La policía ha debido enfrentar varios casos de violación de las restricciones impuestas por las autoridades para frenar el virus. Y eso que las medidas no son tan estrictas.
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Las medidas de confinamiento no han sido tan severas en Alemania como en otros lugares de Europa. A diferencia de España o Italia, los alemanes pueden salir a pasear en familia siempre que mantengan 2 metros de distancia con extraños, o a reunirse con un amigo (pero solo uno). También tienen permiso para hacer deportes, ir al trabajo, al médico o a hacer compras, sin necesidad de entregar un documento a la policía, como ocurre en Italia. Sin embargo, eso no significa que hay libertad absoluta. Hay ciertas restricciones, y esas sí hay que respetarlas.
El problema es que no todos lo han entendido. En la ciudad de Bonn, Renania del Norte-Westfalia, dos personas fueron detenidas el 5 de abril cuando reaccionaron con violencia a la orden policial de mantener la distancia, mientras visitaban el florecimiento de los cerezos, en el casco antiguo de la urbe. Otros 37 infractores fueron multados. Esto obligó a las autoridades de Bonn a cerrar el acceso a la zona donde están los árboles, una famosa atracción en esta época del año.
Sin embargo, el desafío más arduo ocurrió el pasado fin de semana, que estuvo acompañado por festivos los días viernes y lunes. Días de calor, posibilidad de salir y cuatro días de asueto dibujaban el escenario ideal para romper algunas de las escuálidas normas de cuarentena que hay que respetar. Un botón: en Fráncfort, el 11 de abril la policía quiso controlar un vehículo donde obviamente no se estaba cumpliendo con la orden de mantener distancia y de no reunirse en grandes grupos.
Cuando uno de los policías se bajó de la patrulla, fue atacado con una piedra. En la confusión, el grupo de infractores huyó. Poco más tarde, otro agente fue atacado por una veintena de personas, que le lanzaron fierros, tejas y piedras. Uno de los atacantes lanzó un trozo de metal de cinco kilos, que por fortuna no hirió a nadie. Tras un enorme operativo, que incluyó el uso de un helicóptero, finalmente la policía detuvo a seis personas y confiscó cuchillos y hasta una espada de samurái.
Otro episodio se vivió en Berlín la madrugada del lunes 13 de abril, cuando la policía llegó hasta un departamento donde una chica de 16 años celebraba su cumpleaños con 31 invitados, algo estrictamente prohibido. Los hechos ocurrieron en el centro de la capital alemana, donde los agentes se enteraron de que la madre de la muchacha había rentado el lugar especialmente para la ocasión.
"Si una joven junto a 31 invitados celebra su 16.º cumpleaños y su propia madre renta un departamento para ello, lamentablemente nos haremos presentes en el lugar, y no solo para saludar", escribió en Twitter la policía berlinesa. Ahora todos los presentes, incluida la madre, serán investigados. Es el precio que se paga por no tomar en serio las instrucciones de las autoridades, que buscan frenar la propagación del coronavirus en Alemania sin imponer, aún, restricciones más draconianas.
Las medidas de confinamiento estarán vigentes hasta el 19 de abril en Alemania, pero se estima que serán extendidas. En Italia esa decisión ya se tomó, y ahora rigen hasta el 3 de mayo. Lo mismo en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron las confirmó hasta el 11 de mayo. (few)
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El coronavirus deja Ámsterdam sin turistas
Desde hace años, la capital holandesa lucha contra los problemas del turismo desbordado. La crisis del coronavirus está revirtiendo esta tendencia: los canales están vacíos, al igual que las arcas de muchos gastrónomos.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/P. Amorim
Un tren con destino desconocido
La central de trenes de Ámsterdam es casi irreconocible: normalmente los andenes están abarrotados de turistas y trabajadores que conmutan. Según la asociación neerlandesa de trenes, en 2018, en promedio unos 192.000 pasajeros usaron la estación por día. Solo en la central de trenes de Utrecht se contaron más pasajeros.
