Diplomacia en lugar de bombas. Más negociaciones en lugar de sanciones. Eso demanda la mayoría de los consultados en una encuesta realizada por Gallup sobre el conflicto en torno al programa nuclear de Corea del Norte.
Imagen: Reuters/KCNA
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"El mensaje enviado a los políticos, incluidos los estadounidenses, es claro: dediquen más tiempo a la diplomacia y encuentren un camino pacífico para resolver el conflicto en torno al programa nuclear de Corea del Norte", dice Kancho Stoychev, aludiendo a los resultados de una encuesta realizada recientemente por la institución que él encabeza. Stoychev es presidente de la Asociación Internacional Gallup (GIA), un instituto con sede en Zúrich dedicado a la investigación de matrices de opinión.
El hecho de que las posiciones recogidas en el estudio se hagan públicas justamente el día en que se da a conocer el Premio Nobel de la Paz es pura casualidad, asegura Stoychev. "No fue intencional. Pero quizás eso ayude a que prime la cautela en el manejo de la crisis", arguye al hablar con DW. Un total de 17.107 personas fueron entrevistadas en catorce Estado, entre ellos Rusia y Estados Unidos, en el período comprendido entre el 20 de septiembre y el 1 de octubre de 2017. La opinión del público chino no pudo ser considerada porque, por razones políticas, en su país es prácticamente imposible realizar encuestas, comenta el experto.
Sobre el arte de negociar
En el sondeo se planteaban dos preguntas. La primera: ¿qué tan probable es que Corea del Norte use sus armas nucleares? La segunda: ¿apoya usted una solución diplomática o cree que es necesaria una solución militar? La pregunta de si se considera también a la Casa Blanca como una amenaza no pudo ser planteada por razones de tiempo. Pese a las repetidas provocaciones militares de Pyongyang, la abrumadora mayoría de los consultados apoya las negociaciones diplomáticas.
Donald Trump y Kim Jong-un, dos protagonistas de esta crisis.Imagen: picture alliance / Ahn Young-Joon/AP/dpa
Para Johnny Heald, director de investigaciones de la GIA, la aparente imposibilidad de predecir qué busca el líder norcoreano juega un rol en todo esto. "Considerando la aparente volatilidad de Kim Jong-un, una solución militar les parece demasiado riesgosa a muchos de los encuestados", dice Heald.
Vietnam tiene miedo, Corea del Sur no
De hecho, el temor a Pyongyang es profundo. En Estados Unidos, el 46 por ciento de los consultados piensa que es probable que se usen armas nucleares. En Alemania y en Pakistán esa cifra llega al 51 por ciento. En Vietnam el temor alcanza su máxima expresión: el 54 por ciento de los consultados ve la posibilidad de una guerra nuclear. Curiosamente, el temor de los vecinos de Corea del Norte es menor. En Corea del Sur el 35 por ciento de los consultados reconoció temer la utilización de bombas atómicas en un ataque, mientras que en Rusia ese número apenas llega al 23 por ciento.
"Rusia podría ser alcanzada de todas formas por un misil norcoreano, pero hasta ahora las agresiones de Corea del Norte no han tenido como objetivo a ese país", dice Stoychev. También tiene una explicación para la tranquilidad surcoreano: ese país se encuentra hace décadas bajo la sombra de una amenaza del país del norte y se ha acostumbrado a ello.
Tokio exige más severidad
En Japón, en tanto, el 45 por ciento de la población ve como probable un ataque nuclear de Pyongyang. "La gente está asustada desde que en septiembre un misil de mediano alcance sobrevoló territorio japonés", dice Stoychev. Esa es también la razón por la que un amplio porcentaje de la población apoya una solución militar al conflicto. En Japón y Pakistán un 49 por ciento de los encuestados respaldan una acción militar contra Corea del Norte.
Aunque esa tendencia es comprensible para Kancho Stoychev, él trae a colación como alentadora referencia las largas pero finalmente exitosas negociaciones en torno al programa nuclear iraní, que culminaron en julio de 2015 con un acuerdo. "El pacto con Irán es un buen ejemplo. Las negociaciones con la comunidad internacional duraron mucho, pero finalmente se alcanzó un convenio e Irán ha paralizado su programa de desarrollo de una bomba atómica", recuerda.
