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Corrupción: Uruguay y Venezuela, polos opuestos

Mirjam Benecke | Diego Zúñiga
23 de enero de 2020

Transparencia Internacional entregó su reporte anual sobre el índice de percepción de corrupción. Destaca la caída de Venezuela, donde el “quiebre democrático” puede derivar en un “Estado fallido”, según la institución.

Protesta en Puerto Rico.
Protesta en Puerto Rico. Imagen: AFP/R. Arduengo

Ya sea en Irak, Chile o Líbano, en distintos lugares del mundo las manifestaciones contra la corrupción, las injusticias y la desigualdad se tomaron las calles en 2019. El último reporte de Transparencia Internacional sobre el tema, entregado este jueves (23.01.2020), revela que una gran parte de los 180 países incluidos en el estudio prácticamente no muestran avances en su lucha contra este mal, un fenómeno que en América Latina es aún más complejo: la región hace cuatro años está estancada, lo que demuestra que "está fracasando en la lucha contra la corrupción”.

Así al menos lo estima la coordinadora regional para América de Transparencia Internacional, Teresita Chávez, quien sostuvo que el escándalo Odebrecht, "uno de los mayores a nivel global”, es un ejemplo de ese fracaso. A su juicio, las protestas sociales son una consecuencia de un fenómeno que termina por "desgastar” a la democracia, minando la confianza de los ciudadanos en las instituciones.

"La falta de avances reales es decepcionante y puede tener efectos negativos para los ciudadanos de todo el mundo”, sostuvo, por su parte, Patricia Moreira, Directora Gerente de Amnistía Internacional. "Para acabar con la corrupción y mejorar la calidad de vida de las personas, debemos atacar la relación entre la política y las finanzas”, agregó.

Uruguay y Venezuela, dos extremos

Incluso los países más industrializados del mundo muestran pocas mejoras. Al contrario: en cuatro de los miembros del G7 (Canadá, Francia, Reino Unido y Estados Unidos), la percepción sobre la corrupción ha aumentado. Alemania y Japón se mantienen, y solo Italia muestra cifras algo mejores que las de 2018.

Transparencia Internacional otorga puntos para el ranking, donde cero corresponde a los países totalmente corruptos y cien a aquellos donde no existe corrupción. Dinamarca y Nueva Zelanda obtuvieron el mejor resultado en el reporte de 2019, con 87 puntos cada uno, seguidos por Finlandia (86), Singapur (85), Suecia (85) y Suiza (85).

En América Latina, el mejor puesto quedó en manos de Uruguay, que con 71 puntos ocupa el lugar 21 a nivel global. Luego aparece Chile (puesto 26, con 67 puntos), seguido por Costa Rica (56 puntos). Son los tres únicos países de la región que superan los 50 puntos. Por debajo de esa línea encontramos a Cuba (48), Argentina (45), Ecuador (38), Panamá y Perú (36).

En el otro extremo, Venezuela cierra el listado latinoamericano, con solo 16 puntos, posicionándose en el lugar 173, solo superando a nivel global a Guinea Ecuatorial, Sudán, Afganistán, Yemen, Siria, Sudán del Sur y Somalia. Más arriba en el ranking, pero siempre en la parte baja, figuran Nicaragua (161, con 22 puntos), Guatemala y Honduras (26 puntos), República Dominicana y Paraguay (28 puntos) y México (29 puntos).

Es importante considerar que Transparencia Internacional solo considera la percepción de corrupción en la economía, política y la administración. Los valores de cada país se basan en encuestas realizadas a expertos y gerentes.

Venezuela se encuentra casi al fondo del listado presentado por Transparencia Internacional. Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Delacroix

Vínculo entre corrupción e inestabilidad

Marwa Fatafta, experta de Transparencia Internacional para Medio Oriente y el norte de África, explica que "existe una clara conexión entre corrupción e inestabilidad”, como lo demuestra el hecho de que los países que cierran el listado están sometidos a espirales de violencia, guerra y agitación social. Para revertir esos resultados, Transparencia Internacional recomienda reforzar los controles entre los poderes del Estado, blindar los procesos electorales, limitar la influencia de la economía en la política, evitar las "puertas giratorias” y fomentar la participación ciudadana.

Teresita Chávez lamentó el "decepcionante” caso de Honduras, que cerró la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), siguiendo los pasos de Guatemala y el fin de la CICIG, así como la "preocupante” situación de Brasil, además de las fuertes caídas registradas en el ranking por Nicaragua y Venezuela, dos países que tienen "mucho en común: muchas grandes violaciones de los derechos humanos, opresión de la oposición y servicios públicos deficientes”. En el caso venezolano, incluso dijo que el "quiebre de la democracia” se acerca al punto de ser un "Estado fallido”.

Si bien a nivel global no se ven mejoras, sí es cierto que en todo el mundo la gente está saliendo a las calles para reclamar por la corrupción y poner presión a los gobiernos. "Estoy segura de que veremos cambios en el futuro”, dijo Marwa Fatafta a DW. "Las protestas muestran que la gente no va a dejar de reclamar por sus derechos”. (ers)

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