A medida que aumenta la preocupación por el cambio climático, mucha gente trata de reducir el impacto ambiental de sus actos. Muchos optan por buscar alternativas al consumo de carne. Y tanto empresas como inversionistas han reconocido que se presenta una gran oportunidad de hacer negocios, como señaló Bruce Friedrich, director del instituto Good Food, a la agencia AFP.

Con el respaldo del fundador de Microsoft, Bill Gates, y estrellas como Leonardo Di Caprio, empresas como "Beyond Meat" e "Impossible Burger" utilizan nuevas tecnologías de alimentos, e ingredientes como guisantes, frijoles o soja, para crear sus hamburguesas alternativas. Se dice que su sabor, apariencia y aroma es prácticamente igual al de la carne. E incluso pueden resultar más saludables.

Consumir menos carne no es solo una decisión saludable. Un informe de 2018 del WWF indica que retirar de la dieta productos de origen animal sería una manera "relativamente fácil y barata" de combatir el cambio climático. Un estudio de la Universidad de Michigan señala que producir la hamburguesa "Beyond Burger" genera un 90% menos de gases de efecto invernadero y requiere un 46% menos de energía.

Los productos de "Beyond Meat" ya se venden en miles de supermercados de EE.UU. Grandes marcas también quieren una tajada del pastel. Por ejemplo, Unilever adquirió la empresa productora de "carne" vegetal "The Vegetarian Butcher" a fines de 2018. Burger King está ofreciendo una opción vegetariana en Estados Unidos y McDonald's está haciendo pruebas para producir su propia hamburgesa vegana.

Puede que los ambientalistas aplaudan la "carne" vegetal, pero esta también tiene aspectos negativos. Los cultivos de soja contribuyen a la deforestación tal como las plantaciones de palma aceitera. Un grupo ambientalista con sede en Bruselas hizo notar que una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados se utiliza para cultivar soya para el consumo humano y animal.

También hay preocupaciones de índole nutricional en cuanto a estos alimentos altamente procesados. Algunos productos pueden tener más del doble de grasas saturadas y hasta siete veces más sodio que una hamburguesa magra tradicional. También ha habido advertencias contra el aditivo de saborizantes. Su consumo excesivo podría ser nocivo. Pero eso también vale para hamburguesas de carne verdadera.