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Cosmos en vez de playa

1 de marzo de 2012

En el turismo aeroespacial algunos pronostican un gran negocio. Por supuesto, vacaciones en el espacio sideral no va a haber tan rápidamente. Los obstáculos técnicos no se dejan superar aún.

Imagen: AP

Al que no le sea suficiente con hacer vacaciones a pie firme en el Mar Mediterráneo, en los Alpes o en el Caribe, puede pensar en hacerlas en el espacio. Esto es lo esperan algunas empresas que trabajan de momento en proyectos para llevar a turistas entusiastas al espacio exterior. La tierra azul por debajo y el cielo negruzco por encima; ahí, los turistas suspendidos en la cápsula se divertirían en el vacío y la ingravidez.

Por supuesto, para un viaje en el espacio hay que sacar más dinero del bolsillo que para un viaje a Palma de Mallorca. Las agencias de viajes fijan por lo general precios entre 100.000 y 200.000 dólares. Por este precio el placer que se ofrece es corto: el pasajero estaría únicamente unos minutos al borde del espacio, ya que las empresas comerciales no conciben viajes alrededor de la órbita terrestre, sino únicamente lanzamientos a grandes alturas, hasta los límites de la atmósfera.

Sólo tres veces a 100 km. de altura

Los vuelos turísticos al espacio que se ofrecen a menudo no tienen nada que ver con los viajes espaciales reales, como el lanzamiento de la cápsula Soyuz o el Transbordador Espacial de la NASA. Hasta ahora el SpaceShipOne ha realizado vuelos a una órbita baja. En el 2004 esta nave alcanzó tres veces más 100 km. de altura. Aquí comienza, por definición, el espacio. En estos vuelos solo se trató de una prueba científica.

Para el primer lanzamiento, se aseguró la cápsula a la parte inferior de una nave de carga, de la cual se desganchó a unos kilómetros de altura. Después se encendieron los propulsores durante un minuto y se catapultó el transbordador casi perpendicularmente hacia arriba. Luego de apagar los propulsores-a unos sesenta kilómetros de altura, la cápsula siguió volando como cuando se lanza una piedra, alcanzando los 100 Km., el límite de la órbita terrestre. El SpaceShipOne volvió a la superficie necesitando menos de media hora para el aterrizaje, lo que necesita un avión normal.

El consorcio Astrium también aspira a convertir el turismo espacial en una realidad.Imagen: AP

El desarrollo técnico se retrasa

A pesar de la rapidez con la que se desarrolló la parte tecnológica del transbordador, se hizo difícil la construcción de un aparato para su funcionamiento rutinario. Según los planes iniciales, el SpaceShipTwo, como parte del programa del SpaceShipOne, debía estar hacía años en funcionamiento y llevar frecuentemente dos pilotos y seis pasajeros a grandes alturas. Pero la nave hasta ahora sólo ha aprobado rasos tests de prueba. Aún no queda claro si el funcionamiento comercial puede iniciarse realmente este año. A pesar de tener el apoyo del millonario fundador y propietario Sir Richard Branson, parece que la empresa tan solo pudiera sobrellevar los obstáculos del desarrollo tecnológico haciendo un gran esfuerzo.

También la empresa Astrium, una división espacial de EADS Transporte, se involucró en este negocio. En el 2007 en la feria de vehículos y equipos aeroespaciales de Paris se presentó un plan especial de Transporte Espacial. Los visitantes pudieron conocer el ambicioso modelo de la aeronave. No obstante, además de unas secuencias de videos, en los que todo parecía un juego fácil, no se volvió a escuchar ni a ver mucho de este proyecto. Sobre los tan anunciados vuelos del 2012 no se volvió a hablar.

¿Visionarios, constructores o fantasiosos?

Entretanto se van involucrando en estos proyectos pequeñas empresas en este sector: un equipo danés construyó un cohete que se constituye prácticamente de plexiglás y corcho. De una plataforma flotante ubicada en el Mar Báltico el equipo danés pretende mandar a una persona al borde de la órbita terrestre, la cual debe aterrizar en una cápsula con ayuda de un paracaídas. Según se estima, la elaboración del cohete cuesta más de 40.000 euros. Sin embargo, el artefacto aún no ha pasado ninguna prueba de vuelo con éxito.

El Space XC, otro modelo de turismo espacial.Imagen: Space Expedition Curacao (SXC)

Otros planean lanzar a personas desde Curazao, en el Caribe, a una altura de 100 Km. Ya se pueden dar algunas aportaciones para el proyecto, sin embargo, aún no hay estudios de vuelos capacitados para el “mini-jet”, para el cual- así promete la empresa SXC- el pasajero debe ser el mismo copiloto.

Cielo negro y algo de ingravidez

De todos modos, falta ver si la gran cantidad de clientes realmente queda satisfecha con lo que se le ofrece. La actividad física es la misma que la que se hace en una montaña rusa. Uno experimenta ingravidez, y durante la suspensión se puede observar a través de la ventana un panorama deslumbrante: el horizonte está claramente curvo. En el cielo negruzco relumbran simultáneamente el sol y las estrellas.

Pero esto no es aún comparable con un vuelo espacial real: a esta altura todavía no se puede ver completamente la Tierra. Solamente se puede observar un territorio más o menos del tamaño de Alemania. Sobre todo, el placer en el cielo es muy corto: después de algunos minutos se acaba la exploración en el espacio.

Vehículos espaciales para el sector militar

Si los vuelos en la órbita terrestre fueran más largos, no sólo serían interesantes para turistas ricos. Los militares se apasionan hace tiempo por equipos de vuelo, que en un salto más grande pudieran alcanzar en pocas horas cualquier punto de la tierra. No obstante, los cohetes actuales tan solo alcanzan grandes alturas.

Si alguien pudiera construir vehículos espaciales que además alcanzaran grandes distancias, resultarían estratégicamente independientes de bases militares de otros países o de portaaviones. Asimismo, gente de negocio con capacidad de pago, montaría seguramente encantada en una nave, que conectara a velocidad de cohete Nueva York con Sydney. El panorama espacial sería algo secundario para estos. A pesar de esto, todos los intentos de construir este tipo de máquinas han sido fallidos.

El universo real por 30 millones de dólares

En realidad han estado siete turistas en el espacio, es decir, en una órbita terrestre baja. En los años pasados los rusos ya han vendido puestos en la cápsula Soyuz y han tenido pasajeros a bordo del ISS. Por casi dos semanas de estadía en el espacio el costo fue de 30 millones de dólares, incluyendo pensión completa en órbita.

El que se haya entusiasmado con la idea y tenga el dinero necesario, se puede ir desilusionando, ya que después de terminados los vuelos del programa estadounidense Shuttle, se restringieron las capacidades de transportar personas al espacio. Los puestos están reservados para los astronautas especializados del los estados miembros del ISS. Tiquetes de vacaciones no se pueden obtener de momento.

Autor: Dirk Lorenzen / Vivian Castaño Fresen

Editor: Enrique López

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