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Corea del Sur se enfrenta a elecciones clave

Fabian Kretschmer
8 de mayo de 2017

Este 9 de mayo, la joven democracia del este de Asia elige un nuevo jefe de Gobierno, y se prevé que este marcará un nuevo rumbo en las relaciones internacionales del país.

Protestas en Corea del Sur contra sistema antimisiles THAAD de EE. UU.
Protestas en Corea del Sur contra sistema antimisiles THAAD de EE. UU.Imagen: DW/F. Kretschmer

Las próximas elecciones anticipadas en Corea del Sur marcarán el destino del país, lo que ya se deja entrever en la probable participación masiva en las mismas, estimada en más del 90 por ciento. Hasta el momento, ya diez millones de surcoreanos votaron por adelantado, es decir, bastante más del 20 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto.

Después de todo, el escándalo en torno a la expresidenta Park Geun-hye no dejó a nadie indiferente. Gran parte de la población protestó durante meses en las "Marchas de las velas” contra la jefa de Estado acusada de corrupción, y todavía algunos manifestantes acampan frente a la plaza del Ayuntamiento de Seúl. A pesar de tener solo 30 años, la democracia surcoreana ha desarrollado una enérgica cultura de la protesta y la gente está muy politizada.

 

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El favorito: Monn Jae-in

Por eso no sorprende que el candidato favorito a ocupar el cargo de presidente sea Moon Jae-in, del partido Minjoo. El exabogado especializado en derechos humanos ya fue rival de Park Geun-hye en 2012. Ahora, a sus 64 años, parece personificar el cambio tan largamente anhelado. Su victoria parece más posible gracias a que los partidos conservadores están divididos y es improbable que logren ponerse de acuerdo. "Si las encuestas no fallan, Moon Jae-in está muy cerca de una victoria electoral”, dijo Steven Denney, politólogo de la Universidad de Toronto y experto en las dos Coreas, a DW. Según sondeos, Moon podría acaparar hasta un 40 por ciento de los votos.

Sus rivales conservadores siempre trataron de acusarlo de simpatizar con Corea del Norte, una denuncia sin fundamento, que es vista, sobre todo por los electores más jóvenes, como un intento de difamación. La realidad es que Moon quiere darle un nuevo rumbo a la política hacia Corea del Norte. Y no solo en relación con lo hecho por el gobierno conservador que lo precedería, sino también en cuanto a las medidas que intentan aislar y presionar a Corea del Norte bajo la guía de Donald Trump.

Moon Jae-in, candidato del partido de centro Minjoo y favorito en estas elecciones.Imagen: Reuters/K. Kyung-Hoon

"En su opinión, Seúl debería practicar una política autónoma hacia Corea del Norte tomando una posición de liderazgo a fin de restablecer la paz y la estabilidad en la península coreana”, explica Denney, "y eso podría provocar fricciones con Washington”. El secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, acaba de hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que cancele tanto las relaciones diplomáticas como las comerciales con Corea del Norte.

Puesta a prueba de las relaciones con EE. UU.

Asimismo, la segunda promesa de campaña de Moon Jae-in también pone a prueba la alianza con Washington: quiere revisar el estacionamiento del sistema estadounidense antimisiles de Defensa de Área de Alta Altitud Terminal (THAAD, por sus siglas en inglés). Más de la mitad de los surcoreanos rechazan el dispositivo de defensa instalado en su país porque afecta las relaciones con China y aumenta las tensiones militares en la región.

Por otra parte, Moon, como todos los demás candidatos, aboga por una reforma de las relaciones corruptas entre al política y los grandes grupos empresarios, como Samsung, LG y Hyundai. En cuanto a puestos de trabajo, planea medidas estatales y una ampliación del sector público con la que crearía más de 800.000 empleos.

Ahn Cheol-soo, candidato del Partido del Pueblo.Imagen: Reuters/K. Hong-Ji

La derecha surcoreana está dividida

La dominancia de Moon se debe, sobre todo, a la falta de unión del ala conservadora. Su candidato sobresaliente, Hon Joon-pyo, hizo suyos temas como la seguridad interna y una política estricta con respecto a Corea del Norte. Hong es conocido por ser un hombre del pueblo y por sus declaraciones fuera de tono. No por nada lo llaman el "Trump coreano”. Pero sus declaraciones sexistas espantan especialmente a los votantes más jóvenes. Además, Hong está salpicado por un escándalo electoral: en sus días de estudiante habría ayudado a un amigo a colocar un medicamento ilegal en la bebida de una mujer para someterla.

El empresario Ah Cheol-soo, candidato del Partido del Pueblo, también tiene esperanzas de ocupar el sillón presidencial en Corea del Sur. Se hizo conocido por haber inventado un programa antivirus y se perfila como "el hombre del centro” que, en una Corea del Sur extremadamente atomizada por la ideología, podría movilizar a las capas electorales más moderadas. Propone un curso económico liberal y aboga por una alianza con EE. UU. en cuanto a cuestiones de seguridad.

Sin importar la orientación política, luego de los escándalos por manipulación de votos, tanto la población de Corea del Sur como las autoridades gubernamentales se centran en que haya elecciones justas. La democracia en ese país es un bien invaluable obtenido por la lucha ciudadana después de décadas de dictadura militar.

Fabian Kretschmer (CP/DZC)

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