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COP23: 14 días para salvar el clima

6 de noviembre de 2017

En Bonn comenzó la Conferencia Mundial sobre el Clima. La presiden las islas Fiyi, muy afectadas por el cambio climático. La anfitriona es Alemania, por largo tiempo considerada un país modelo en la protección del clima.

COP23 Weltklimakonferenz Bonn
Imagen: picture-alliance/dpa/O. Berg

Una atmósfera del Pacífico Sur impera en las salas de la Conferencia sobre el Clima, en Bonn. Se presentan cantos rituales y bailes de Fiyi. Niños demandan un mundo más sostenible y el jefe de gobierno de Fiyi, Frank Bainimarama -quien preside la conferencia-, pronuncia advertencias y describe cómo el agua le llega literalmente al cuello a su país, compuesto por cientos de islas.

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La apertura fue colorida y estuvo cargada de imágenes potentes. Pero en no pocos observadores se coló una sensación de aprensión. Porque hay que ser muy optimista para creer que las islas del Pacífico Sur realmente ganarán la batalla contra el cambio climático. Además, algunos recuerdan en voz baja que Bainimarama –un exgeneral- llegó otrora al poder con ayuda de los militares, antes de ser elegido. Por eso, hace unos 9 años, fue considerado "persona non grata” en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero ahora se trata del clima.

De la Carta Fundamental a las normas concretas

Jennifer Morgan, experta de Greenpeace.Imagen: Getty Images/S. Gallup

Jennifer Morgan, experta en clima de Greenpeace, señala que "el asunto es realmente serio”. Espera que las delegaciones hagan su labor y avancen con la elaboración de un reglamento para llevar a la práctica los acuerdos de París.

Esa es la tarea central de estos 14 días en Bonn. Hace 2 años se aprobó con algarabía en la capital francesa el nuevo acuerdo climático: una especie de Carta Fundamental para la protección del clima, con metas nacionales de los más de 190 Estados de la ONU, que se proponen lograr juntos que la temperatura de la Tierra no aumente más de dos grados.

Pero entre los deseos de París y las realidades de Bonn hay una clara brecha. Por el momento, la suma de todos los esfuerzos da como resultado un aumento de temperatura de tres grados. Eso es claramente demasiado para el futuro, por ejemplo, de Fiyi. Además, el acuerdo de París no es muy detallado. Cerca de 60 puntos no están muy claros. Cambiar eso es la tarea de los miles de negociadores que han acudido a Bonn.

Alemania, lejos de la meta

Entre ellos se cuentan también, naturalmente, los alemanes, con un gobierno en funciones a la espera de la formación de una nueva alianza gubernamental. Alemania, durante largo tiempo un modelo en materia de protección del clima, ha perdido impulso últimamente. Muy distante está la meta de reducir en un 40 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero hasta el año 2020, que es parte de los compromisos de París. El país quema demasiado carbón. El tema es materia de discusión entre los posibles miembros de una nueva alianza de gobierno: los Verdes quieren desconectar las centrales de carbón, los liberales prefieren no alcanzar las metas y la Unión Cristianodemócrata/Cristianosocial  tiene una posición intermedia.

Aires del Pacífico Sur en Bonn.Imagen: Getty Images/AFP/P.Stollarz

La pugna llegó la mañana de este lunes al pabellón alemán de la COP23. Dos ministros del gobierno todavía en funciones lo inauguraron: la ministra del Medio Ambiente, Barbara Hendricks (socialdemócrata), y el ministro de Desarrollo, Gerd Müller (cristianosocial). Hendricks demanda que se ponga pronto fin al capítulo del carbón y se persiga con vigor la meta de 2020. "El año entrante, es decir, en 2018, el Gobierno tendrá que dar pasos claros rumbo al abandono de los combustibles fósiles”, señaló la ministra, que no formará parte del próximo gabinete. Müller, quien quizá sí sea parte del nuevo equipo ministerial, es más cauteloso en el tema del carbón. En cambio, anunció el propósito de lograr que todos los ministerios de Alemania sean "carbono neutrales”. Según su osada cuenta, "si conseguimos eso, tendría un efecto similar a la desconexión de 10 centrales de carbón”.

En la inauguración de la conferencia de Bonn, no obstante, ambos ministerios juntos pusieron sobre la mesa otros 100 millones de euros para proyectos de protección del clima en países pobres.

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