Astrid Prange de Oliveira (DZC/ERC)
Estas son las bombas más destructivas del mundo
Estas son las bombas más destructivas del mundo
Imagen: picture-alliance/dpa/US Department of Energy
Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica
Así considerado por su destacada participación en el Proyecto Manhattan, que desarrolló las primeras armas nucleares de la historia durante la Segunda Guerra Mundial. La primera bomba nuclear fue detonada el 16 de julio de 1945 en la Prueba Trinity, en Nuevo México.
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"Little boy" es lanzada sobre Hiroshima en agosto de 1945
Las bombas atómicas se fabrican con plutonio o uranio radiactivo y obtienen su fuerza destructiva de la energía que se libera al dividirse el núcleo atómico (fisión nuclear). Este material divisible, al ser expuesto a combustible convencional, queda presionado de tal manera que provoca una reacción en cadena.
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Bomba atómica puede matar a cientos de miles
En un segundos, la bomba puede matar a cientos de miles de personas y devastar amplias zonas. A largo plazo la radiactividad también causa graves daños a la salud. En Hirosihima y Nagasaki murieron más de 200.000 personas y 130 mil quedaron heridas. "Me convertí en el destructor del mundo", exclamó Oppenheimer al enterarse. Japoneses conmemoran aquí la matanza que acabó con la II Guerra Mundial.
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Bomba de uranio
En este caso, a una masa de uranio, llamada "subcrítica", se le añade una cantidad del mismo elemento químico para conseguir una "masa crítica" que comienza a fisionar por sí misma. Otros elementos potencian la creación de neutrones libres, acelerando la reacción en cadena "sostenida", provocando destrucción por la onda de choque mecánica, la onda térmica y la radioactividad.
Imagen: Gemeinfrei
Bomba de hidrógeno o termonuclear
En la imagen vemos a "Ivy Mike", explotada en Nuevo México el 1° de noviembre de 1952. La bomba termonuclear es varias veces más poderosa que las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki. La bomba de hidrógeno (Bomba H), también llamada térmica de fusión, se basa en la obtención de la energía desprendida al fusionarse dos núcleos atómicos, en lugar de la fisión de los mismos.
Imagen: picture-alliance/dpa/US Department of Energy
Bomba de plutonio, más moderna y complicada
La masa fisionable se rodea de explosivos plásticos, como el RDX, para comprimir el metal, del tamaño de una pelota de tenis al de una canica. Aumentando la densidad el material reacciona en cadena de fisión nuclear descontrolada, provocando la explosión y la destrucción total, contaminando con radioactividad a todo ser vivo alrededor. Aquí vemos la Planta Nuclear Militar de Chongqing, China.
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Bomba de hidrógeno va más allá que la atómica
Un bombardeo de electrones produce la división del núcleo de un átomo y esto produce una reacción en cadena descontrolada. Hasta el momento se trata de una bomba atómica ordinaria. La bomba de hidrógeno va un poco más allá, tiene una segunda etapa. En la imagen la bomba H rusa Zar AN-602.
Imagen: Reuters/M. Zmeyev
Bomba H: dos bombas en una
Después de la fisión del núcleo y la reacción en cadena, el material se dispersa, y esta bomba lo reutiliza, generando una reacción inversa, la fusión. De tal reacción de fusión se desprenden electrones de alta energía que producen nueva reacción en cadena mucho más fuerte. Por esto es que la bomba de hidrógeno es mucho más potente que la atómica. Aquí, la planta de Punggye-ri, Corea del Norte.
Bikini, bombas y un pueblo contaminado
Habitantes de las Islas Marschall protestan aquí por lo que se considera un crimen de lesa humanidad contra la población de los Territorios de Prueba del Océano Pacífico. En Bikini y Rongerik, Estados Unidos ensayó más de 20 bombas de hidrógeno y atómicas entre 1946 y 1958. La población indígena fue expulsada. Los políticos y la radioactividad los desterraron para siempre.