"Kinder! Macht neues! Neues!", dijo Richard Wagner en 1852. Para el compositor alemán, la creación artística no puede basarse en el pasado, porque eso solo conduce a la improductividad y a la tristeza del artista. Y predicó con el ejemplo: su carrera demuestra que Wagner fue un compositor innovador.

"El instrumento más antiguo, auténtico y hermoso, al que la música debe agradecer su existencia, es la voz humana". Wagner era un gran conocedor de la voz, a la que sabía sacar su máximo rendimiento. Pero su música es muy exigente: el cantante debe tener resistencia y una voz voluminosa y flexible para poder abordar la infinidad de matices de los papeles wagnerianos.

"Es imprescindible que el cantante sea también un buen músico". Las óperas de Wagner fueron haciéndose progresivamente más complejas. El tejido orquestal y la voz van estrechamente entrelazados, la melodía se extiende en la llamada "melodía infinita" y el cantante debe tratar de no perderse en ese enjambre sonoro.

"El canto es el discurso surgido de la más elevada pasión. La música es el lenguaje de la pasión". La primera esposa de Wagner fue cantante y la pasión guía una de sus óperas más significativas, "Tristán e Isolda". En la imagen, Cossima, hija de Franz Liszt y segunda esposa de Richard Wagner.

"Escribir, chismorrear y dar mil consejos puede hacerlo todo el mundo. Pero crear algo nuevo solo pueden hacerlo unos pocos". Así de seguro se mostraba el revolucionario compositor. Y solo esa capacidad visionaria y su tenacidad lo condujeron a crear una gran epopeya germana en forma de ópera, la tetralogía "El anillo del nibelungo".

"El verdadero arte solo se da en la más completa libertad: sin leyes ni órdenes, sin otro propósito que no sea el artístico". Así lo entendió también Luis II de Baviera (cuyo busto aparece en la imagen), que patrocinó generosamente las óperas de Wagner.

"El genio alemán busca en sus vecinos lo que no le es propio, lo incluye en sus fronteras, y crea algo nuevo para todo el mundo". Él mismo puede incluirse en esta máxima: las sagas de países nórdicos son la base de su tetralogía "El anillo del nibelungo".

"La ciencia es el mayor poder del espíritu humano. Pero el arte hace disfrutar a ese poder". El objetivo de Wagner es lograr el éxtasis estético del público a través de sus óperas. Para ello, nada mejor que la "Gesamtkunstwerk", la obra de arte total, una combinación ideal entre música y drama.

"La ópera es un error, ya que convierte en objetivo lo que es solo un medio: la música. Y en un medio, lo que es el objetivo: el drama". Wagner combina música, drama... y arquitectura para representar su "obra de arte total". El Festspielhaus, erigido sobre la Colina Verde de Bayreuth, es el lugar adecuado para ello.

"No hay que mirar demasiado hacia el pasado. Quien quiera elevarse, ya tiene bastante con el presente. La memoria es nuestro peor enemigo".