaciones, que hablemos con los Gobiernos, pero que, sobre todo, no solamente nos vean desde lejos, sino que nos escuchen."

Y, ciertamente, han sido visibles: en Cali hubo más presencia indígena que en cumbres anteriores, coinciden participantes consultados por DW. "Hemos tenido más protagonismo, otras veces solo nos invitaron para dar un discurso de tres minutos y aplaudir a propuestas de otros, ahora tenemos mesas paralelas y podemos intercambiar criterios", considera el colombiano Martín Charry, asesor político de la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de la Amazonía (Opiac).

"Hay mayor participación indígena que en otros eventos", coincide Justo Molina en conversación con DW, líder guaraní y representante de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB). Molina constata que también el interés de la prensa ha sido grande. "Pero no tenemos participación plena como protagonistas en las negociaciones", lamenta.

Un asiento en la mesa de negociaciones

La exigencia de poder incidir directamente en el diálogo de la COP16 es unánime entre los representantes indígenas. "Nosotros proponemos crear un órgano para tener representatividad permanente en el marco de la convención sobre biodiversidad", dice Charry en entrevista con DW.

Hay una propuesta sobre la mesa en Cali. Si resulta aprobada, sería uno de los logros de esta conferencia.

Para darle énfasis a su empoderamiento político, nueve organizaciones de los pueblos amazónicos, entre ellos la Cidob y la Opiac, se unieron en Cali para crear una plataforma de coordinación llamada G9. "Es una prueba piloto para conseguir más incidencia política", comenta Charry, "A ver si grupos indígenas de otras partes del mundo nos toman como ejemplo."

Nunca nos llega la plata

Otra exigencia de los pueblos originarios es recibir financiación directa y no a través de costosos aparatos burocráticos e intermediarios, muchos de ellos Bancos de Desarrollo, agencias de la ONU u oenegés del Norte.

"Nosotros solo escuchamos que para salvar la Amazonía comprometen miles de recursos, pero a los pueblos realmente nunca está llegando", dice Gualinga, quien responsabiliza a un esquema de financiación colonial, donde administradores del Norte les dicen qué es lo que tienen que hacer.

Consideran la financiación directa indispensable, porque han constatado que sus propios Gobiernos son malos en manejar estos recursos. "Colombia tiene áreas protegidas y hay dinero para el cuidado, pero el Estado no es eficiente, hay muchos problemas de minería ilegal o cultivos ilícitos en los parques nacionales", critica Charry.

Estados reacios a cambiar

Algo que también ha observado Molina en Bolivia. "En mi país se han estado quemando los bosques, y muchas veces detrás hay tráfico de tierra e intereses políticos", lamenta el líder guaraní del Oriente de Bolivia.

Las instituciones bolivianas, ha constatado, no reciben las demandas de los indígenas con buenos ojos. "Creemos que nuestra presencia aquí nos ayuda a recibir financiamiento externo para formar personal calificado e implementar nuestras propias estrategias de restauración y reforestación, desde una visión comunitaria."

"Nuestros Gobiernos no quieren cambiar", piensa Gualinga. "Están promoviendo minería, petroleras, hidroeléctricas cuando nosotros ya vemos que este sistema no funciona más."

Somos hechos de naturaleza

También han llevado nuevas visiones desde la Amazonía sobre cómo garantizar una convivencia pacífica y provechosa entre humanos y su entorno. "El dinero ayuda un poco, pero no es la salvación y no va a detener la catástrofe si no cambiamos nuestra forma de vida", afirma Charry. "Hay muchas falsas soluciones como pagar para seguir contaminando." 

También critica la visión occidental de tratar de forma separada las crisis climática y de biodiversidad, algo que, según los indígenas, son dos caras de la misma moneda. "Nosotros somos hechos de naturaleza, vivimos de la energía de la naturaleza. Si no somos conscientes de eso, no vamos a generar transformación", afirma Gualinga, cuyo pueblo ha elaborado la filosofía de la 'selva viviente' para conceptualizar esa idea de la vida interconectada. (ms) 

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