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Corales de la Amazonía amenazados por extracción de petróleo

Nádia Pontes
17 de abril de 2018

Recién descubiertos en la costa norte del Brasil, los corales ocupan un área subacuática mayor que el estado de Rio de Janeiro. La licencia para la explotación de petróleo en la región puede salir en cualquier momento.

Amazon Riff
Corais da Amazônia
Imagen: Greenpeace

Escondidos en el fondo del Océano Atlántico, en una región donde se encuentran las corrientes más fuertes del mundo, los corales de la Amazonía fueron localizados en un área que puede, en cualquier momento, ser liberada para la explotación de petróleo. El descubrimiento fue hecho por investigadores brasileños a bordo de la embarcación Esperanza, cedida por Greenpeace para la misión científica.

Los investigadores buscan evidencias en una franja de la costa norte de Brasil, próxima a Amapá, y todavía bajo influencia de las aguas que el río Amazonas vacía en el mar. Es exactamente ahí que la empresa francesa Total espera la licencia del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama, por sus siglas en portugués) para extraer petróleo.

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"Por primera vez, obtuvimos imágenes del área con un robot, encontramos arrecifes en la parte más plana de los bloques de donde se quiere extraer petróleo", afirma Ronaldo Francini-Filho, investigador de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB, por sus siglas en portugués). "La zona tiene un área de petróleo aquí que está bajo de las áreas del arrecife. Eso no puede dejarse de tener en cuenta".

Inicialmente, se estimó que los corales de la Amazonía ocupaban un área de 9.500 kilómetros cuadrados, pero el cálculo más reciente indica que su tamaño es cinco veces mayor. "El arrecife tiene alrededor de 56.000 kilómetros cuadrados, por lo que es el mayor arrecife de Brasil y uno de los mayores del mundo”, dice Fabiano Thompson, investigador de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ, por sus siglas en portugués), también a bordo de la embarcación.

Los arrecifes cubren, por lo tanto, un área sumergida mayor que el estado de Rio de Janeiro, habitada por más de 40 especies de coral, 60 de esponjas (la mitad probablemente aún desconocida), 70 especies de peces, langostas y estrellas de mar. La región también es el refugio de peces que ya desaparecieron de la costa brasileña, como el mero. Los detalles de ese descubrimiento se publicarán en un artículo científico en las próximas semanas.

La expedición, a bordo del Esperanza, iniciada el 2 de abril, entraba en su sexto día cuando un nuevo objetivo fue identificado. Mientras un robot traído especialmente para la misión científica (equipado con tres cámaras y un sistema de recolección de agua y material), conseguía profundidad, las imágenes eran exhibidas en dos pantallas instaladas en la popa de la embarcación.

Después de un análisis detallado y largos debates, los investigadores confirmaron que los corales de la Amazonía cubren también exactamente el lugar considerado la nueva frontera petrolífera, en la cuenca de la desembocadura del Amazonas.

La franja de arrecifes se encuentra entre 70 y 220 metros de profundidad en la costa a lo largo de los estados de Maranhão, Pará y Amapá. Hasta entonces, los libros decían que los corales no crecían cerca de la desembocadura de los grandes ríos, donde el agua dulce llega al mar cargada de lodo, es más oscura e impide la entrada de la luz, fuente usada por los corales para producir alimento.

Un mundo inesperado y desconocido

La jornada de los investigadores brasileños en busca del inesperado arrecife de coral empezó en 2011. Más tarde, misiones científicas hicieron una recolección de datos en el lugar. Los resultados, que sorprendieron al mundo, fueron publicados en un artículo en 2016.

"El acceso es tan difícil y las condiciones oceanográficas son tan duras que por eso la gente sabe poco sobre ese lugar", comenta Francini-Filho sobre el impacto del descubrimiento.

Las primeras imágenes de los corales de la Amazonia fueron registradas en 2017, en un viaje con submarino realizado con el apoyo de Greenpeace. "El poco conocimiento que la gente tiene de esa región ya indica que realmente es un área extremadamente rica, sensible a la explotación de petróleo”, agrega el investigador, estimando que apenas se conoce el 5 por ciento de vida que alberga el arrecife.

Con el anuncio que sorprendió a la ciencia, ante la inminente llegada de las plataformas para extraer petróleo en esta parte del Atlántico, la conservación de los corales de la Amazonía se transformó en una campaña mundial de Greenpeace.

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Corales sobre el petróleo

La actual expedición, que debe extenderse hasta mayo de este año, exigió más de un año de planificación, obtuvo la autorización del gobierno brasileño, y costó 700.000 euros, una cantidad que proviene de los donantes que mantienen Greenpeace.

"Es urgente la campaña, es urgente esa investigación científica que estamos haciendo aquí para mostrar que es un nuevo bioma, único en el mundo, poquísimo conocido por la ciencia”, argumenta Thiago Almeida, representante de la Campaña Defienda los Corales de la Amazonía.

Un derrame de  petróleo traería daños irreparables, argumenta Almeida. "Además de eso, ese petróleo llega más cerca de la costa y de los ríos brasileños en la Amazonía, región con uno de los mayores manglares del planeta. Estamos hablando de una amenaza a diversas poblaciones de pescadores, extractivistas, ribereños y pueblos indígenas”.

Thompson ve un gran potencial en las investigaciones. "Ese arrecife está considerado una farmacia submarina. Se puede convertir en divisas para nuestro país, si conseguimos desarrollar una biotecnología marina a partir de la biodiversidad que alberga, y generar moléculas bioactivas para nuevos medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer y enfermedades infecciosas", explica el investigador de la UFRJ, citando iniciativas que  ya están en marcha en países de Europa, Estados Unidos y el Japón.

Últimos pasos antes de la explotación

El proceso de licencia para explotación de petróleo en el lugar por la empresa francesa Total y la británica BP está en su etapa final. El Ibama informó que el proceso llevado a cabo por Total está en una fase más próxima de decisión.

Los bloques para la explotación fueron adquiridos en 2013, en una subasta de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP). Se estima que la región de la cuenca de la desembocadura del Amazonas almacena hasta 14.000 millones de barriles de petróleo.

Preguntada por DW Brasil, la empresa Total no respondió si sabía de la existencia de los corales en la región que pretende explorar y se manifestó a través de un comunicado. "La empresa Total respondió, en enero, al último dictamen técnico del Ibama en relación al Estudio de Impacto Ambiental de la actividad de perforación de los pozos que la empresa prevé realizar en los bloques que opera en la cuenca de la desembocadura del Amazonas. Por el momento, la empresa espera un posicionamiento del órgano, en el ámbito del proceso de licencia ambiental que está en curso”.

Autora: Nádia Pontes (JA/CP)

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