Costa Rica no ha logrado escapar a las zozobras de la región y enfrenta el creciente reto del narcotráfico, que ya no solo utiliza al país como sitio de tránsito hacia Norteamérica o Europa.
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Más de cinco toneladas de cocaína fueron decomisadas el 15 de febrero en Costa Rica. La droga fue hallada en un contenedor que iba a ser embarcado en un buque rumbo a Holanda, concretamente a Rotterdam, por donde entra a Europa más del 25 por ciento de la cocaína que llega de Sudamérica. Por ese puerto pasan anualmente cerca de 7.500.000 de contenedores, pero solo unos 6.500 son abiertos y revisados, según un estudio encargado por autoridades administrativas y policiales de Rotterdam, citado por la agencia efe.
Los narcotraficantes suelen esconder su mercancía en contenedores de mercadería perecedera, como frutas y verduras, porque, en general, pasan más rápidamente por los controles. La cocaína incautada en Costa Rica, estaba oculta precisamente en un cargamento de flores ornamentales, según informó el ministro de Seguridad Pública de ese país, que se refirió al "mayor decomiso en la historia” costarricense.
Pero, en este terreno, los récords en ese país se han ido batiendo año tras año en el país. Si en 2017 se incautaron 30 toneladas de cocaína, en 2018 fueron 33,6 y el año pasado 35. ¿Es un signo de la "contundente operación antidroga” que aplauden las autoridades, o señal de que el problema va en continuo aumento? Ambas cosas se conjugan en este caso. "Por un lado, se incrementa la demanda y, por tanto, se incrementa el flujo. Y, por otra parte, hay esfuerzos importantes del país y de su cooperación a nivel regional para tratar de enfrentar el asunto”, dice a DW Marco Vinicio Zamora, coordinador de proyectos en Costa Rica de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana al partido socialdemócrata alemán.
Desafío regional
"Yo veo un esfuerzo grande de la política y de las instituciones, pero no es suficiente… El problema aquí y en cualquier parte del mundo es que la dinámica de las bandas criminales, además de agresiva, es muy rápida. Y hacer que las instituciones se actualicen y se enfoquen en enfrentar este fenómeno no es fácil”, recalca.
La imagen de tranquilidad y bonanza, que en parte sigue manteniendo Costa Rica en el exterior, se ve empañada por un problema que afecta a toda la región: la creciente brecha social y económica, que alimenta también la violencia y la delincuencia. "Un indicador muy importante de considerar en la realidad centroamericana, particularmente, es la gran desigualdad en nuestros países. La economía no nos está funcionando, está dejando fuera a mucha gente”, advierte Zamora, puntualizando: "Los desafíos no solo nacionales, son regionales y globales, y se vuelven cada vez más grandes para un territorio y una economía pequeña como Costa Rica”.
Centro logístico
El narcotráfico no es un problema nuevo para esta nación. Desde la década de 1990 ha cobrado dimensiones mayores. En la lista estadounidense de 22 países considerados grandes productores o plataformas para el tráfico de drogas también figura Costa Rica. Pero, a estas alturas, no es solo un lugar de paso. "Ahora se agrava la situación por el hecho de que el país está siendo utilizado como una estación de servicios de logística para el tránsito de la droga”, explica el coordinador de proyectos de la FES. Allí se provee a los involucrados en el negocio del narcotráfico posibilidades de almacenamiento, transporte, o de lavado de dinero. Además, apunta Zamora, "por su nivel económico, se está convirtiendo en un país consumidor; y también empieza a ser un problema de seguridad pública”.
Y el tema ha escalado así en la lista de prioridades política. El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, ha prometido combatir por todos los medios el narcotráfico, aunque advirtió desde ya que se trata de una lucha que hasta ahora ningún país del mundo ha logrado ganar.
Lo que fue de los latinos extraditados por narcotráfico a Estados Unidos
Muchos personajes vinculados con el narcotráfico en Latinoamérica se encuentran recluidos en cáraceles de máxima seguridad de Estados Unidos. Otros, en tanto, ya han recuperado la libertad.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Murat
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “el Chapo”
El jefe del Cártel de Sinaloa protagonizó espectaculares fugas. Incluso, se convirtió en el segundo hombre más buscado por el FBI y la Interpol, después de Osama Bin Laden. En 2017 fue extraditado a EE.UU. y sentenciado a cadena perpetua por narcotráfico, posesión de armas y lavado de dinero. Hoy se encuentra recluido en la cárcel de máxima seguridad ADX Florence, en Colorado.
