Corte ordena a Texas retirar "muro flotante" de río Grande
1 de diciembre de 2023
Texas sufrió revés legal en su batalla en torno a las boyas instaladas en el Río Grande, cuando un panel de jueces dejó en pie la orden de un magistrado federal de retirar la barrera de 300 metros.
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Un panel de tres jueces del Quinto Circuito de Apelaciones de EE.UU. rechazó la solicitud de Texas de echar abajo la orden del magistrado David Ezra, emitida el pasado 6 de septiembre, para que el estado retire el tramo de boyas instalado en julio pasado.
La decisión representa una victoria para el Gobierno del presidente Joe Biden, que demandó al estado de Texas por instalar las boyas en el sector de Eagle Pass como parte de la Operación Estrella Solitaria del gobernador republicano Greg Abbott contra la inmigración irregular.
La demanda del Departamento de Justicia de EE.UU. argumentó que la barrera constituye una "obstrucción a la capacidad navegable” del Río Grande (Río Bravo en México).
Por su parte, el Gobierno de Texas defendió la instalación de las boyas argumentando que se vio obligado a tomar medidas por su propia cuenta para "defenderse” de una "invasión” de migrantes, acusando a la Administración federal demócrata de no defender la frontera sur.
La mayor parte de la barrera fluvial está territorio de México
En la apelación, Texas dijo que el juez Ezra se equivocó en su conclusión de que las boyas representan una obstrucción a la navegabilidad del río y que abusó de sus facultades al ordenar el retiro de las boyas, argumentos con los que no estuvo de acuerdo el panel. Texas aún tiene varias vías legales para proseguir con el caso e incluso llevar la pelea ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
Las boyas ocasionaron que el Gobierno de México pidiera en varias ocasiones a EE.UU. que se retirara la barrera, alegando que la mayor parte de las boyas se encontraban en territorio mexicano.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas, una entidad binacional, corroboró esta afirmación en un informe presentado ante el tribunal de Ezra que concluye que la gran mayoría de las boyas están del lado mexicano.
jov (efe, cnn)
Frontera entre EE.UU. y México: en tierra de nadie
Miles de migrantes esperan en la frontera entre México y Estados Unidos el fin del Título 42, para así poder entrar a los Estados Unidos más fácilmente. Sin embargo, no es tan sencillo como parece.
Imagen: HERIKA MARTINEZ/AFP
Esperando detrás de los alambres
Quieren entrar: los migrantes se entregan a la Policía Fronteriza estadounidense tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Este jueves (11.05.2023), Estados Unidos pone fin oficialmente a su emergencia por COVID-19 después de 40 meses. De paso, también se deroga el polémico reglamento migratorio Título 42, aplicado por el expresidente Donald Trump en marzo de 2020.
Imagen: PATRICK T. FALLON/AFP
Superar los obstáculos
Para las personas que actualmente atraviesan los alambres al final del fronterizo río Bravo, el fin de la prohibición de entrada significa una esperanza: el Título 42 permitía a las autoridades estadounidenses rechazar a los migrantes en la frontera debido a la emergencia que causó el COVID-19. Así, se le negó la entrada a más de 2,5 millones de personas a Estados Unidos.
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El Título 8 reemplazará al Título 42
El gobierno estadounidense aclara que la frontera no queda abierta tras la expiración del Título 42. La normativa anterior será sustituida por el Título 8: las personas que entren al país pueden solicitar asilo si presentan pruebas creíbles de amenazas en su país de origen. A quienes se les sea negado el asilo o no lo soliciten serán deportados inmediatamente.
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Un malentendido arriesgado
A lo largo de los 3.100 kilómetros de línea fronteriza, las autoridades esperan una avalancha de migrantes. Esto se debe a que muchos de ellos interpretan el fin del Título 42 como el comienzo de una política de inmigración más relajada. Como este grupo de personas que arriesgan sus vidas atravesando el río Bravo solo con una cuerda.
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Anhelo de seguridad
En la parte mexicana del río Bravo, esta mujer espera una vida mejor en Estados Unidos, al igual que otros migrantes. El gobierno estadounidense calcula que hay más de 150.000 migrantes en el norte de México que quieren llegar al país. La gente huye de la pobreza, la violencia, los regímenes autocráticos, las catástrofes naturales y la delincuencia organizada.
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El corazón de la esperanza
Han llegado a Estados Unidos: estos migrantes se encuentran frente a una iglesia en El Paso, Texas. Oscar Leeser, alcalde de la ciudad fronteriza, calcula la llegada de 15.000 migrantes en los próximos días y semanas. En la vecina Ciudad Juaréz, se encuentran ya aproximadamente entre 8.000 y 10.000 migrantes, afirma Leeser. Además, una "caravana" de refugiados se dirige a Ciudad Juárez.
Imagen: PATRICK T. FALLON/AFP
Varados tras la llegada
Pero las autoridades de muchas ciudades fronterizas estadounidenses se encuentran ya desbordadas. En El Paso, los migrantes que se salvan de la deportación tiene que dormir muchas veces en la calle. Los niños piden dinero, sólo servicios de aseo han sido construidos improvisadamente.
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Entre las vallas
Los inmigrantes están en una tierra de nadie (entre México y Estados Unidos). Es dudoso que el fin del Título 42 facilite realmente la entrada en la "tierra de las oportunidades": el presidente Joe Biden ha anunciado que seguirá tomando medidas estrictas contra el cruce ilegal de fronteras. Ha movilizado a 1.500 soldados adicionales para reforzar la seguridad en los pasos fronterizos.