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Corte condena espionaje por parte de autoridades alemanas

José Ospina / Agencias16 de mayo de 2007

Las autoridades judiciales y policiales bávaras violaron la esfera privada y libertad de ejercicio profesional con la intervención de las comunicaciones de una víctima de los secuestros ilegales de la CIA y su abogado.

Khaled al-Masri (izqu.) víctima germano-libanesa de la CIA y las autoridades bávaras y su abogado.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

También en una democracia como la alemana se cuecen habas. “Al escuchar diálogos personales, los servicios secretos alemanes atentaron contra la Constitución nacional”, dice el fallo del pleno de la Corte Constitucional alemana emitido este miércoles en Karlsruhe, su sede, sobre el caso de un ciudadano que fuera apresado y sacado del país ilegalmente por supuestas sospechas de terrorismo.

La máxima instancia que vela por el cumplimiento de la Ley Fundamental alemana condenó tajantemente el espionaje de las conversaciones telefónicas entre el germano-libanés Khaled el Masri y su abogado Manfred Gnjidic efectuadas en Neu-Ulm, la ciudad bávara en donde despacha el jurista.

Anestesiado en vuelo de Alemania a Afganistán

El Masri acusa a las autoridades policiales alemanas de haber colaborado en 2003 en su secuestro por parte de la CIA y de haber sido torturado por unidades estadounidenses en alguna cárcel de Afganistán a donde fue llevado desde Europa después de haber sido anestesiado.

Las pesquisas realizadas tras la denuncia de Khaled el Masri han revelado que su nombre pudo haber sido confundido con el de Khalid al-Masri, sindicado de pertenecer al grupo terrorista Al Kaída.

Victoria para el ciudadano de a pie

La “chuzada” de las líneas telefónicas del abogado de El Masri tuvo lugar después de su regreso de Afganistán. Una vez recuperada su libertad por falta de pruebas en su contra, el germano-libanés entabló una demanda contra el Estado alemán para esclarecer las responsabilidades de las autoridades policiales y el grado de cooperación del Gobierno alemán con los “vuelos secretos” de la CIA que arrestaban a ciudadanos sospechosos de terrorismo en toda Europa para interrogarlos en cárceles del Este europeo, como en Rumania, Polonia, en Pakistán, Afganistán y otros países.

Ante las insólitas revelaciones de El Masri que ponían tanto al anterior Gobierno socialdemócrata-verde, como a la actual coalición conservadora-socialdemócrata en tela de juicio por su colaboración en la lucha mundial contra el terrorismo liderada por Estados Unidos, las autoridades judiciales bávaras, Estado federado en donde reside El Masri, aprobó en 2006 la intervención de los teléfonos tanto de la víctima como de su abogado.

Una “chuzada” que, según la Corte Constitucional alemana, “violó la esfera privada en medios de comunicación telefónica y además atentó contra el libre ejercicio profesional”.

“Desmedida e ilegal”

En enero de 2006 la Corte Municipal de Munich había ordenado la intervención de los teléfonos fijos y celulares, como del fax del abogado Manfred Gnjidic que despacha en Neu Ulm. Ante el descubrimiento de la acción ilegal, la policía bávara quiso justificar su actuación con la disculpa de que esperaba que los agentes secretos involucrados en el secuestro de El Masri establecieran contacto con su abogado (el de la víctima).

La verdad empero, fue que las autoridades bávaras espiaron las conversaciones del abogado con cinco periodistas. Los argumentos no convencieron al Tribunal que calificó la medida de espionaje como “desmedida, ilegal y condenada al fracaso”.

En busca de los responsables

Pero un resultado positivo sí ha tenido la batalla jurídica de El Masri. Los agentes de la CIA responsables de su secuestro fueron identificados y la Fiscalía de Munich emitió hace poco tiempo la correspondiente orden de captura internacional.

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