Coronavirus: 24 horas infeccioso al aire libre en invierno
16 de noviembre de 2020
Para medir la relación entre la radiación solar y la desactivación del SARS-Cov-2, los científicos han combinado datos de satélite sobre la cantidad de radiación ultravioleta que llega a La Tierra.
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El coronavirus SARS-CoV-2, que causa el COVID-19, puede permanecer infeccioso hasta 24 horas al aire libre durante los meses de invierno, según un estudio de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena (Vetmeduni).
La investigación, sobre la que la Universidad ha informado este lunes (16.11.2020) en un comunicado, analiza el efecto de la radiación ultravioleta (UV) natural que emite el sol sobre los coronavirus, tanto en superficies como en aerosoles, dado que tiene, en principio, el potencial de volverlos inofensivos.
Pero depende sobre todo del lugar y de la estación del año: en Sao Paulo (Brasil), por ejemplo, "solo una diezmilésima parte de todos los coronavirus sobrevive cada día al aire libre durante todo el año, mientras que en Reikiavik (Islandia) esta fuerte influencia solo se produce en junio y julio", informa la nota.
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Radiación solar y la desactivación del SARS-Cov-2
Para medir la relación entre la radiación solar y la desactivación del SARS-Cov-2, los científicos han combinado datos de satélite sobre la cantidad de radiación ultravioleta que llega a La Tierra con la información disponible sobre la efectividad de este tipo de radiación en los coronavirus.
Según Alois Schmalwieser, el investigador que ha liderado el estudio, la desinfección por radiación solar es "muy efectiva en aerosoles" al aire libre, ya que además no tiene alternativa.
"El virus no es muy sensible a la temperatura: harían falta 50 o 60 grados centígrados (para desactivarlo), temperaturas que solo encuentras en el desierto", explica a Efe el investigador.
En los casos de infección de persona a persona, sin embargo, la radiación ultravioleta apenas tendría efecto, ya que la transferencia del virus es mucho más rápida que su desactivación.
Efecto desinfectante de la radiación ultravioleta se reduce considerablemente
Durante los meses más fríos del invierno, cuando hay menos horas de sol y las nubes cubren el cielo con frecuencia, el efecto desinfectante de la radiación ultravioleta se reduce considerablemente, especialmente en los países del norte y del centro de Europa.
Según las estimaciones de los investigadores, si en abril de 2020 –justo después de la primera oleada de la pandemia– la radiación solar tenía un gran efecto en la esterilización del coronavirus en todo el continente europeo, esta influencia será mucho menor en diciembre.
"En países como Portugal o España la diferencia no será tan grande como en Viena, donde tenemos cielos cubiertos de nubes desde noviembre hasta febrero", matiza Schmalwieser.
El próximo objetivo de los científicos es calcular la relación exacta entre el número de infecciones y el efecto de la radiación solar.
Aun así, Schmalwieser cree que la mayor capacidad de supervivencia del virus en espacios exteriores durante los meses de invierno podría contrarrestarse con una mayor permanencia en lugares interiores, ya que el frío hace que la gente salga menos de casa (si bien es sabido que se producen más contagios en lugares cerrados).
FEW (EFE, ORF, Vetmeduni)
Todo el ingenio de África para combatir el coronavirus
La Organización Mundial de la Salud felicitó a África por la creatividad desplegada para contener la pandemia. Acá les mostramos algunos ejemplos de inventos que pueden salvar vidas.
Imagen: John Muchucha/AP Photo/picture-alliance
Respiradores caseros
En Nairobi, Kenia, estos estudiantes de Medicina prueban un respirador de diseño propio controlado por computadora en la Universidad Kenyatta. Investigadores de toda África buscan maneras de crear sus propios ventiladores, equipos de protección y desinfectantes de manos, pues compras masivas de países como Estados Unidos han hecho escasear los suministros en todo el mundo.