Imagen: picture alliance/dpa/J. Mendez
Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela del Cártel de Cali
Miguel y Gilberto (en la foto) Rodríguez fueron los jefes del Cártel de Cali hasta 1995. Gracias a su colaboración con la Policía, Pablo Escobar fue capturado. Ambos fueron extraditados a EE.UU., siendo sentenciados a cadena perpetua en 2006. Mientras Miguel se encuentra en la prisión de Edgefield en Carolina del Sur, su hermano pasa los días la cárcel de Butner, en Carolina del Norte.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/SIJIN
Héctor “El Güero” Palma Salazar
Fue el principal socio de “El Chapo” Guzmán. En 2007 fue extraditado a EE.UU., siendo declarado culpable por tráfico de cocaína. “El Güero” cumplió solo nueve de sus 16 años de condena en la prisión federal de Colorado, quedando en libertad por “buena conducta” en 2016. Tras ser deportado a México, fue condenado allí por homicidio. Está recluido en el penal del Altiplano.
Imagen: thewhistleblowers.info
Diego Montoya Sánchez, “Don Diego”
Estuvo en la lista de los 10 más buscados por el FBI. Diego Montoya Sánchez, “Don Diego”, fue uno de los máximos líderes del Cártel Norte del Valle, Colombia, durante los 90. Fue capturado en 2007 por el Ejército Colombiano y extraditado a EE.UU. en 2008. En 2009 se declaró culpable en Miami, siendo condenado a 45 años de cárcel por los delitos de narcotráfico, asesinato y chantaje. Sigue preso.
Imagen: picture-alliance/dpa
Juan Carlos Ramírez Abadía, “Chupeta”
Tras la muerte de Pablo Escobar y la detención de los hermanos Rodríguez, el “Chupeta” se convirtió en el principal distribuidor de cocaína en los Estados Unidos, innnovando incluso en los medios de transporte. Ramírez fue capturado en 2007 en Brasil y extraditado a EE.U.U, donde recibió 55 años de condena. Es conocido por haberse sometido a varias cirugías estéticas para cambiar su rostro.
Imagen: picture-alliance/ dpa
Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”
Popularmente conocido como “La Barbie”, Édgard Valdez Villarreal tenía una cercana relación con Joaquín “El Chapo” Guzmán para traficar cocanía desde México y Colombia a Estados Unidos. Es considerado uno de los narcotraficantes más sanrgientos de la historia de México. En 2010 fue detenido en su país, pero luego extraditado a EE. UU. en 2015. En 2018 fue condenado a 49 años de presidio.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”
“La Reina del Pacífico”, como es conocida Sandra Ávila Beltrán, fue condenada a 5 años y 10 meses de prisión por una Corte de Miami en 2013. Estados Unidos la acusó por delitos de asociación delictuosa para distribuir cocaína, por su relación con el Cártel de Sinaloa. Sin embargo, estuvo solo un año encarcelada en ese país, ya que se le consideró su tiempo en prisión en México. Hoy está libre.
Imagen: picture-alliance/dpa
Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”
Pese a que en algún momento fue cercano a “El Chapo” Guzmán, terminó siendo su peor enemigo. Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, fue uno de los causantes de las batallas más sangrientas vistas en Sinaloa, México. En 2008 fue capturado en su país y el 2014 extraditado a Estados Unidos. Allí fue sentenciado a cadena perpetua por la Corte del Distrito de Columbia por tráfico de drogas.
Imagen: Getty Images/AFP/O. Torres
Dámaso López, “El Licenciado”
Dámaso López, “El Licenciado”, conoció a Joaquín "El Chapo” Guzmán cuando era subdirector de Puente Grande, la misma cárcel desde donde se fugó el narcotraficante en 2001. Tras eso, López se convirtió en uno de los hombres de confianza de Guzmán. En 2017 fue detenido en México y ese mismo año sentenciado en EE. UU. a cadena perpetua por tráfico de cocaína.
Imagen: Reuters/C. Jasson
Vicente Zamblada Niebla, “El Vicentillo”
Hijo del actual líder del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada, en 2009 fue detenido en México y extraditado a EE. UU. en 2012. “Vicentillo” pudo haber enfrentado una cadena perpetua, pero por su colaboración en el juicio a “El Chapo”, fue condenado en 2019 a 15 años de prisión. De ellos, solo cuatro debían hacerse efectivos, dado que el juez consideró su tiempo en prisión en México y en EE. UU.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Martín Villegas Navarrete, “El Elegante”
Martín Villegas Navarrete, “El Elegante”, es considerado uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva. En 2015 fue detenido por la Policía Federal en Ciudad de México y en 2018 fue extraditado a Estados Unidos, país que lo solicitaba desde 2011. En junio de 2019 lo sentenciarion a casi 14 años de prisión en Estados Unidos, tras pagar una multa de 800 mil dólares.