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COVID-19: ¿qué factor será clave aparte de los contagios?

Lisa Hänel
26 de agosto de 2021

Alemania tendrá más en cuenta la tasa de hospitalización por coronavirus que la incidencia semanal de contagios cada 100.000 habitantes como indicador de la pandemia. ¿Por qué? ¿Y cómo funcionaría eso?

Pacientes de coronavirus hospitalizados en Alemania.
Pacientes de coronavirus hospitalizados en Alemania.Imagen: RONNY HARTMANN/AFP

Desde hace casi un año y medio, la incidencia de contagios en siete días por cada 100.000 habitantes es el indicador utilizado por las autoridades alemanas. Según esa tasa de contagios -de 35 cada 100.000 personas, de 50 o de 100- se toman las medidas que marca la Ley de Protección contra Infecciones. para frenar la pandemia de COVID-19. Pero eso cambiará en poco tiempo.

Hasta el 31 de agosto, el Gobierno alemán está llamado a hacer propuestas "para formular una modificación de la Ley 28a de Protección contra Infecciones”, según informó a pedido de DW el Ministerio alemán de Salud. Las medidas de protección contra el coronavirus se basarán a partir de esa fecha especialmente en la tasa de hospitalización, es decir, en el número de las internaciones de pacientes por COVID-19. La incidencia de contagios en siete días dejó de ser un indicador adecuado debido al avance de la vacunación, informó ese ministerio.

Países europeos que marcan el rumbo

Al considerar como indicador la tasa de hospitalización en lugar de la incidencia de contagios en siete días, Alemania toma un nuevo rumbo, el cual ya siguen varios países europeos. En Austria e Italia ya se toma en cuenta la tasa de hospitalización para las decisiones sanitarias. En Austria se utiliza un semáforo de coronavirus que contempla numerosos indicadores, como la edad de las personas contagiadas, el porcentaje de contagiados con síntomas y los recursos del sistema de salud. En Italia se divide a las regiones en diferentes colores de acuerdo con la propagación del coronavirus. Para la evaluación de la situación, además de la incidencia de siete días, se considera también la ocupación de camas de hospital, tanto en terapia intensiva como en las otras áreas.

Hospital en Berlín.Imagen: imago images/Andreas Gora

"Cada indicador tiene ventajas y desventajas”, explica a DW el epidemiólogo y especialista en estadística Emilio Gianicolo, de la Universidad de Maguncia. La incidencia cada siete días ayuda a comprender la dinámica de la pandemia, mientras la tasa de hospitalización brinda conclusiones sobre la sobrecarga del sistema sanitario. Sin embargo, Gianicolo piensa que la hospitalización tiene un valor limitado porque "representa el desarrollo de la pandemia con retraso”. Eso se debe a que las internaciones se producen, generalmente, dos semanas después del contagio con el SARS-CoV-2. "La incidencia cada siete días, por otro lado, alberga el peligro de una gran cifra oculta”, ya que, al haber una cantidad mayor de vacunaciones también se testea menos. Por eso, dice el científico, no es recomendable confiar en un solo indicador en la evaluación de la pandemia.

Cambios en algunos estados alemanes

En Alemania, algunos estados ya han hecho cambios sin esperar a una nueva regulación del gobierno de Berlín. En Baden-Württemberg, en el sur, se reabrió la vida pública independientemente de la tasa de contagios. En Mecklenburgo-Pomerania Occidental, en el norte, se usará un sistema de  semáforo modificado que, a partir de una determinada incidencia de infecciones, incluirá también la ocupación de camas en hospitales, tanto en las unidades de cuidados intensivos como en otras dependencias. En la ciudad-estado de Hamburgo se determina por primera vez la tasa de contagios en siete días de acuerdo con las personas vacunadas y las no vacunadas, lo cual dio por resultado una incidencia de contagios mucho más alta entre los no vacunados. Este es un dato muy importante, dice el epidemiólogo Gianicolo, ya que saber si se contagia una persona vacunada o una sin vacunar es significativo para el posterior desarrollo de la pandemia.

El avance de la vacunación en Alemania hace que la tasa de contagios no sea ya un factor decisivo en la pandemia.Imagen: Ying Tang/NurPhoto/picture alliance

Más allá de cuál sea el indicador clave que se empleará, lo importante es, sobre todo, "la transparencia y la rastreabilidad. Los métodos usados para llegar a un criterio en la toma de decisiones deben poder ser rastreados con claridad”, señala el experto. En Austria, por ejemplo, la valoración de los indicadores es comprensible para los especialistas, pero para la población es difícil de entender, indica.

El epidemiólogo observa también que aunque el criterio de "sobrecarga del sistema sanitario” se toma como pauta, casi nunca se lo define exactamente. Ni en Dinamarca ni en Gran Bretaña, por ejemplo, se ha definido a partir de qué cifra hay peligro de sobrecarga, y a eso se suma que la capacidad de los sistemas de salud es diferente en cada país. De hecho, en Gran Bretaña casi se dejó de usar la tasa de contagios en siete días, sin que se definiera más exactamente la sobrecarga del sistema sanitario. En una hoja de ruta de conocimiento público sobre el manejo de la pandemia figura que el gobierno monitoreará regularmente los datos para asegurar que el sistema de salud no sufra ningún tipo de "sobrecarga insostenible”.

Detalles poco claros aún

También en Alemania, los detalles sobre cuál será la cifra que se use en lugar de la incidencia de contagios cada siete días todavía no se han dado a conocer. A la consulta de DW, el Ministerio de Salud de Alemania respondió que esperará antes de contestar "por respeto al Parlamento”, donde debe ser aprobada primero la medida. El Instituto Robert Koch, el organismo responsable del control y prevención de enfermedades de Alemania, ya indica en un informe de la situación actual la tasa de hospitalización de pacientes de COVID-19 en los últimos días por cada 100.000 habitantes. Pero todavía no queda claro a partir de qué cifra se produciría una sobrecarga del sistema de salud.

Tampoco queda claro cómo evolucionarán las hospitalizaciones en esta cuarta ola que se inicia en Alemania. Si se observan las cifras, no es posible pronosticar eso con certeza. El 23 de octubre de 2020, al comienzo de la tercera ola, el número de nuevos contagios era de 3.839, y la cantidad de pacientes en terapia intensiva que debían usar respiradores era de 148. El 19 de agosto de 2021, mientras casi un 60 por ciento de la población alemana ya recibió la primera dosis de la vacuna, hubo 3.684 nuevos contagios, es decir, aproximadamente tantos como el 23 de octubre de 2020. También el número de pacientes de COVID-19 con respiradores era similar: 135. Está por verse si esa cifra no aumentará este invierno boreal, como sí sucedió el invierno pasado, ya que cada vez más personas mayores están protegidas al haber recibido la vacuna.

El ministro federal de Salud, Jens Spahn, fue criticado cuando anunció que quería alejarse de la incidencia de siete días. Se dijo que el anuncio no era más que un anuncio de campaña irresponsable antes de las elecciones federales.

Los detalles de la reformulación de la Ley de Protección contra Infecciones mostrarán si el enfoque hace justicia a una nueva fase de la pandemia con un número significativamente mayor de personas vacunadas: un enfoque que tiene en cuenta varios indicadores, no pierde de vista la dinámica pandémica y define un sobrecarga del sistema de salud de forma transparente y comprensible.

(cp/ers)

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