Imagen: John Muchucha/AP Photo/picture-alliance
Soluciones económicas
Vincent Ssembatya, profesor de la Universidad Makerere en Kampala, Uganda, también desarrolló respiradores a un precio asequible para apoyar al débil sistema de salud de este país. Para ello, se asoció con el fabricante de automóviles Kiira Motors. "Todo el mundo está comprando estos productos, por lo que África tiene muy pocas posibilidades de comprarlos", dijo Ssembatya a DW.
Imagen: Prof. Vincent Sembetya
Centro de innovación en Senegal
Los estudiantes de ingeniería en Senegal se han sumado a la lucha contra la pandemia en su país. Gianna Andjembe, estudiante de maestría en ingeniería eléctrica, muestra un dispensador automático de desinfectante de manos diseñado por él mismo. Los estudiantes quieren usar todas sus habilidades técnicas para aliviar la presión que se cierne sobre los hospitales.
Imagen: Seyllou/AFP
Dr. Car se encarga de los pacientes
También el robot Dr. Car es un invento de los estudiantes de Senegal. Su característica principal es que puede tomar la presión y la temperatura de portadores del SARS-CoV-2. Los médicos pueden usarlo gracias a una cámara y a una App. Así, se comunican con los pacientes sin exponerse al coronavirus. Con esta herramienta tambén se podría llegar a enfermos en zonas de difícil acceso.
Imagen: Seyllou/AFP
Preparado para los cortes de energía
En Etiopía, el joven Ezedin desarrolló, entre otras cosas, un respirador mecánico y una máquina para lavar las manos sin contacto. Trece de sus 20 inventos ya están patentados. Su dispensador de jabón opera con un sensor, pero en caso de cortes de energía también puede seguir funcionando gracias a un pedal mecánico.
Imagen: DW/T. Filate
Ejemplos en colores
No hay límites para la creatividad en África. Desde Lagos (Nigeria) hasta Nairobi (Kenia) los artistas usan las paredes de sus ciudades para recordar a la gente las normas básicas para combatir la pandemia: mantener la distancia física, lavarse las manos y usar mascarilla todos los días. Esta obra se encuentra en el barrio de Kibera, en la capital de Kenia.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Maina
El corte coronavirus
Con esas coloridas trenzas, las mismas personas se convierten en un mensaje de advertencia. "Con el corte coronavirus queremos pedirle a la gente que mantenga la distancia, use mascarilla y se lave las manos regularmente o use desinfectantes para cuidarse", dice el estilista Mable Etambo, de Kibera (Kenia). Para su invento incluso usa también los colores del virus.
Imagen: Donwolson Odhiambo
Comida saludable a la puerta de su casa
Los toques de queda nacionales dificultan mucho la adquisición de comida. Una start-up de Zimbabue, Fresh In A Box, despacha productos frescos directamente desde el campo a la puerta del consumidor. La empresa opera con una App y motos de tres ruedas reparten las cajas de comida. Se trata de alimentación balanceada, y sin contacto. Y si lo desea, puede también pedir que le manden una mascarilla.
Imagen: DW/P. Musvanhiri
Seguir aprendiendo, pese a todo
Las escuelas cerradas en toda África hacen imposibles las clases presenciales. Pero hay soluciones: en Tanzania, por ejemplo, los escolares pueden aprender de manera independiente gracias a la plataforma de aprendizaje en línea "Smartclass", que conecta a los estudiantes con 5.000 tutores. Todo sea para que los jóvenes nunca dejen de aprender, pese al encierro.
Imagen: Yasuyoshi Chiba/AFP/Getty Images
Seguimiento de la pandemia
Las redes sociales y las Apps se han convertido en armas contra el coronavirus. En Nigeria y Ghana, la App COVID-19 Triage Tool evalúa cuán alto es el riesgo que tiene uno de contraer la enfermedad. El gobierno de Sudáfrica usa un chatbot a través de WhatsApp para responder preguntas sobre la pandemia. Y unos jóvenes de Ciudad del Cabo desarrollaron una App para combatir las "fake news". (dz)