Coronel golpista jura como presidente de transición en Mali
7 de junio de 2021
Las nuevas autoridades, que encabezaron dos golpes de estado en nueve meses, han intentado dar señales de estabilidad para no perder el apoyo internacional, vital para el funcionamiento del país.
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El coronel Assimi Goita, que lideró la asonada del pasado 24 de mayo, juró este lunes (07.06.2021) oficialmente en Bamako su cargo como presidente de Mali, y prometió que respetará el período transitorio de 18 meses que había sido decidido en agosto pasado. La ceremonia tuvo lugar en el Centro Internacional de Conferencias de la capital maliense.
"La nueva situación nos permite poner el proceso de transición en la dirección deseada por el pueblo. Los retos son inmensos, pero las expectativas legítimas del pueblo son también grandes”, señaló Goita, vestido con uniforme militar, en un discurso corto pronunciado tras su investidura. Sobre el papel, el objetivo de Goita es devolver el poder a los civiles dentro de los plazos establecidos.
Goita agregó que quiere "asegurar a las organizaciones subregionales y regionales y a la comunidad internacional en general, que Mali cumplirá sus compromisos en el interés superior de la nación". Pese a ello, los socios del país africano les han pedido garantías a los militares para asegurarse de que devolverán el poder tras las elecciones previstas para comienzos de 2022.
Dos golpes en pocos meses
Goita, de 37 años, protagonizó en agosto pasado un primer golpe de Estado contra el presidente Ibrahim Boubacar Keita, y el 24 de mayo volvió a dirigir otra asonada tras la detención del presidente transitorio, Bah Ndaw, y de su primer ministro, Moctar Ouané, que fueron posteriormente liberados tras haber presentado una dimisión forzada. Más tarde, el 29 de mayo, la Corte Constitucional refrendó a Goita como jefe de Estado transitorio.
Quien tendría la clave para acceder como primer ministro, Choguel Kokalla Maiga, un veterano político integrante del Movimiento 5 de Junio (que encabezó las protestas contra Ibrahim Boubacar Keita), intentó el viernes brindar tranquilidad, al prometer que su país mantendrá sus compromisos internacionales. Pero este exministro de 63 años también advirtió contra "invectivas, sanciones, amenazas, que sólo complicarían la situación".
Tras el último golpe de Estado, Francia anunció la suspensión de las operaciones conjuntas con militares malienses, tras ocho años de lucha antiyihadista. Precisamente los grupos insurgentes son uno de los principales problemas que enfrenta Mali, cuyas autoridades no controlan completamente el territorio del país.
DZC (EFE, AFP)
Los años sangrientos de Mali
Pese a la misión de la ONU y los acuerdos de paz, la violencia en Mali no cesa. Desde 2012, tuareg e islamistas luchan contra el Gobierno en Bamako. En varias ocasiones también extranjeros se han convertido en blanco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Ataque en el corazón de la capital
Los grupos terroristas Al Qaeda del Magreb Islámico y Al Murabitun reivindicaron el atentado contra el hotel Radisson Blu en Bamako, en el que los islamistas tomaron como rehenes a 170 personas. Decenas de huéspedes y empleados del hotel lograron escapar. 18 personas podrían haber muerto. El hotel alberga a muchos diplomáticos y periodistas de todo el mundo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Islamistas en el norte
En el país existen muchos grupos armados. Por ejemplo, las milicias islamistas Ansar Dine, que se autodenominan “Defensores de la Fe” y que están bajo el mando de Iyad Ag Ghaly. Desde 2012, luchan por un Estado islámico en el norte de Mali.
Imagen: Romaric Hien/AFP/GettyImages
Terror y destrucción del patrimonio cultural
En 2012, Ansar Dine se hizo en poco tiempo con el control de amplias regiones del norte de Mali. Allí las milicias establecieron un régimen de terror, por ejemplo, cortaban las manos a presuntos ladrones y lapidaban a presuntos adúlteros. Ansar Dine llamó la atención mundial por la destrucción sistemática del valioso patrimonio cultural del país, como esta mezquita del siglo XV en Tombuctú.
Imagen: Getty Images
Bombas sobre Trípoli, con réplicas en Mali
También la guerra en Libia atizó el conflicto en Mali. Como consecuencia del caos y de los enfrentamientos armados tras el derrocamiento del dictador Gadafi, a partir de 2011 grandes cantidades de armas y numerosos combatientes cruzaron la frontera de Mali.
Imagen: picture alliance / dpa
¿Azawad o Estado islámico?
Después de haber luchado conjuntamente durante cierto tiempo, las milicias islamistas desplazaron también a los rebeldes tuareg más moderados. Por ejemplo al Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que lucha por un territorio independiente de la tribu tuareg en el norte de Mali.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bindra
Operación Serval
A principios de 2013, los islamistas amenazaban con entrar en la capital, Bamako, ante lo cual el presidente francés, François Hollande, ordenó una operación militar contra los rebeldes. Hasta el verano de ese año, los franceses lograron reconquistar, con el apoyo de tropas malíes y de África Occidental, las ciudades más importantes del norte de Mali, en el marco de la llamada Operación Serval.
Imagen: dapd
MINUSMA deberá garantizar estabilidad
Alrededor de 10.000 soldados de la ONU deberán preservar la frágil paz en Mali. También el Ejército alemán ha enviado a 200 soldados al sur del país. Además, en la capital de Bamako están estacionados otros 50 soldados germanos, en el marco de una misión europea de entrenamiento para el ejército local. En la imagen se puede ver a la ministra de Defensa alemana visitando a las tropas en Mali.
Imagen: Reuters
Un poco de paz
No obstante, rebeldes y delincuentes no dejan que el país recobre la tranquilidad. Las noticias sobre atentados y secuestros están a la orden del día. En años recientes, cientos de miles de malíes se han visto obligados a abandonar su país. Los niños en la imagen viven en un campamento de refugiados en el país vecino, Burkina Faso.