COVID-19: Consejo Ético Alemán rechaza tarjeta de inmunidad
22 de septiembre de 2020
Por el momento, el Consejo de Ética Alemán desaconseja una tarjeta de inmunidad por COVID-19. Pero los científicos no quieren descartar por completo el proyecto.
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La idea era que las personas muestren simplemente una tarjeta de inmunidad antes de subir a un ómnibus, participar de un concierto o ingresar a un asilo de ancianos. ¿Podría organizarse así una vida más normal en medio de una pandemia? Aquellos que ya han superado el COVID-19 no tendrían que cumplir con las restricciones para contener la pandemia. Pero ¿no sería una sociedad de dos clases con nuevos privilegios y discriminación? ¿Y qué pasaría con la protección de datos?
En abril, la idea de una tarjeta de inmunidad también fue parte de un proyecto de ley del ministro alemán de Salud, Jens Spahn. Esto causó críticas, no sólo en la oposición, sino también en la propia coalición de gobierno. Poco después, Spahn decidió eliminar ese pasaje y consultar primero con el Consejo de Ética.
En el Consejo Ético Alemán, 24 científicos destacados de diferentes disciplinas discuten temas delicados como la eutanasia o el bienestar de los animales. La mitad de sus miembros son nombrados por el gobierno, y la otra mitad, por el Parlamento.
Con y sin anticuerpos
Mucho ha sucedido en la investigación sobre el COVID-19 desde abril. Al principio, los virólogos creían que los que sobrevivían a la enfermedad se volverían inmunes, es decir, no podrían volver a infectarse. Pero durante el verano, los informes de infecciones secundarias y la desaparición de anticuerpos en la sangre se hicieron más frecuentes. Actualmente se está investigando si el sistema inmunológico puede desarrollar una protección individual, y si lo hace, durante cuánto tiempo y con qué eficacia. A principios de septiembre, el virólogo suizo Richard Neher dijo a DW que "la idea de poder decir claramente con una tarjeta quién puede transmitir el virus y quién no, es una esperanza que no está realmente justificada".
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Ahora, el Consejo de Ética "en vista del estado de la técnica médico-científica" aconseja por el momento no introducir una tarjeta de inmunidad controlada por el Estado. Pero si esa "inquietud" puede ser superada, la tarjeta de inmunidad podría ser una opción. Sin embargo, sólo la mitad del Consejo piensa así, la otra mitad sigue siendo crítica del proyecto.
Pros y contras
Carl Friedlich Gethmann, portavoz de los defensores de la tarjeta de identidad, señala que con estas los políticos tendrían "orientación normativa para la precaución" a la mano, si la "situación de la evidencia" mejora, es decir, si no mejora la certeza científica de lo que significa la inmunidad en el caso del nuevo coronavirus.
Pero incluso en este grupo, el "pro" no significa un pedido de tarjeta de inmunidad que abra todas las puertas, aclara el profesor de filosofía Gethmann. Más bien, la tarjeta de identificación debe "utilizarse en casos específicos regulados legalmente, según la ocasión y el área". Por ejemplo, para personas que corren un riesgo especial, o para grupos profesionales en los que el contacto humano directo es importante.
Este grupo sostiene que el Estado debería retirar las restricciones a la libertad de las personas, pues se debe aceptar un cierto riesgo. El abuso debería ser regulado por el Estado como de costumbre, es decir, con multas u otras sanciones.
Alternativas y efectos secundarios
Los que están en contra rechazan un documento de identidad, no sólo "por la incertidumbre científica, sino también por razones éticas y prácticas". Por ejemplo, se podría negar a las personas el ingreso a su centro de formación. Otros sí podrían requerirlos para actividades especiales como, por ejemplo, en medicina, enfermería, limpieza, guarderías o escuelas.
En esencia, se trata de que las personas no infecten a otras, y no tanto sobre si alguien es inmune o no, según la profesora de Ética Judith Simon. Para eso, las pruebas negativas rápidas serían suficientes. De este modo, los parientes o el personal de salud podrían visitar a sus familiares o a los discapacitados.
También existiría el peligro de los errores. "Por ejemplo, cuando las personas se exponen deliberadamente al riesgo de ser infectados por necesidad económica, o para asegurarse una ventaja", advierte Simon.
(ct/cp)
Medidas antipandemia: ¿Cuánta distancia física es suficiente?