Imagen: SW/S. Derks
Arreglos florales sin admiradores
Al igual que en años anteriores, también en esta primavera incontables tulipanes adornan las ciudades holandesas. Sin embargo, debido al coronavirus, el festival de tulipanes en Ámsterdam –una de las mayores atracciones turísticas del año– se ha quedado sin visitantes. También en el muelle del barrio Noord, los tulipanes serán admirados por menos personas que de costumbre.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Lederer
Una perspectiva diferente
Actualmente, en lugar de los turistas, las palomas han tomado la plaza central Dam, donde se encuentran el Palacio Real y la Iglesia Nueva, entre otros edificios históricos. Esta plaza es uno de los sitios más concurridos por los turistas y debe su nombre a la presa que, desde la Edad Media, retenía el agua del río Amstel en ese lugar.
Imagen: SW/S. Derks
Prohibido usar los canales
Los canales en el centro de la ciudad suelen ser lugares llenos de vida, por los que transitan tanto los barcos de los turistas como las casas barco de la gente local. No obstante, ahora deben permanecer amarrados a los muelles, porque las autoridades temen que, con las temperaturas primaverales, los canales atraigan a masas. Quien no respete las medidas deberá pagar una multa de 390 euros.
Imagen: SW/S. Derks
Compras de pánico de marihuana
La liberal legislación holandesa, que permite el consumo de cannabis en los llamados "coffe shop", siempre ha atraído a muchos turistas de todos los países. Sin embargo, al igual que las escuelas y los jardines de niños, los "coffe shop" deben permanecer cerrados. Cuando se anunció esta medida, en muchos lugares se formaron largas filas de personas que querían abastecerse de cannabis.
Imagen: SW/S. Derks
Cortinas rojas en el barrio rojo
Asimismo, el famoso barrio rojo de Ámsterdam ha cambiado a raíz del coronavirus. Las autoridades han prohibido los negocios en "ámbitos basados en el contacto". Con ello se refieren a las peluquerías y los salones de cosmética, pero también a los burdeles y los estriptis. Estas medidas rigen por lo menos hasta el 28 de abril.
Imagen: SW/S. Derks
Supermercados con acceso restringido
Los supermercados siguen abiertos, si bien bajo fuertes restricciones. Hace pocas semanas, se multiplicaron las compras de pánico en Holanda. Tras visitar un supermercado, el primer ministro Mark Rutte trató de calmar los ánimos y aseguró que el papel higiénico alcanzaba para "ca..r los próximos diez años".
Imagen: SW/S. Derks
Máxima, de visita
Al igual que en muchos lugares alrededor del mundo, la crisis del coronavirus amenaza el sector gastronómico. Poco antes de Pascua, la reina Máxima visitó a algunos gastrónomos y representantes del sector para hablar con ellos. De acuerdo con la casa real, se discutieron medidas a corto y largo plazo. La licenciada en economía es miembro del comité neerlandés para el empresariado.
Imagen: picture-alliance/ANP/P. van Katwijk
Maestros solitarios
Ámsterdam no solo es famosa por su vida nocturna, sino también por su programa cultural: durante el día, se pueden visitar el Museo Van Gogh, la Casa de Anne Frank o el Museo Nacional de Ámsterdan; en las noches abundan los teatros, los shows y las salas de concierto. No obstante, para hacer frente al coronavirus, todo ha sido cerrado. El Museo Van Gogh por lo menos ofrece un tour virtual.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. de Waal
Trenes casi vacíos
Para aquellos empleados que no pueden hacer teletrabajo y tienen que ir a su lugar de trabajo, la ausencia de turistas tiene un efecto secundario positivo: los trenes y tranvías están prácticamente vacíos. Si bien el turismo de masa molestaba a muchos habitantes de la ciudad, de cara a las consecuencias económicas, seguramente desearán un pronto regreso de los turistas.