COVID-19: incidencia baja en Alemania, que suma 38 decesos
19 de septiembre de 2021
El país europeo reportó 70,5 contagios por cada 100.000 habitantes, aunque con enormes diferencias regionales. Desde el comienzo de la pandemia han muerto casi 93.000 personas por COVID-19.
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Por sexto día consecutivo, la incidencia semanal de nuevos positivos al SARS-CoV-2 bajó en Alemania, según datos entregados la madrugada de este domingo (19.09.2021) por el Instituto Robert Koch (RKI, por sus siglas en alemán), entidad encargada del monitoreo de la pandemia en el país europeo. El dato más reciente dice que por cada 100.000 habitantes se registraron 70,5 contagios.
La jornada previa ese número había llegado a 72, mientras que hace una semana ascendía hasta 80,2. Además, en las pasadas 24 horas hubo 7.337 contagios, cifra casi equivalente a los 7.345 reportados el domingo 12 de septiembre. De esta forma, las cifras oficiales señalan que ha habido 4.142.116 positivos desde marzo de 2020, de los cuales el RKI considera recuperados a 3.888.900.
Asimismo, hubo 38 decesos atribuibles a causas relacionadas con el COVID-19. Hace una semana las estadísticas anotaron 8 muertes. Con esto, el total de fallecidos desde el comienzo de la pandemia en Alemania llegó a 92.958. Vale recordar que los fines de semana las cifras suelen ser menores al promedio semanal, debido a que se reportan menos exámenes.
Diferencias regionales
En tanto, la incidencia de hospitalización, es decir el total de pacientes internados en centros asistenciales debido al COVID-19 por cada 100.000 habitantes, llegó a 1,89 el viernes, último día del que se disponen cifras. Para hacer una comparación, en el peor momento de la pandemia, durante la época navideña del año 2020, esa tasa llegó a 15,5.
Según las estadísticas del RKI, desde el comienzo de la pandemia la población más afectada es el grupo etario de 35 a 59 años, seguida por las personas entre 15 y 34, que en conjunto concentran el 70 por ciento de los casos. Asimismo, hay registro de 113.000 casos entre niños de 0 a 4 años.
La mayor incidencia se da en Bremen, que tiene 104,8 casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días, seguido por Baden-Württemberg, con 94,1. Mejor es el escenario en Mecklemburgo-Antepomerania, que reporta 31,5 casos por 100.000 habitantes.
DZC (dpa, AFP)
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.