El distanciamiento físico evita infecciones. Pero las reglas de distancia no tienen en cuenta todos los factores de la propagación del coronavirus, dicen ahora investigadores británicos. ¿Cuáles son las alternativas?
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Wüstneck
¡Mantén la distancia, por favor!
Estas son las reglas contra el coronavirus tal como las conocemos: mantener una distancia de 1,5 a 2 metros de los demás, observar una buena higiene y usar mascarilla. Pero esto no tiene en cuenta la compleja realidad de cómo se propagan los aerosoles, según los investigadores de Oxford, Londres y Cambridge MA (EE.UU.)que publicaron los resultados de un estudio en el British Medical Journal.
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¿Tanto? ¿O más?
El Primer ministro británico Boris Johnson trata de hacer una demostración. Pero, ¿qué significa exactamente su gesto? ¿Tienen que estar las puntas de sus dedos a un metro y medio de las puntas de los dedos de la otra persona? Esa sería una interpretación razonable de la regla. Pero ya solo dos brazos miden cerca de 1,5 metros, por lo que podrían resultar fácilmente distancias mayores.
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¿Basta una distancia de una oveja o dos?
La Asociación Islandesa de Criadores de Ovejas ha establecido sus propias reglas: dos longitudes de oveja son apropiadas para evitar la infección. Es válido preguntarse si las mascarillas también deben ser tejidas con lana de oveja real. Este joven pastor en Senegal puede estar tratando de averiguar la longitud de una oveja tirando de su pata trasera. Los islandeses ya saben la respuesta: 1 metro.
Imagen: AFP/J. Wessels
Espaciadores naturales
Por supuesto, esto también podría funcionar. La longitud estándar de la correa de un perro corresponde exactamente a las reglas actuales del coronavirus. ¿Podría ser una coincidencia que una correa de dos metros se prescriba normalmente para lugares donde las correas son obligatorias?
Imagen: picture-alliance/chromorange
¿De dónde viene la regla de los 2 metros?
El equipo de Lydia Bourouiba, experta en dinámica de fluidos y transmisión de enfermedades en el MIT, afirma que la regla es obsoleta. Dos metros era la distancia recomendada por el médico alemán C. Flügge en 1897. Las gotitas que había atrapado a esa distancia aún eran contagiosas. Un estudio de 1948 demostró que el 90% de los estreptococos tosidos en las gotas no volaban más allá de 1,7 metros.
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Dos metros no son suficientes
El estudio de 1948 se publicó en el American Medical Journal y mostró que el 10% de los estreptococos volaban mucho más lejos: hasta 2,9 metros. Si ese fuera el caso, tal vez la gente en este prado a orillas del Rin en Düsseldorf estaría a salvo, si cada segundo círculo quedara libre. Pero espere un momento: aquí no se trata de estreptococos - que son bacterias -, sino de virus.
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Los virus de la gripe y el coronavirus se propagan a través de aerosoles
Los virus son mucho más pequeños que las bacterias, por lo que pueden flotar durante horas. Por eso los investigadores recomiendan que la distancia entre las personas no sea el único criterio de seguridad, sino que se consideren también otros factores: buena ventilación de una habitación, que las personas lleven mascarilla y sean silenciosas, y si hablan, cantan o gritan que lo hagan suavemente.
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No cantar ni toser
Numerosos estudios recientes también han demostrado que la tos puede propulsar verdaderas cargas de virus hasta 8 metros a través del aire. Hablar o cantar en voz alta también esparce muchos aerosoles y gotitas por la habitación. Sin embargo, si la gente sólo habla en voz baja, como en una biblioteca, y se sienta al aire libre, las distancias de seguridad pueden volver a ser menores.
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¿Cuánto tiempo puedo permanecer en una habitación?
El tiempo en una habitación contaminada y el número de personas que se encuentren en ella son también factores decisivos para evaluar el riesgo de infección. Esos factores fueron tenidos en cuenta en un modelo de semáforo: en habitaciones con una alta ocupación, generalmente se debe permanecer solo por un corto tiempo, asegurarse de que estén bien ventiladas, usar mascarilla y hablar en voz baja.
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En cubierta no se necesita mascarilla
Aquí, sin embargo, el semáforo del equipo de investigación británico-estadounidense estaría en verde. Afuera, la gente puede estar segura por largos períodos de tiempo incluso sin protección, siempre que haya poca gente alrededor, todo esté bien ventilado y nadie hable mucho. Pero aún así, ¿será suficiente la distancia entre las sillas aquí?