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Coronavirus en Brasil: Bolsonaro y la sombra militar

Thomas Milz
22 de abril de 2020

En medio de la crisis del coronavirus, el presidente brasileño fantasea con el regreso a la dictadura militar. Pero su discurso radical es criticado hasta por las mismas Fuerzas Armadas.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa

"Estoy aquí porque creo en ustedes, ustedes están aquí porque creen en Brasil". Con estas palabras, el presidente brasileño Jair Messias Bolsonaro se dirigió el último domingo (19.04.2020) a sus cientos de seguidores, quienes se manifestaron en la capital, Brasilia, contra los cierres de negocios impuestos por los gobernadores y alcaldes para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

Pero lo más preocupante fue que los manifestantes exigían también el cierre del Congreso y del Tribunal Supremo, así como la reinstauración del decreto "AI-5" de 1968, con el que la dictadura militar (1964-1985) podía cerrar parlamentos y recortar derechos civiles. Además, pedían una intervención militar con Bolsonaro a la cabeza.

Una clara violación de la Constitución. "Esto despertó el disgusto de los militares, especialmente porque Bolsonaro dio ese discurso en el cuartel general de las Fuerzas Armadas", explica el historiador Carlos Fico, en entrevista con Deutsche Welle (DW).

El lunes, Bolsonaro retrocedía; declarándose defensor de la democracia y la Constitución. Según medios locales, los militares cercanos al presidente le aconsejaron distanciarse de ese discurso. Para Fico esto no es nada nuevo: "Bolsonaro ha hecho declaraciones criminales en varias ocasiones, y luego se retracta. Pero esta vez, los militares, que lo asesoran, parecen haber intervenido".

Los manifestantes exigían también el cierre del Congreso y del Tribunal Supremo, así como la reinstauración del decreto "AI-5" de 1968.Imagen: Getty Images/AFP/S. Lima

"Cumplen con la Constitución"

El lunes, el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, un general de alto rango, declaró que las Fuerzas Armadas "siempre cumplen con la Constitución". "Estas declaraciones, de forma general, mostraron un camino de respeto por la democracia. Pero esto es más una impresión que una certeza", dice Fico.

Además, existe la incertidumbre por la posición de los militares sobre la pasada dictadura (1964-1985). "Nunca hubo una disculpa o reconocimiento de las graves violaciones a los derechos humanos. Por el contrario, los militares siempre han defendido la dictadura hasta el día de hoy", señala Fico.

Por su parte, la jefa de la oficina de la fundación alemana Heinrich Böll en Río de Janeiro, Annette von Schönfeld, recuerda que el período de la dictadura nunca ha sido tratado adecuadamente. "Sin embargo, no estoy segura de que los asistentes a esta manifestación de Bolsonaro se enfrenten a una reevaluación de los hechos y estén abiertos a una revisión de sus posiciones", añade.

Tanteando los límites

Von Schönfeld cree que hay una estrategia detrás del discurso de Bolsonaro: "Desde que asumió el cargo, ha ido explorando hasta dónde puede llegar. Dice cosas irrepetibles y luego se retracta al día siguiente. De ese modo establece un discurso, y eso es peligroso". Pero a la experta alemana también le preocupa la reacción poco entusiasta de los militares. "Uno ya no está seguro de qué tan claro es el rechazo de las estructuras autoritarias en algunos sectores de la sociedad, y cómo reaccionarían los militares ante esto. Un claro distanciamiento hubiera sido mejor", comenta.

Imagen: Reuters/U. Marcelino

El hecho de que a Bolsonaro se le permita probar los límites de lo que es moralmente permisible sin consecuencias concretas es una demostración consciente de poder del presidente, según Von Schönfeld. Los políticos y la sociedad civil hubiesen podido protestar, especialmente a través de las redes sociales: "En otros países se hubiese pedido la renuncia del presidente. Pero aquí no".

Gobernadores se distancian

Para Anja Czymmeck, directora de la oficina brasileña de la fundación Konrad Adenauer (KAS), existe confianza en la democracia brasileña. Los gobernadores y alcaldes han podido seguir sus propios lineamientos en la crisis por el coronavirus, y el Congreso, según Czymmeck, también pudo trabajar de forma independiente.

"La reacción del ministro de Defensa demostró que los militares están comprometidos con la paz y la estabilidad en el marco de la constitución. Y los militares del Gabinete han estado trabajando en esa dirección. Las instituciones están funcionando", resume experta de la KAS.

El martes, la Corte Suprema abrió, oportunamente, una investigación contra los organizadores de la manifestación antidemocrática del domingo.

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Hamilton Mourao, vicepresidente de Brasil y exgeneral, y Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. Imagen: picture-alliance/AP Photos/E. Peres

La encrucijada

Los manifestantes radicales eran una minoría, incluso, entre los votantes de Bolsonaro, afirma el historiador Fico: "Pero hay una dimensión simbólica cuando el presidente se reúne, una vez más, con los manifestantes que sostienen tales pancartas".

Esta radicalización de Bolsonaro mostraría lo frágil que es el presidente. "Creo que el presidente está muy preocupado de que pueda perder su cargo en un juicio político. Esa es una posibilidad concreta hoy en día", dice Fico.

Especialmente si sus índices de aprobación, que Fico sitúa actualmente en torno al 30 por ciento, siguen bajando. Y cuando la economía pronto se hunda en una profunda crisis, lo que parece inevitable frente a esta crisis por la pandemia. Según los expertos, es posible que haya varios millones de nuevos desempleados y que la economía caiga hasta en un 5 por ciento en 2020.

"Y si se abre un proceso en contra de Bolsonaro, los militares no se interpondrán en el camino", sospecha Fico. En ese caso, un general de alto rango, el vicepresidente Hamilton Mourão, heredaría el cargo.

(ct/jov)

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